Ernesto, junto al robot de cocina para perros y Chloe.

Ernesto, junto al robot de cocina para perros y Chloe. Diego Radamés EL ESPAÑOL

Sociedad

Ernesto, el primer madrileño con un robot de cocina para perros 'made in Spain': "Pago 50 €/mes, menos que por el pienso"

Albert Icart y Albert Homs son los creadores de un producto que ya tiene a 500 suscritos. A día de hoy, sólo se puede comprar por internet. 

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Sally sujeta a Chloe —su perra—, la acaricia, la achucha y la mira como sólo se hace con lo que realmente queremos. A su lado, Ernesto, su pareja, explica por qué decidieron comprar el primer robot de cocina para perros (Kibus Petcare) de España. “Nosotros somos de Cuba y allí le dábamos de comer lo mismo que a nosotros: un poquito de arroz, carne... Pero al llegar aquí tuvimos que cambiar”, explican en conversación con EL ESPAÑOL.

Sally y Ernesto llegaron a España sin Chloe. “Antes de traer un animal, tienes que mandar su sangre congelada y que la analicen en Valencia”, cuenta. Pero, tras certificar que su perrita se encontraba en perfectas condiciones, la trajeron en avión. “Eso sí, tuvo que venir en la parte de abajo de lo mucho que pesaba”, aclaran.

De ahí que al llegar a Madrid decidieran cambiar de alimentación. Primero, dándole piensos; y después, con comida congelada. “El problema es que nada le gustaba”. Entonces, un día, viendo las redes sociales, se encontraron con un anuncio de Kibus Petcare, el primer robot de cocina para perros inspirado en una ‘Nespresso’. Querían que Chloe perdiera peso. Y lo han conseguido.

Chloe.

Chloe. Diego Radamés EL ESPAÑOL

“Al principio le tenía un poco de miedo a la máquina por el ruido que hacía y se ponía a ladrarle. Ahora, en cuanto escucha el ruido va a por la comida”. A las 11 y a las 17:30, religiosamente, Chloe come.

Antes, Ernesto ha hecho sus deberes: coloca el alimento deshidratado en un depósito y el agua, en otro. Después, programa la máquina desde la App de su móvil para que dispense el alimento a las horas que debe comer su perrita. “Por la mañana no estoy y se sirve sola, sin necesidad de que haya nadie en casa; por la tarde, en cambio, estoy con ella en el salón y lo hago manual”, cuenta.

Con esos dos componentes, el robot de cocina prepara el alimento en 10 minutos y se lo dispensa a Chloe en una bandeja para que ella coma. Fácil, rápido y para toda la familia. “La empresa tiene también nutricionistas que siguen a la perrita".

En total, pagan 49,90 euros al mes. “Pero la cantidad depende de la raza y el peso. En nuestro caso, Chloe es una Yorkshire Terrier y pesa alrededor de cinco kilos. Sale más o menos como si compras el pienso”, finaliza Ernesto.

Los Alberts, los creadores

“Tenemos la patente europea y la mundial”, celebra Albert Icart, uno de los cofundadodres de Kibus Petcare. “Creemos que tiene el potencial para llegar a que los perros de todo el mundo se alimenten principalmente con nuestro invento. Es una propuesta de valor que gana a lo que ahora hay en el mercado”. Por eso, precisamente, hace tan solo un mes ataron una ronda “puente” de un millón de euros para financiar la fase de pulido de su robot de cocina.

Albert Icart sabe de lo que habla. Él, antes de cofundar Kibus Petcare, llevaba años trabajando para Piensos Picart, una empresa familiar que vende piensos en 20 países y que ahora gestiona su padre. “Cuando trabajaba con ellos, en un viaje a Estados Unidos, durante una feria, me di cuenta de que la tendencia estaba cambiando. El perro ya no es una cosa que se deja en el jardín para proteger una casa, sino que es uno más de la familia y, por tanto, se le alimenta igual de bien que a cualquier miembro de esa familia”, explica.

Albert Icart y Albert Homs.

Albert Icart y Albert Homs.

Su idea es que el perro se pudiera alimentar sin comida procesada, como cualquier ser humano. Y para conseguir eso se fijaron en la Nespresso. Es decir, en una máquina que hiciera comida saludable a los canes. “Y es muy fácil de usar. Una vez a la semana programas a través de la App del móvil la cantidad exacta que quieres darle a tu perro y la hora. Y la máquina hace todo por ti”.

Así, primero empezaron mandando el robot de cocina a ‘beta testers’ y después han ido aumentando la cantidad de clientes. En total, tienen a 500 dueños de perros suscritos —la cuota se paga al mes y depende de la raza y el peso del animal— y ya facturan 350.000 euros. Y eso que ahora mismo sólo se puede comprar a través de su página web. “Pero la idea es que se pueda vender en otros países” y en tiendas.