Micael da Silva, conocido como El Portugués.

Micael da Silva, conocido como El Portugués. EFE

Sociedad

El jurado declara culpable a El Portugués del cuádruple atropello mortal en una boda en Torrejón de Ardoz

La fiscal pidió la máxima pena para el acusado por el múltiple atropello, la prisión permanente revisable, al igual que cuatro de las cinco acusaciones.

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Agencias
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El jurado popular ha declarado culpable a Micael D.S.M., conocido como El Portugués, de la muerte de cuatro personas por un atropello múltiple en una boda celebrada el 6 de noviembre de 2022 en el restaurante El Rancho de Torrejón de Ardoz (Madrid).

Los miembros del jurado, que han dado a conocer este martes el veredicto del juicio contra El Portugués, han concluido que el acusado es culpable de causar la muerte de cuatro invitados a la boda -dos mujeres, un hombre y un menor de edad de dieciséis años- y haber tratado de matar a otras nueve, que sufrieron lesiones de distinta consideración de las que algunos todavía no se han recuperado.

En el juicio, que finalizó el pasado viernes después de tres semanas de sesiones, la fiscal pidió la máxima pena para el acusado por el múltiple atropello, la prisión permanente revisable, al igual que cuatro de las cinco acusaciones ejercidas por las víctimas, mientras que la defensa reclamó su absolución al argumentar que concurrían las eximentes de miedo insuperable y estado de necesidad.

Durante el juicio, que se ha prolongado tres semanas El Portugués, trató de justificar su conducta alegando que actuó impulsado por el miedo.

Según su declaración, aquella tarde del 6 de noviembre de 2022 se encontraba en la celebración de una boda entre dos familias gitanas en Torrejón de Ardoz cuando estalló una pelea. Aseguró que tanto él como sus hijos y sobrinos fueron amenazados con navajas y que incluso llegó a ver una pistola, por lo que decidió huir del lugar en su vehículo.

En su relato ante el tribunal, explicó que mientras trataba de escapar escuchó dos disparos y, preso del pánico, se agachó dentro del coche, momento en el que se produjo el atropello.

Insistió en que no quiso acelerar, que fue su propio cuerpo el que empujó el pedal del acelerador “solo y por miedo”, y afirmó que no supo que había arrollado a nadie hasta que un agente se lo comunicó tras su detención.

Durante su testimonio, repitió en varias ocasiones que no quiso hacer daño a nadie y que únicamente intentaba salvar a su familia: “¿Qué padre no salva a sus hijos si les están tratando de matar?”.

Sin embargo, los abogados de la acusación desmontaron este argumento alegando que el acusado incurrió en numerosas contradicciones respecto a la versión que ofreció durante la fase de instrucción. Para la Fiscalía y la mayoría de las acusaciones, el testimonio del acusado no logró acreditar ninguna de las eximentes que plantea su defensa.