El origen del último pueblo 'franquista' de Andalucía: fue construido de la nada en 1964 por casi 90 millones de pesetas

Villafranco del Guadalhorce tiene el honor, dudoso o no, de ser el último pueblo de Andalucía en excluir de su denominación toda referencia a Franco.

Tras un largo y complejo proceso administrativo, demorado mucho más de lo esperado, la aplicación de la Ley de Memoria Histórica llega a buen puerto.

Y con ello se procede a borrar definitivamente toda referencia al régimen franquista en el nombre de este núcleo urbano de Alhaurín el Grande, que pasa a llamarse Villa del Guadalhorce.

Pero, ¿cuál es el origen del que hasta ahora ha sido el último ‘pueblo’ andaluz con el dictador como referente?

Extracto del anuncio del BOE de 1964 sobre la creación de Villafranco del Guadalhorce.

Atendiendo a las referencias bibliográficas relacionadas con la construcción de este emplazamiento, como la obra de Sebastián del Pino Cabello, titulada Los pueblos de la colonización de Málaga, Villafranco del Guadalhorce tiene un claro origen agrícola.

De hecho, fue una de las numerosas iniciativas para la repoblación agrícola impulsadas por el Instituto Nacional de Colonización del franquismo.

Este organismo, según reza una publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de 12 de noviembre de 1964, dictó una resolución por la que se adjudicaron las obras de construcción "del nuevo pueblo de Villafranco del Guadalhorce en la zona regable por los canales de ambas márgenes del Guadalhorce".

El documento oficial recoge el resultado de un concurso restringido que fue convocado el 29 de agosto de 1964. El presupuesto de contrata inicial ascendía a 96.065.891,55 de pesetas. Finalmente, los trabajos fueron adjudicados a la empresa Helma, S. A. por valor de 89.408.077,75 pesetas.

Según Del Pino, el proyecto original fue encargado al arquitecto Víctor López Morales el 14 de marzo de 1962.

Imagen aérea de Villafranco del Guadalhorce del año 1975.

Según consta en hoja de encargo, el total de viviendas a proyectar eran "200 de colonos de patrimonio familiar, con sus dependencias agrícolas, a ejecutar 140 en la primera fase y las 60 restantes en la segunda, que también comprenderá 15 viviendas de colonos de parcela complementaria".

A la parte residencial se añadía un centro cívico con iglesia (sacristía, despacho parroquial, local de sección católica y vivienda del sacerdote), seis escuelas con sus correspondientes viviendas de maestros, edificio de administración (correos, juzgado con calabozo y aseos en planta baja, salón de sesiones y dos despachos en planta superior), y vivienda para funcionario administrativo, dispensario médico…. Incluso, se planteaba el establecimiento de cine de verano con capacidad para 200 espectadores.

A este primer proyecto se añade la existencia de una propuesta de "Ampliación de Villafranco" redactado en marzo de 1973 por el arquitecto Perfecto Gómez Álvarez. En el mismo se indica que el número de viviendas fueron 20 del tipo B, de dos plantas, y que tenían un buen comportamiento frente a los problemas del terreno.