La terraza del restaurante peruano Oroya.

La terraza del restaurante peruano Oroya. E. E.

Ocio

El restaurante peruano donde comer más cerca del cielo de Madrid: un fresco invernadero con ceviche imperial

Ubicado en la azotea de uno de los hoteles más lujosos de Madrid, Oroya está dirigido por el famoso chef peruano Diego Muñoz.

Más información: El refugio de verano del chef Aurelio Morales en Madrid: un taco de chuleta madurada y un cóctel frente al lago

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El cielo de Madrid siempre ha sido un reclamo para cualquiera que pasee por el centro de la capital en los meses de verano, pero con este calor, las ansias de ascender hacia lugares tan alejados del asfalto como sea posible han convertido a las terrazas en un objeto de deseo nada oscuro.

En el trono de esos deseos está, sin duda, Oroya, el restaurante peruano situado en uno de los mejores rooftop de Madrid, el del hotel The Madrid Edition. Su terraza emerge como un refugio climático, un invernadero donde poder respirar entre cócteles y ceviches tan sólo subiendo unas escaleras.

El diseño de la terraza se muestra como un jardín suspendido, con una pérgola enredada de verde y todo el mobiliario hecho de teca y ratán que transporta a quien lo pisa a otros cielos igual de estrellados pero con una brisa del mar de fondo.

Lo mejor de Oroya, además del microclima que ha creado, es, sin duda, la carta del chef Diego Muñoz, que para este verano ha apostado por recetas tradicionales peruanas aunque combinadas con productos locales para ampliar el abanico de sabores y olores.

E. E.

El restaurante del hotel The Madrid EDITION ha querido que, en estos meses de calor, su menú cuente la historia de Perú a través de su gastronomía pero, sobre todo, a través de las influencias que ha tenido como la cocina española, la africana, la italiana, la china y, por supuesto, la japonesa.

En este rediseño estival de la carta, Diego Muñoz no ha estado solo sino que le ha acompañado en su viaje la chef de cuisine Danitza Alpaca, premio San Pellegrino Young Chef 2022, para conseguir ampliar los horizontes de la comida peruana hacia todos sus límites.

Muñoz recuerda Perú con platos como las Ostras Daniel Sorlut en una preparación nikkei, con ponzu yuzu, palta (aguacate) y cilantro; o como la Causa frita con colas de gamba roja sazonadas con su coral, palta y cabezas crujientes.

Precisamente, el chef recuerda que esta "elaboración nació en la época de adversidad entre Perú y Chile" como una forma de alentar a las tropas peruanas hacia su dura misión a base de un plato rico y lleno de nutrientes.

Las ostras de Oroya.

Las ostras de Oroya. E. E.

Hacen su aparición estrella los Baos de pollo frito, vegetales encurtidos y ensalada de hierbas; o el Katsu de merluza a la inglesa con nabo y ají amarillo, tártara e hilos de patata, que al propio chef le hace recordar el pan con pejerrey frito que disfrutaba de pequeño en su Callao, concretamente en la famosa bodega Rovira.

Claro que no se puede contar la historia en platos de Perú sin hablar de los ceviches y para innovar en estos meses de calor, Diego Muñoz ha querido jugar con la receta del Ceviche imperial, una de las más tradicionales en las grandes cevicherías del distrito de Barranco, en Lima, como la Canta Rana.

Su ceviche imperial 2025 está hecho a base de corvina, palta, cebolla, choclo, chulpi, y boniato caramelizado, el guiño más auténtico a la tradición limeña.

Para los más callejeros, la opción es el Ceviche carretillero también de corvina pero con pulpo, leche de tigre de rocoto y calamar frito. La tercera apuesta en este apartado de Muñoz es con el Ceviche nikkei: atún, tamarindo, ají panca, nabo, arroz crujiente y shiso rojo.

Su menú de verano se completa con verduras de temporada, los anticuchos de corazón de res, papas amarillas y la chalaca de ajíes de ande; la dorada a la parrilla con mantequilla de ají amarillo y huacatay; el lomo saltado tradicional, o la Oroya burger con cebollas caramelizadas y salsas barbacoa y hoisin.

Cócteles en Oroya.

Cócteles en Oroya. E. E.

Y el punto final, cuando uno se cree que ya no puede estar más cerca del cielo, llega el Huevo Chimbo con bizcocho de yemas y anís, maracuyá y almendra, una explosión de sabores riquísima como para no querer ir a ningún lugar y sobre todo, como para no querer bajar al infierno del asfalto.

Oroya también es una buena idea si simplemente queremos probar algunos de sus cócteles, en una oferta muy amplia y refrescante, o si queremos alargar la comida y la cena con una bebida de sobremesa preparada ante tus ojos.