Al entrenador del Málaga CF, Pablo Guede, lo ha mirado un tuerto, y al equipo también. No se puede explicar de otra forma lo sucedido en el Heliodoro Rodríguez López contra el Tenerife, donde el equipo blanquiazul sumó su quinta derrota en seis partidos, esta vez 3-1, gracias a un penalti en contra inexplicable en la era VAR. Al primero, porque no se explica que, con los mimbres que tiene, el Málaga CF sea un equipo sin rumbo, sin pies ni cabeza, y a los segundos, porque todo lo que pudo salir mal, le salió mal. 

El primero del Tenerife fue un rebote en la pierna de Javi Jiménez, Bustinza, noche para olvidar la suya, vio dos amarillas en cuato minutos, y Caparrós Hernández pasó a engrosar la lista negra del Málaga con un penalti que, tras ver las repeticiones, parece surrealista que se acabara señalando tras consultarlo con el VAR. Pero así se las dan a este Málaga sin nadie a los mandos. 

De entrada, Pablo Guede solo tocó el once para dejar fuera a Juande y meter a Bustinza, el peor 'vinotinto' sobre el césped de Tenerife. Juanfran y Javi Jiménez estuvieron en los laterales y Escassi acompañó el vasco en centro de la zaga. El centro del campo fue para N'Diaye y Febas, con Villalba y Gallar en las alas para meterse por dentro. Arriba la pareja que no termina de carburar: Rubén Castro y Fran Sol.

La puesta en escena, la de costumbre. Un equipo con las líneas muy separadas, con muchos metros entre los dos hombres que tenían que ser el motor del equipo, Febas y N'Diaye, y con un engranaje incapaz de llevar balones hasta el área para Rubén Castro, que seguro que no contaba con esto cuando firmó por el Málaga. 

Ningún equipo se hacía con el control del juego, el Málaga por incapacidad y el Tenerife porque no ha arrancado el campeonato mucho mejor. Y al cuarto de hora, las vergüenzas al aire de un equipo roto, que deja todos los espacios posible. Juan Soriano puso desde su área la pelota en la cabeza de Waldo Rubio en la banda izquierda, que de cabeza se la dio a Enric Gallego. Este se la devolvió larga, con metros a la espalda de Bustinza, que fue incapaz de ganarle la carrera a Rubio, que llegó a la línea de fondo, la puso atrás y Gallego remató de primeras. Iba al centro, pero Javi Jiménez metió la rodilla para mandarla dentro. Sin nada, con tres pases entre una portería y otra, ya perdía el Málaga. 

En el 21' la tuvo Rubén Castro, que recogió el rechace de una chilena de Fran Sol repelido por la defensa, la acunó, amagó con la cintura y la cruzó demasiado. 

Siendo el quiero y no puedo de todos los días, en el 39', la aventura emprendida por Javi Jiménez casi tiene premio. Se coló en el área con la pelota y Juan Soriano repelió el disparo. Había dado un paso adelante el Málaga, más por empuje que por juego.

Las vergüenzas las tapó Álex Gallar en el 42', cuando recogió un balón que venía llovido en el punto de penalti y armó un disparo picado contra el césped y que se coló en la portería de Soriano, que solo pudo mirar la pelota. 

A los 45 minutos clavados, Caparrós Hernández mandó a los veintidós protagonistas a la caseta. No quería ver más ese espectáculo, para el quél tenía guardada su aportación.

La historia de la segunda mitad se resume en lo que ocurrió entre los minutos 54 y 75. 

En ese minuto Bustinza veía una amarilla clara por una falta en el centro del campo. Hubo una vez que no le salió cruz al Málaga. Otra falta colgada dentro del área blanquiazul fue desviada a la portería por N'Diaye. Esta vez, Reina sacó una manopla cuando se colaba. Pero poco le duró la fortuna. A la siguiente jugada, Bustinza se fue a la calle tras ver la segunda amarilla en dos minutos.

Otro fallo de Gallar, que tiene la costumbre de que cada pelota que coge recorre metros contra su portería. Con la pelota en los pies, volvió a controlar hacia su portería y se le fue largo. La pelota llegaba a los pies de Enric Gallego. Bustinza, en su intento de anticiparse, se llevó por delante al punta chicharrero. Era el 58. 

La cabeza de Pablo Guede empezó a maquinar y en cinco minutos tenía la solución. Cuatro cambios de una tacada. Fuera todo el frente de ataque, Fran Sol, Gallar, Villalbda, desaparecido, y Rubén Castro, que se perdía los primeros minutos de la temporada. Dentro, Genaro, Juande, Loren Zúñiga y Chavarría. No tuvo ningún efecto positivo.

Se quedaba entonces el Málaga con un 1-3-4-2. Escassi, N'Diaye, tocado, y Juande de centrales, Javi Jiménez y Juanfran de carrileros, el centro del campo para Genaro y Febas, y arriba Chavarría y Loren. 

Y el tuerto que sigue mirando al Málaga continuó de guardia. En el minuto 74, un penalti que no lo fue, algo más inexplicable sobre todo después de que lo revisara el VAR, terminó de condenar a un equipo que había perdido el alma. Si algo fue esa jugada, fue falta de Enric Gallego a Juanfran y no al revés. No hubo marcha atrás y Gallego mandó la pelota dentro con un toque suave por el centro de la portería. 

Ahí se murió el partido. Aunque hubo tiempo para que llegase la puntilla. Teto, un chaval de la cantera, empujaba la pelota a la red tras una asistencia de Appiah a la contra. 

Un 1-3 excesivo por lo visto en el campo pero que muestra la debilidad de un equipo sobrepasado en este arranque de temporada, sin síntomas de poder levantar cabeza.

FICHA TÉCNICA: 

3 - CD Tenerife: Soriano; Mellot, Calos Ruiz, Sipcic, Nacho; Waldo (Appiah, m.72), Alexandre (Larrea, m.68), Aitor Sanz, Teto (Aitor Buñuel, m.89); Borja Garcés (Iván Romero, m.68) y Enric Gallego.

1 - Málaga CF: Manolo Reina; Juanfran, Escassi, Bustinza, Javi Jiménez; Álex Gallar (Chavarria, m.64), Febas, N'diaye (Dani Lorenzo, m.83), Fran Villalba (Genaro, m.64); Rubén Castro (Loren,m.64) y Fran Sol (Juande, m.64).

Goles: 1-0, M.17: Enric Gallego. 1-1, M.42: Alex Gallar. 2-1, M.76: Enric Gallego, de penalti. 3-1, M.85: Teto.

Árbitro: Iván Caparrós Hernández (Comité Territorial Valenciano).Expulsó al malacitano Bustinza (m.58) por doble cartulina amarilla, amonestó además al local Iván Romero (m.90+2), y a los visitantes N'diaye (m.82) y Dani Lorenzo (m.90+3).

Incidencias: Partido de la sexta jornada de LaLiga SmartBank disputado en el estadio Heliodoro Rodríguez López ante 10.177 espectadores.