El incendio en el paraje natural de Maro, en Málaga, ha calcinado un total de 36,6 hectáreas sumado al terreno agrícola y forestal aún por determinar, ha informado este martes el dispositivo para la prevención y extinción de incendios forestales en Andalucía (Plan Infoca) en su cuenta de Twitter.

La medición provisional del Infoca recoge que de esas 36 hectáreas, unas 2,6 hectáreas afectan directamente al entorno protegido de los Acantilados Maro-Cerro Gordo (Nerja). El fuego, que obligó a cortar el tráfico en la carretera N-340, se inició cerca de la playa de la Caleta mientras se quemaban rastrojos, aseguró en su momento Rafael Yus, coordinador de Ecologistas en Acción. 

Este incendio se dio por extinguido este lunes a las 19:00. Tras declararse el domingo por la mañana en una zona agrícola donde hay muchos invernaderos, quedó declarado a las 6:00 del lunes y las tareas de extinción se vieron dificultadas por el fuerte viento de la zona. De hecho, el fuego se trasladó a los acantilados tras un cambio de viento de levante a poniente en la tarde del pasado domingo.

Un total de 75 efectivos y cinco vehículos pesados trabajaron sin descanso hasta el lunes para sofocar las llamas, originadas en una zona agrícola donde había mucha basura. El principal peligro era que las pavesas volaran lejos y amenazaran el Parque Natural de Tejeda y Almijara, a través del barranco de Colmenarejo. En esa zona todo está muy seco y los cultivos subtropicales tienen mucha hojarasca.

Precisamente, en el área afectada Salsa Inmobiliaria prepara la construcción de un macrocomplejo de campos de golf, hoteles y viviendas de lujo junto a los acantilados de Maro-Cerro Gordo, ha confirmado el coordinador de Ecologistas en Acción. Este proyecto cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de pequeño municipio, que lidera el popular José Alberto Armijo.

El anuncio de la operación urbanística en la reserva natural a principios de año se enfrentó de inmediato a la negativa de Ecologistas en Acción y la plataforma Otro Maro y otra Nerja es Posible, formada por vecinos implicados en la preservación del entorno, quienes han reconocido que el proyecto sacrificaría "uno de los mejores reductos del litoral mediterráneo español que se había librado de la vorágine urbanizadora".