Me hubiera gustado dedicarle la última columna del año al 2022. Creo que tengo motivos más que suficientes para concluir que ha sido un gran ciclo solar. Al menos por la parte que me toca. Sí, suena algo personalista, pero este es el único espacio que tengo asignado para publicar las ideas que se me van ocurriendo. Sin embargo, escribir con la nostalgia del presente me parece asumir antes de tiempo la derrota: querer quedarte para siempre en este último ahora es soñar lo imposible.

La única forma de vivir eternamente en los mundos felices implica arrastrar aquellos recuerdos en los que habita la alegría. Las fotos, los atardeceres, y los libros. Contaba Carlos Ismael Álvarez que él sabía qué hacía en el momento en el que estaba leyendo cada uno de los casi 5.000 ejemplares que componen su biblioteca. La lista que hoy vengo a rescatar es algo más escueta, pero persigue el mismo objetivo.

Ayuda el hecho de haber ido apuntando en el móvil el título de las páginas por las que he transitado. Desde que comencé con esta labor de registro, a finales de septiembre, he sellado un total de 25 ejemplares. Ni mucho, ni poco; (los números no entran a valorar esas cosas, es lo bueno que tienen), pero al menos me permiten tener a mano algunas firmas. 

Creo que es una buena oportunidad para aquellos que se han empapado de Kierkegaard o de Jaspers. Así pueden vanagloriarse de sus éxitos frente a una propuesta tan mainstream. Como no es mi intención quitarles ese placer a nadie... ¡Vamos a ello! 

Un tal González

Sergio del Molino publica esta obra que anda a caballo entre la novela, la crónica y la reconstrucción de unos años en los que España comenzó a descubrir que había vida en democracia. Un relato fascinante sobre Felipe González, su interior indescifrable y aquellos gobiernos socialistas que empezaron en el amanecer y perecieron en el ocaso del siglo XX. 

Agustín Rivera, en su lista de Zenda, destaca una frase brillantísima: "El país que hizo Felipe es mi país, el que me ha hecho a mí. Contando esta historia, me estoy contando a mí y, charlando con Felipe, me siento, de algún modo pueril, rumbo a Ítaca” (página 361). 

Romanones

Una zarzuela del poder en 37 actos y una preciosísima miniatura sobre Álvaro de Figueroa. Mar Abad nos adentra en la vida de uno de los personajes más populares y a la vez desconocidos de la historia española. ¿Sabían que su currículum va más allá de que era cojo? Si la respuesta es sí, enhorabuena; van a disfrutarlo. Si la respuesta es no, enhorabuena también; van a aprender mucho. 

Por cierto, la serie de Héroes y villanos que se ha marcado libros del KO es digna de alabanza. Creo que Calomarde, el hijo bastardo de las luces caerá más pronto que tarde. A fin de cuentas, la trascendencia no reside en la ejemplaridad, sino en el arte de salir airosos de la contradicción. 

Gravedad Cero

Si no me equivoco (y creo que no lo hago) la autobiografía de Woody Allen es el libro que más veces he regalado. En el último años, dos personas han sido agraciadas con un ejemplar de A propósito de nada. Cosas que pasan. Pero como todo en la vida, renovarse o morir es una máxima. Pensando en otras opciones para no repetirme, me adentré en la recopilación de relatos cortos que ha presentado el director estadounidense. Gravedad cero es una oda al humor, a las risas y a los paisajes bonitos.

Dice en uno de los capítulos: "Goatley forma un grupo de actuación que interpreta obras de vanguardia escritas en palíndromos, pero el grupo va reduciéndose poco a poco a medida que sus miembros empiezan a morir de hambre. El Acto Uno termina con el coro advirtiendo de que uno no puede esconderse de Dios, pero que a veces se le puede engañar con un bigote falso". 

Ensayo sobre la ceguera

Este 2022 se han cumplido 100 años del nacimiento de José Saramago. Visto así, tiempo he tenido para descubrir al Nobel portugués. ¡Nunca es tarde si la dicha es buena! Al menos que se lo digan a mi hermana, que estos días anda como loca buscando Ensayo sobre la lucidezLa balsa de piedra. ¡Ya vienen los Reyes!

Soldados de Salamina

Me topé con la historia de Rafael Sánchez Mazas casi obligado. También me están presionando por ahí para que lea Tokio Blues, pero eso lo dejo para cuando Haruki Murakami gane el Premio Nobel. Ese día, mi madre se llevará una alegría enorme; la misma que no nos hemos podido permitir con Javier Marías. En fin, este año me he reencontrado con un autor que había permanecido esperando en la estantería después de leer Anatomía de un instante. La conclusión que me llevo es clara: ¡hay que volver a Cercas!

Feria

Ana Iris Simón saca la versión ibérica del dolce far niente. Lo único que puedo decir es que durante un par de días fui feliz paseando por Campo de Criptana. Nos leemos en 2023. ¡Feliz año!