Tras dos años viviendo la Semana Santa de una manera diferente, a través de la comunicación 2.0 y las pantallas, este va a ser el año de las emociones: por volver a sentir y ver, por recordar a los que no están.

Ya se palpa en toda albacería la ilusión por lo que está por venir. Y es que, si no has tenido la oportunidad de pasarte por tu cofradía en cualquier día de Cuaresma, quizás te estés perdiendo uno de los momentos más bonitos del año: la convivencia entre amigos que comparten la misma pasión, el orgullo de entregar tu tiempo a tus Sagrados Titulares, el trabajo que dará sus frutos en Semana Santa… atrás quedarán el cansancio y el esfuerzo, porque al final grabarás en tu retina cada uno de los minutos que has pasado limpiando enseres bajo risas y confidencias.

Entre tanta preparación, tanto a nivel espiritual como material, pongo en valor el trabajo de la comunicación en las cofradías (y toca barrer hacia mi terreno). La pandemia ha demostrado, a los que aún no creían en la importancia de las redes sociales en las cofradías, la necesidad de trabajar y gestionar adecuadamente el contacto con los hermanos a través de las pantallas.

Aún recuerdo las semanas previas a aquel primer Jueves Santo entre cuatro paredes, cómo realizamos la estrategia de comunicación para que cualquier hermano o devoto de la Archicofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso y María Santísima de la Esperanza pudiese vivirlo como si estuviese en la Basílica o en el salón de tronos. Una de las cosas que siempre me llevaré de esa época es el agradecimiento de todas aquellas personas que disfrutaron del trabajo audiovisual en nuestras redes sociales. Ahora que podemos vivir la Semana Santa (casi) con normalidad, seguimos teniendo la oportunidad de crear momentos que conecten a los devotos con nuestros Sagrados Titulares y, por supuesto, conectar con aquellas personas que en este tiempo han perdido la ilusión por volver.

Quizás es momento de seguir avanzando en este terreno y añadir valor, sin dejar de lado el trato físico, construyendo estrategias de comunicación y acercamiento a devotos y, por qué no, futuros hermanos de la Cofradía. Porque no olvidemos que el futuro de las Hermandades puede atraerse, también, a través de las redes sociales.