Juguetes y material que se brinda para uso de los clientes durante la fiesta.

Juguetes y material que se brinda para uso de los clientes durante la fiesta. Imagen cedida por La Nueva Pastelería.

Sociedad

Así es una noche en una fiesta de sexo sado en Madrid, la ciudad con más locales BDSM de España

La Nueva Pastelería es una de las discotecas donde se practican conductas sadomasoquistas pero siempre de forma "segura".

24 febrero, 2024 02:30

Cuando llamo por teléfono, Odín, el dueño del local, se refiere a mí como "neófita". Me invita a ir el viernes, porque los jueves "son un día flojo". La gente va ataviada con arneses, cadenas, lencería, cuero, látex... porque el evento tiene un dresscode muy exigente. 

Es La Nueva Pastelería (LNP), una discoteca que celebra fiestas de temática BDSM. El local se encuentra en pleno centro de Madrid, y se trata de un lugar donde mantener sexo 'sado' "emocionante, divertido y seguro", según alguno de sus asistentes. 

Si has visto 50 sombras de Grey, seguramente sepas del tema, aunque se trata de algo que viene de mucho más atrás. El término BDSM es un acrónimo acuñado en 1990 formado por las siglas de las palabras Bondage (atamientos eróticos); Disciplina y Dominación; Sumisión y Sadismo; y Masoquismo. 

[Este es el club de masturbación masculina que arrasa en Madrid: 2.400 socios en un año]

Zona de entrada a La Nueva Pastelería.

Zona de entrada a La Nueva Pastelería. Imagen cedida por La Nueva Pastelería.

El local es bastante discreto, de puertas para fuera. Parece, a primera vista, una discoteca al uso. Pero cuando bajas las escaleras, a ritmo de música tecno, descubres lo que ellos llaman "la mazmorra" o "la playroom". Se trata de un espacio cercado con barrotes y totalmente equipado para montar "una escena". En otras palabras, mantener sexo entre dos o más personas con roles de dominante y dominado

La cruz de San Andrés (una estructura con forma de X instalada en la pared que permite atar a la otra persona de pies y manos con cadenas), látigos, fustas, potros, cuerdas, jaulas, sillones... hacen de la mazmorra un lugar perfecto para dar rienda suelta al placer sexual, siempre que sea SSC (seguro, sensato y consentido).

Así es “la mazmorra” de La Nueva Pastelería.

Así es “la mazmorra” de La Nueva Pastelería. Imagen cedida por La Nueva Pastelería.

 

Estas fiestas todavía se organizan con cierta clandestinidad, "quizás por el consumo de drogas que es habitual en este entorno", expresa una participante. Sin embargo, Madrid se consagra como la capital del sexo duro, ya que es la ciudad con más locales de España para estos fines, junto con Barcelona, según la Asociación para la Divulgación de Prácticas Sexuales no convencionales (BDSMK).

Normas para los eventos

Aunque parece algo arriesgado, estas fiestas cuentan con unas normas y un código de seguridad muy estricto. No solo controlan si cumples de manera adecuada las exigencias de vestimenta, sino que a lo largo de todo el local puedes ver a personal de seguridad, debidamente identificado, para que puedas acudir a ellos en todo momento. 

Las normas son claras, y así te lo hacen saber desde un primer momento, tanto a través de Instagram como en su página web. Si tienes algún problema, grita la palabra de seguridad, y el personal de la sala, así como los participantes de fuera de tu "escena", acudirán en tu ayuda. 

Normas de acceso.

Consentimiento. "No" significa "no". "Quizás" también significa "no". No tocar a nadie sin su permiso. 

Respeto. No interrumpir una escena a la que no te hayan invitado. Se permite mirar, pero sin incomodar a los participantes. Tampoco se permite masturbarse.

Ninguna discriminación. No se toleran actitudes fóbicas hacia la identidad, género, orientación, raza o tipo de cuerpo.

No se permiten los juegos con heces y orina. Tampoco se permiten juegos de asfixia ni con fuego, y los que incluyan sangre, cera u objetos afilados requerirán el permiso por anticipado de los organizadores. 

Prohibido hacer fotos o vídeos. Los móviles no están permitidos en la mazmorra y, fuera de ella, se preservará la privacidad de los clientes. 

El local se reserva siempre el derecho de admisión, a pesar de que ya hayas adquirido tu entrada. A pesar de ello, a estas fiestas puede acudir cualquiera que esté interesado, aunque la mayoría de los asistentes pertenecen al colectivo LGTBI+.

LNP: un negocio pionero

Odín tiene ahora 60 años, pero descubrió este mundo "casi desde niño". Empeñado en brindar a más gente "practicante" un lugar de reunión y divertimento, fundó La Pastelería hace más de 9 años

Se trata del primer club de BDSM en Madrid. "Fuimos los pioneros. Cuando abrimos el primer local no había ningún otro que ofreciera este tipo de fiestas", asegura.

Hace dos años, con la intención de seguir creciendo, se trasladaron a un local en pleno centro de Madrid, que cuenta con 330 metros cuadrados" elegantes y de pleno glamour", y que puede llegar a acoger hasta a 200 personas.

Cruz de San Andrés, una estructura para atar de pies y manos.

Cruz de San Andrés, una estructura para atar de pies y manos. Imagen cedida por La Nueva Pastelería.

Cuentan hasta con una sala de fumadores. "Nuestra máxima es la comodidad y la seguridad de la gente que viene, por eso tenemos unas normas muy estrictas", explica. 

Y es que, aprovechando el traslado, se dieron de alta como asociación. "Nos regimos bajo la ley, y aquí dentro absolutamente todo es legal. No somos como otros clubes que permiten cosas de todo tipo", recalca. 

En LNP tienen distintas tarifas dependiendo del día de la semana y del tipo de fiesta, pero también ofrecen la posibilidad de hacerse socio anual

"La cuota para ello es de 100 euros, y permite la entrada gratuita a todos los eventos. De hecho, en breve celebraremos nuestro segundo aniversario en este nuevo local, y será una fiesta exclusiva para socios", explica. 

En su intento de normalizar estas prácticas, algunos jueves preparan lo que ellos llaman "café tertulia". "Se trata de charlas para que los neófitos conozcan el ambiente, entren antes en contacto con la gente, hablen y expresen sus dudas... porque aunque aquí se puede practicar sexo, esto es mucho más", cuenta Odín. 

La Nueva Pastelería no es solo un lugar para practicar sexo, y cuenta hasta con un billar.

La Nueva Pastelería no es solo un lugar para practicar sexo, y cuenta hasta con un billar. Imagen cedida por La Nueva Pastelería.

"Nunca había disfrutado tanto"

Alicia, nombre ficticio para esta joven que ya ha acudido en más de una ocasión a estas reuniones, descubrió el BDSM gracias a su expareja. "Empezamos a practicarlo y me gustó. La gente tiene una idea equivocada de lo que es el BDSM. Seguro que hay gente que lo practica sin saberlo, porque el simple hecho de que tu pareja te tire del pelo o te agarre del cuello ya es un acto de sumisión", explica. 

Conoció estas fiestas en su lugar de origen, las Islas Canarias, gracias a un amigo. Asegura que "nunca había disfrutado tanto ni me había sentido tan segura en una fiesta". "Es un ambiente de mucho respeto. Al contrario de lo que se piensa la gente, todo está consensuado y se da mucha importancia al bienestar de la otra persona", afirma. 

Lola está de acuerdo, aunque al contrario que Alicia acude como principiante a la fiesta. Esta joven, que también desea permanecer en el anonimato, quiere brindar su testimonio para "romper con los tabúes".

"Me ha sorprendido porque, a diferencia de lo que muchas veces sucede en relaciones normativas, todo el mundo está muy pendiente de lo que quieres, de lo que te gusta, y se preocupan mucho por tu bienestar. Antes de hacerme algo, me han preguntado, y constantemente buscaban mi aprobación para asegurarse de que ninguna de las maniobras me estaba resultando dolorosa o incómoda", explica. 

Alicia y Lola comienzan la fiesta consumiendo. Están en un local a escasos metros de Ópera. La droga la han conseguido dentro, gracias a "una chica de pelo azul" que se la ha vendido. Al principio bailan juntas, pero luego siguen la fiesta por separado.

Han conocido a alguien, y cada una se dispone a empezar su escena. Alicia prefiere probar con cera caliente. "Son velas especiales, hechas de una cera que no llega a hacer quemadura", afirma. Lola prefiere el shibari, una práctica sexual de origen japonés que consiste en atar a la otra persona de maneras muy concretas. 

Se pierden entre la multitud, aunque están tranquilas. Saben que se encuentran en un sitio seguro, y que compartirán juntas una larga charla que comenzará con "tía, cómo fue la noche" cuando se reencuentren al día siguiente.  

'Golfxs' con principios

Miguel Vagalume, educador sexual, terapeuta y experto en sexología no convencional, organizó su última fiesta con temática BDSM hace ya 11 años. Aunque su carrera profesional se haya dirigido hacia la organización de otro tipo de actividades, sigue siendo practicante, aunque no entra en detalles sobre ello porque "no me gusta hablar de mi experiencia personal en los medios".

Concibe el BDSM como colectivo y no como término, ya que "dentro de él hay grupos de personas muy heterogéneos que tienen cada una distintas preferencias y realizan prácticas muy diversas". Por activismo y por "ganas de crear un grupo de gente similar en Madrid que perteneciera a grupos de sexualidad no convencional" creó el blog Golfxs con principios en 2012. 

"Nació en la búsqueda y en la necesidad de encontrar personas afines. Al final el grupo evolucionó y empezamos a organizar charlas mensuales, aunque ahora las tenemos en pausa", explica. Golfxs con principios también es una página de divulgación, donde se encuentran artículos, ideas, traducciones de libros... relacionados con la sexualidad o identidad no convencional. 

Vagalume quiere dejar claro que todas estas ideas no están relacionadas con el porno ni con cuestiones "oscuras" y matiza que la gente que curiosee "no encontrará ningún tipo de desnudo". "Esta información siempre se suele relacionar con lo tétrico, con lo clandestino... y para nada. Lo que nos gusta es organizar eventos y reunirnos a la luz del día".

Para acabar, hace un llamamiento a la desestigmatización de la sexualidad no convencional. "Las prácticas en las que se erotiza que una persona domine a otra son parte de la sexualidad humana. Llevan toda la vida ahí y mucha gente jugamos a eso", afirma. 

*Andrea G. Cilleruelo, autora del reportaje, es alumna de la primera promoción 2023-2024 del Máster de Periodismo de EL ESPAÑOL/UCJC.