La puerta del narcopiso y los buzones quemados.

La puerta del narcopiso y los buzones quemados. E.E.

Sociedad Sucesos

La herencia de Dolores: una vivienda en Latina reconvertida en narcopiso okupa que ha "destruido la convivencia"

Los vecinos del paseo de los Jesuitas 32 llevan años tratando de conseguir el desalojo de los okupas de una vivienda cuya dueña murió y nadie heredó.

Más información: El Paraguayo, el líder okupa que busca casas vacías de Madrid para usurpar: "En un par de años les caemos a estos"

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Los vecinos del paseo de los Jesuitas número 32, en el madrileño distrito de Latina, no pueden más. Denuncian que llevan años conviviendo con unos okupas "muy conflictivos" que han convertido una vivienda sin propietario en un narcopiso en el que hay constantes gritos, fiestas, música a todo volumen, menudeo e incluso violentos ajustes de cuentas.

Por desgracia, este problema sucede desde hace años y su punto de partida es el año 2014, cuando Dolores, la vecina del 4º izquierda, falleció sin dejar en herencia su vivienda.

Fue entonces cuando el piso quedó vacío y sin propietario, por lo que un grupo de okupas entró en la vivienda y se estableció en ella.

"Cuando yo compré mi piso en noviembre del año 2021 ya había okupas en la casa. Yo vivo en el 3º izquierda, justo debajo del piso usurpado", relata Per Rydén a Madrid Total un vecino del inmueble de origen sueco.

Cuenta que es "difícil saber cuando usurparon el piso" por primera vez, pero lo cierto es que todo comenzó "hace muchos años".

Desde que Per se mudó al número 32 del paseo de los Jesuitas, él y el resto de los vecinos han estado conviviendo "con narcotraficantes": "Te puedes imaginar, ruidos por la noche, suciedad, música a todo volumen, trasiego de toxicómanos día y noche e incluso ajustes de cuentas".

En octubre de 2023, Per se convirtió en el presidente de la comunidad de vecinos y decidió, junto a los demás inquilinos, que había "que poner fin" de algún modo a esta situación.

"Fíjate cómo serán las cosas que durante la reunión de los vecinos, el okupa ilegal se presentó visiblemente alterado e intentó postularse como presidente, pero evidentemente fue rechazado por no ser propietario", cuenta Per.

Un mes después, en noviembre del año 2023, los vecinos presentaron presencialmente un escrito en el registro de la Agencia Tributaria, en la oficina de Ciudad Lineal, solicitando que el Estado se personase en el procedimiento judicial de declaración de herederos.

Según cuenta Per, en estos casos, "los bienes abandonados y sin herederos, pasan al Estado, que se convierte en heredero legítimo y se hacen cargo de ellos".

Pero lo cierto es que, en este caso, "ha habido una absoluta inacción por parte de las administraciones a la hora de decidir qué hacer con la propiedad y el piso se ha convertido en un problema".

"El 13 de noviembre de 2023 el abogado de la Comunidad de vecinos presentó un burofax dirigido a la Dirección General del Patrimonio del Estado exponiendo el problema. Solicitamos al Estado que actuara como propietario legal, designara un letrado y se personara en el procedimiento judicial pertinente para el desalojo", explica Per.

Pero en enero de 2024 recibieron respuesta de la Dirección General del Patrimonio: "No tenían constancia del burofax". "Tampoco nos dijeron como proceder para terminar con el problema y, mientras tanto, todos aguantando los ruidos y molestias de narcopiso a diario", relata este vecino.

Según cuenta Per, se había creado "un bloqueo circular": "Nos exigían pruebas como el certificado de defunción y el certificado de últimas voluntades, unos documentos que no podíamos obtener los denunciantes".

"A finales de enero de 2024, el abogado se retiró del caso y nos dijo que no había nada que hacer. Nos sugirió contactar con los medios de comunicación, pero los vecinos y yo teníamos miedo de que poner a los okupas en el foco mediático los alterara y hubiera represalias", explica.

El infierno okupa

Per y los demás vecinos no cejaron en su empeño de lograr el desalojo y terminar con la pesadilla, pero la historia entró en una fase delicada.

"El 21 de marzo de 2024, vi por la mirilla de mi casa a uno de los okupas visiblemente alterado con un cuchillo en la puerta. Se había enterado de nuestra intención de conseguir su desalojo", explica Per.

Como es natural, Per estaba "asustado" tras esta amenaza: "Al llegar a casa ese día, vi que habían forzado mi cerradura, por lo que tuve que cambiarla, corriendo yo con todos los gastos".

Por eso, este vecino decidió marcharse de viaje unos días "para olvidarse y desconectar" de este infierno.

"Después del verano de 2024, el descanso vecinal ya no existía. El 16 de septiembre hubo un ajuste de cuentas con una pelea tremenda en el piso. Hubo personas que escaparon por la ventana y el okupa bajó sangrando por la escalera", detalla.

Pocos días después de estos hechos, el 4 de octubre, se produjo otro incidente "aún más grave": "Incendiaron los buzones de madera de la entrada, poniendo en riesgo las vidas de todos los vecinos. Por fortuna, un vecino se dio cuenta y pudo sofocar las llamas".

Pero la delicada situación continuó. "En febrero de 2025, aparecieron grandes filtraciones de agua en mi piso procedentes de la vivienda de arriba. El coste total de reparación fue 705 euros, de los cuales solo 250 me fueron reembolsados por la comunidad", cuenta.

Tras meses de angustia, Per y los demás vecinos vieron algo de luz en junio de este año, cuando consiguieron el "certificado de defunción y el certificado de últimas voluntades de Dolores".

"Presentamos todos los documentos a las administraciones para que hicieran algo. Pero los okupas han estado viviendo en el piso completamente sin coste durante mucho tiempo, con todos los gastos mensuales pagados por una vecina fallecida, y han destruido completamente la convivencia de la comunidad", lamenta este vecino.

Según el relato de los vecinos, el pasado martes 8 de julio, hacia las 6.00 horas, se produjo una redada policial en el 4º izquierda: "Aparecieron varios agentes y se llevaron varios objetos en diversas bolsas".

Para los vecinos del paseo de los Jesuitas número 32, esta redada significa que las "actividades ilegales" del narcopiso "aún siguen activas".

Ahora, desde hace una semana, el piso parece estar "abandonado", pero los vecinos "tienen miedo": "Hemos pedido en el juzgado que lo precinten para que nadie pueda entrar, pero lo han rechazado, ya que ninguno somos propietarios del piso".

"Esta historia pone de relieve la inacción del estado ante el problema de la okupación y el problema de la vivienda. Hay muchos otros ejemplos de viviendas vacías en Madrid que podrían usarse para atajar este último problema. Todo se basa en la existencia de un propietario, por eso estamos atados de pies y manos", lamenta Per.

Este vecino ha elevado una petición al Parlamento Europeo sobre este tema. En ella, denuncia que España es el único país de la Unión con una política distinta con respecto a las herencias vacantes. "Esperemos que sirva, ya que ayudaría a generar vivienda, que hace falta y terminaría con la pesadilla que vivimos los vecinos del paseo de los Jesuitas número 32", concluye.