Mercedes, vecina de la calle Preciados de Madrid.

Mercedes, vecina de la calle Preciados de Madrid.

Sociedad

Mercedes, la última vecina de la Puerta del Sol, cuenta su guerra contra los pisos ilegales: "Llevo con denuncias desde 2018"

Esta mujer que reside en la calle Preciados de Madrid mantiene una disputa contra los ocupantes de su bloque en el que ya no queda ninguna familia.

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Las claves

Mercedes Almate, última vecina de la Puerta del Sol, lleva desde 2018 denunciando pisos ilegales en su edificio.

La proliferación de pisos turísticos ilegales en Madrid está desplazando a los residentes de toda la vida.

Mercedes critica la falta de acción de las autoridades madrileñas para abordar el problema de los pisos ilegales.

A pesar de las dificultades, Mercedes se resiste a abandonar su hogar, que es parte de su historia familiar.

Madrid se ha convertido en una ciudad que gira alrededor de su mercado inmobiliario. Por un lado, por el crecimiento constante de nuevos barrios que han ido buscando el espacio que en la capital ya no queda para hacer de la ciudad una mega urbe todavía más colosal de lo que ya es.

Este podría ser quizás el aspecto positivo, el movimiento de nuevos vecinos que encuentran una oportunidad en un mercado saturado y colapsado. Sin embargo, Madrid presenta una problemática en torno a su mercado urbanístico que tiene a buena parte de la sociedad crispada. Un sentimiento que nace desde varios frentes.

El primero de ellos es la subida de precios y la escasez de oferta. Sin embargo, hay personas que, a pesar de tener su casa y de llevar toda la vida viviendo en Madrid, también sufren alguna de las lacras del mercado. Es el caso, por ejemplo, de Mercedes Almate, una vecina de la Puerta del Sol que vive en una guerra constante desde hace años contra los pisos ilegales que acechan su vivienda.

Así lo contaba hace unos días en laSexta donde relataba cómo han sido sus disputas desde hace casi una década, alternando etapas buenas con otras especialmente negativas que le han obligado incluso a recurrir a la Policía para denunciar su situación. Por ello, esta señora se ha convertido ya en una especie de símbolo para todos los madrileños que acumulan décadas viviendo en una capital en constante transformación.

Su cuartel general es la calle Preciados, a muy pocos metros de la Puerta del Sol, una de las zonas de Madrid donde el turismo, en especial el ilegal, campa a sus anchas. Pisos turísticos que han ido desplazando a los madrileños de toda la vida que como Mercedes reclaman poder seguir haciendo su vida en paz como lo han hecho hasta ahora.

El problema de los pisos turísticos en Madrid

"Llevo toda mi vida en la calle Preciados. Yo he nacido en esta casa", comienza diciendo una dolida y cansada Mercedes, quien se encuentra extenuada de luchar constantemente contra los elementos. Ella sigue viviendo en el edificio en el que nació y creció de niña. Sin embargo, nadie ha resistido allí como ella.

"Esto eran cuatro familias, porque había una por planta, y todo el mundo eran vecinos normales, familias normales, con hijos, todos, que estudiábamos, que íbamos al cole... De esos vecinos no queda ninguno, solo quedo yo". Mercedes denuncia cómo Madrid ha ido cambiando sus barrios, dejando solo hueco a los pisos turísticos ilegales como los que copan su bloque.

Esto provoca que la convivencia, por momentos, se haga casi imposible: "Va por rachas. Hay rachas que está pacífico, porque a lo mejor viene gente normal, educada, que no da problemas, y otras veces es horrorosa, porque es de fiestas, sobre todo cuando viene mucha gente joven o vienen a un partido de fútbol, una despedida de soltero o cualquier historia de estas".

Por ello, cuando la situación se complica no le queda otra que recurrir a las autoridades. "Esperas a que venga la Policía, cuando pueda, igual son las 02:00 de la mañana. Van, les piden la documentación, les preguntan cuánto tiempo están, si tienen contrato, en qué plataforma han alquilado los pisos... y todo eso queda registrado. ¿Qué hacen luego con eso? Pues yo creo que nada".

Mercedes asegura que no puede más y es que la primera denuncia por este tipo de situaciones la puso en el año 2018. "Esos pisos turísticos son ilegales, ninguno tiene licencia, pero nada, no pasa nada. Esto es una tomadura de pelo integral". Esta señora denuncia que su situación no es un caso aislado ni mucho menos. Sin embargo, muchos vecinos terminan sucumbiendo y deciden marcharse, vendiendo o alquilando su casas.

Ante estos problemas, esta mujer no duda en señalar a las autoridades de la capital, a quienes acusa de haber dejado que el centro de Madrid se convierta en un parque temático del turismo sin control ni respeto. "El alcalde dice que no saben dónde están los pisos turísticos. ¿Cómo que no saben? Si yo he puesto una denuncia y digo dónde está el piso turístico, con calle, dirección, piso, distrito postal y hasta número de teléfono".

Pero ni dando todos estos datos Mercedes ha conseguido algo. "Esto es tan fácil como poner más inspectores, pero no dos, 20 o 30 por distrito. No les importa dónde pueda vivir la gente, no les importa el precio que están adquiriendo los pisos". Y es que para esta mujer, buena parte de la subida del coste de la vivienda se debe también a este tipo de negocios.

Aunque a pesar del calvario que le supone vivir en esta situación, Mercedes asegura que seguirá resistiendo mientras pueda: "Ver que todos los vecinos se han ido es una sensación de aislamiento, de tristeza muchas veces, que dices ‘yo me voy a ir de aquí’, pero no, no me voy a ir de aquí. Esta es mi vida, es mi historia, es la memoria de mi familia".