Una mesa de pruebas con armas.

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Málaga

La carta de una jueza de Amberes que alerta a Málaga: el crimen organizado podría condicionar a los tribunales

La magistrada hablaba sin tapujos de la posibilidad de que sus colegas cometiesen errores procesales adrede con tal de no buscarse problemas con clanes de narcotraficantes.

Los problemas que se están generando en Bélgica son producto de organizaciones criminales similares a las que la UDYCO ha ido desarticulando en los últimos meses.

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El pasado 27 de octubre una jueza de instrucción de Amberes publicó una carta abierta para sus colegas y para la sociedad belga que podría aplicarse a España y a la Costa del Sol, relataba la evolución del crimen organizado que ella misma ha investigado.

Hablaba sin tapujos de la posibilidad de que sus colegas cometiesen errores procesales adrede con tal de no buscarse problemas con clanes de narcotraficantes, ya que cada día son menos los jueces que están dispuestos a sacrificarse por el Estado de Derecho.

Algo normal porque ella misma estuvo 4 meses con vigilancia 24 horas, y viviendo en una localización secreta mientras a sus familiares no se les ofreció alternativa ni tampoco cobró ningún plus por esta situación. Tampoco reciben apoyo político ni público, ni privado.

Ya se considera normal en Bélgica que un juez de instrucción viva amenazado por el crimen organizado, desde la Mocro Maffia a cualquier otra organización criminal que opere en Amberes, que no son pocas.

La principal causa de todo es la infiltración en la economía legal del dinero que mueve el crimen organizado, que en Bélgica al igual que en España tiene cifras multimillonarias. Sólo hay que ver ciertos negocios que se abren y cierran mágicamente en nuestras calles, y que en un periodo breve de tiempo son suplidos por otros similares.

Y estos problemas que se están generando en Bélgica son producto de organizaciones criminales similares a las que la UDYCO de Málaga ha ido desarticulando en los últimos meses.

La semana pasada la Policía Nacional informó de importantes investigaciones realizadas por esta unidad en la provincia de Málaga, que han culminado con la desarticulación de varias redes dedicadas al tráfico de drogas y la detención de numerosos individuos implicados en actividades delictivas relacionadas con el crimen organizado.

Acabaron con 55 detenidos, divididos en 9 casos con los que se resolvieron secuestros, tiroteos, y alijos vinculados con la provincia de este último año. Fue una buena muestra de los diferentes grupos criminales que están presentes en la provincia. Desde los propios españoles, suecos, franceses, marroquíes, albanos, o belgas.

Los agentes de la Policía Nacional han logrado encontrar, por ejemplo, a los responsables del secuestro de un ciudadano que se encontraba la noche de 1 de octubre de 2024 cenando en el restaurante El Lobito de Mar de Dani García en la Avenida Bulevar Príncipe Alfonso de Hohenlohe en Marbella. Aquella madrugada un comando lo esperaba a la salida del restaurante y lo introdujo a la fuerza en un vehículo para llevarlo a un piso franco de la provincia de Málaga.

Como es habitual en este tipo de delitos, el móvil siempre es económico y el asunto tiene un trasfondo relacionado con el tráfico de drogas. La víctima era un tipo marroquí nacionalizado español con ascendencia rifeña. Idioma que tuvo que utilizar para comunicarse con los miembros de su clan a los que solicitó los pagos que fueron clave para liberarlo, sus captores pertenecían a un grupo criminal francés, y después de 5 días de cautiverio fue liberado en la Torre de Benagalbón.

Soportó 120 horas de torturas, y los miembros de su clan fueron bien advertidos porque se les envió imágenes de la situación de su compañero de batallas recibiendo pruebas de vida en forma de vídeo y fotos.

La principal cuestión de estos secuestros siempre es el dinero y las razones más habituales por las que se comenten son porque alguien no paga el alijo cuando debe, u otro se ha hecho el listo y ha robado la mercancía. Con la proliferación de tantas organizaciones criminales, la droga que se introduce y vende en Europa está cada vez en más manos.

Y esto conlleva que nadie se fía de nadie. En los 80 y 90 los grandes alijos de droga a nivel internacional eran responsabilidad de unos pocos Carteles de droga, con la llegada de los 2000 comenzaron a fragmentarse y desde 2010 la evolución del crimen organizado es la formación de cada vez más grupos pequeños. Sucede en México donde sólo queda como un gran cartel el Cartel Jalisco Nuevo Generación, pasó en Colombia donde ahora operan remanentes de las FARC, y las AUC, junto con el ELN, o el clan del Golfo y grupos como la Cordillera.

Esa fragmentación del crimen organizado se ha vivido en España donde lo habitual ahora es que el poder de dirección de las organizaciones criminales no sea de más de 10 personas. El resto de personal que participa en las demás actividades es perfectamente reemplazable.

¿Qué ocurre con esto? Pues que la confianza que existía entre unos pocos capos ha desaparecido porque ahora hay cientos, o miles de ellos que están en el mismo nivel de negocio. La desconfianza entre los miembros de estos grupos está latente por la rotación que existe de clanes de narcotráfico, aparecen unos pocos años, y no llegando al 5º han sido desarticulados ocupando su hueco otros tipos a los que los proveedores de drogas casi ni llegan a conocer.

Lo que genera un clima de violencia superior porque la confianza está completamente rota, por eso ya cualquier grupo criminal bien establecido en España se arma con fusiles de asalto. Ya hay casi más ladrones de narcos que narcotraficantes.

En la Costa del Sol es bastante evidente la desconfianza existente porque cada cierto tiempo llegan nuevos grupos criminales internacionales abriéndose paso. Lo último lo vimos con los nuevos clanes de la Mafia Turca, su primera aparición en España fue aquí. Y nunca es casualidad.

En otra de las operaciones destacadas de la UDYCO de Málaga, se sabe que pudieron detener a los dos sicarios franceses que erraron su encargo el 26 de diciembre de 2024. Aquella tarde de Navidad interceptaron a dos narcos suecos en la calle Poseidón de Benalmádena que viajaban en un VTC, y que por sus cabezas pusieron un precio considerable en Suecia, pero su agilidad les salvó.

Los chicos suecos reaccionaron muy rápido a la situación, tras ver que un coche les había cerrado el paso y que de él bajaban unos tipos con pocas ganas de entablar una conversación sobre el último mercado de fichajes del Malmö FF. Armados con subfusiles y pistolas automáticas los franceses no lograron acertar a sus víctimas porque ya se habían lanzando al terraplén que hay justo a un lado de esa vía Poseidón.

Y las malas noticias han seguido para esos sicarios porque se les detuvo por la doble tentativa de homicidio en viviendas de la Cala de Mijas y en Estepona, donde además guardaban un arsenal de 21 armas. Lo último descubierto es bastante llamativo porque se les puede relacionar con decenas de delitos cometidos en otras latitudes.

Este es el día de la Policía que investiga al crimen organizado en la Costa del Sol.