El Málaga CF está en una situación en la que hay que agarrarse a cualquier cosa que pueda generar optimismo, por pequeña que sea y por mucho que no al equipo del pozo. Ya sea una portería a cero (Santander), ya sea Luis Muñoz pisando el césped junto a sus compañeros y con posibilidades de llegar disponible al partido de este domingo contra el Andorra. 

Otros canteranos como Muñoz han empezado su calvario cuando el capitán del Málaga parece acabar el suyo. La lesión de Víctor Olmo, que se perderá toda la temporada por la rotura del cruzado de la rodilla derecha, prácticamente un año después de que Muñoz empezara su calvario, llega justo cuando el '8' acelera para estar de nuevo con el equipo después de volver a lesionarse en Miranda de Ebro cuando estaba cogiendo el tono de la competición, perdido tras el frenazo que sufrió su carrera la temporada pasada cuando también se rompió el cruzado. 

Muñoz ha ido a un ritmo diferente del de sus compañeros desde el inicio de este curso, después de que pudiera jugar un partido al final de la temporada pasada, en Tenerife cuando el Málaga tenía el agua al cuello. Sin estar al cien por cien, esta temporada empezó teniendo minutos pero sin ser el jugador indiscutible que en condiciones normales tendría que ser en este Málaga. Fue suplente en el estreno en Burgos, titular contra Las Palmas y de nuevo vio desde el banquillo el inicio del partido contra el Mirandés. Pero a los veinte minutos tuvo que entrar por la lesión de Ramalho. Pero llegó el descanso y ya no salió más de la caseta, hasta esta semana, donde empieza a ser uno más junto a sus compañeros. 

Mel no lo descarta para el domingo, aunque habrá que ir con pies de plomo con un jugador que está llamado a tirar del carro del equipo y que, si esta es su vuelta definitiva, puede armar junto a N'Diaye una de las medulares más potentes de la categoría. 

Muñoz tiene todo el año todavía por delante para volver a ser el que era antes de la lesión y coger en el césped las riendas de este Málaga para el que todas las buenas noticias que le suceden son pocas.