La detención de un trinitario del coro de Torrejón de Ardoz.

La detención de un trinitario del coro de Torrejón de Ardoz. Policía Nacional

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Así es el territorio que controlan los Trinitarios a base de "castigos": seis pueblos y ocho barrios de Madrid

Este lunes comenzó el juicio contra siete trinitarios que intentaron asesinar a dos personas en enero de 2023 en un parque de Arganzuela. 

Más información: Detenidos 29 miembros de los DDP y los Trinitarios implicados en reyertas en Madrid: hay 22 menores

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Este lunes 24 de febrero arrancó el juicio contra siete integrantes de los Trinitarios por el intento de asesinato de dos personas. En el argot de las bandas juveniles, estas agresiones se denominan como 'caídas' y la que ahora se juzga se llevó a cabo en enero de 2023 en el parque Cuña Verde del Ferrocarril, en el madrileño distrito de Arganzuela.

Los hechos ocurrieron sobre las 22.50 horas del 24 de enero de aquel año, cuando dos jóvenes fueron sorprendidos de manera repentina e inesperada por un grupo numeroso de miembros probados de los trinitarios. Tras solicitarles que hicieran gestos relacionados con simbología de la banda rival, acometieron contra las dos víctimas, provocándoles lesiones de gravedad por las que tuvieron que ser asistidos médicamente.

Por esta 'caída', el fiscal imputa a este grupo de trinitarios dos delitos de asesinato en grado de tentativa y a cinco de ellos con la modalidad de pertenencia a banda criminal. Se enfrentan a penas de hasta 32 años de prisión.

En el escrito judicial al que ha tenido acceso Madrid Total, la Fiscalía expone diversos detalles de esta banda, como por ejemplo que en España fue fundada en el Centro Penitenciario de Alcalá Meco en abril de 2001, produciéndose su implantación en toda la Comunidad de Madrid a partir del verano del año 2004.

Sus fines, tanto dentro de las prisiones como en el exterior, son la ocupación de barrios y zonas urbanas donde asentarse para dedicarse a una actividad delictiva: tráfico de estupefacientes o armas y el control de los delitos patrimoniales. 

Otro detalle que expone el documento de la Fiscalía madrileña es el 'mapa' de los coros o grupos donde están asentados los Trinitarios en la Comunidad de Madrid: se reparten en las localidades de Torrejón de Ardoz, Alcalá de Henares (Corredor del Henares), Leganés (Barrio de la Fortuna), Getafe, Parla, Fuenlabrada y en los barrios de Madrid capital como Orcasitas, Tetuán, Opañel, Almendrales, Ciudad Lineal, Vallecas, Villaverde y Barrio del Pilar.

Los Trinitarios es una banda estructurada de forma jerárquica y piramidal, con distribución de tareas y responsabilidades. El líder es quien marca las pautas y comportamientos a seguir por el resto de miembros, siendo quien establece los rituales propios de adhesión a la banda. 

De hecho, para mantener el control de los miembros existen reuniones periódicas, las cuales se llevan a cabo en determinados parques, lugares o zonas de control de la banda, consideradas de su territorio. La asistencia a las reuniones semanales es obligatoria y puede haber castigos para los que no acudan, según indica el citado documento.

Tal y como se recoge en el escrito de la Fiscalía madrileña, el control territorial supone la principal actividad de los Trinitarios. No dudan en utilizar la violencia a través de agresiones, amenazas y coacciones para ejercer el dominio en los citados barrios en los que se asientan. 

La 'caída' de enero de 2023

La noche del 24 de enero de 2023 los siete trinitarios que se han sentado este lunes en el banquillo de los acusados se dirigieron a un grupo de tres personas en el parque Cuña Verde del Ferrocarril de Arganzuela, un punto frecuentado por una de sus bandas rivales, los Dominican Don't Play (DDP).

Los agresores iban ataviados con mascarillas y capuchas con el fin de dificultar su identificación. También portaban piedras y armas blancas de gran tamaño. Al grito de 'Patria' comenzaron a agredir a dos de las tres personas que se encontraban en el parque, a pesar de que no tenían relación alguna con bandas juveniles violentas.

 

A una de las víctimas le propinaron dos golpes dirigidos a la cabeza, pero que finalmente impactaron en un brazo que la víctima levantó instintivamente para protegerse y al otro le dieron un fuerte machetazo en el rostro.

El ataque de estos trinitarios terminó con unas graves lesiones para sus víctimas: uno de los jóvenes quedó con parte del rostro paralizado y una herida de 16 centímetros de longitud. Su agresión fue tan brutal que se podía ver su cavidad bucal. La otra víctima terminó con una mano semiamputada y varios cortes en el trapecio y la espalda. 

Por todo ello, además de las penas de cárcel, la Fiscalía reclama que los acusados indemnicen a los agredidos con más de 30.000 euros por las lesiones y los daños morales y en las cantidades que se determinen tras el juicio por las secuelas.