Vista aérea del municipio de Bonilla de la Sierra.

Vista aérea del municipio de Bonilla de la Sierra. Castillos del Olvido

Madrid Comunidad

El bonito pueblo romano a poco más de 1 hora de Madrid que casi nadie conoce: ideal por sus frías temperaturas en verano

La desconocida villa medieval con un impresionante castillo y una iglesia colegiata en plena sierra perfecta para una escapada y huir del calor.

Más información: El pueblo más bonito de Madrid según National Geographic está a 30 minutos: se puede navegar en velero y de estilo medieval.

Publicada
Actualizada

Pocos países hay en el mundo que tengan una mayor belleza que España. Además, las bondades de nuestro territorio residen, sobre todo, en la enorme variedad de zonas y lugares que podemos encontrar y disfrutar. Sin embargo, uno de las grandes olvidados suele ser el centro peninsular.

La Comunidad de Madrid o provincias como Toledo, Ávila, Guadalajara o Segovia también merecen y deben tener su espacio y su consideración. Además, son zonas que poco a poco se están poniendo de moda, ya que cada vez más personas las eligen para realizar una escapada.

Sin embargo, todavía quedan muchos municipios a los que les falta el reconocimiento que merecen por su impresionante belleza. No tienen el nombre o el peso que otros más conocidos y por ello son rincones que merece la pena descubrir.

Uno de los ejemplos más llamativos es Bonilla de la Sierra, un pueblo de la provincia de Ávila que podría ser perfecto para esa escapada de fin de semana desde Madrid. Se trata de un rincón pequeño, pero repleto de belleza. Y el ejemplo perfecto de la paz que nos da siempre esta tierra.

Este pequeño municipio es un ramillete de calles estrechas y empedradas, de casas bajas y de construcción antigua que esconden una gran historia en su interior. Además, cuenta con un bonito castillo que no tiene nada que envidiar a otros emblemáticos de nuestro país.

¿Cómo es el pueblo de Bonilla de la Sierra?

Si eres amante del turismo de interior y de los rincones poco conocidos, Bonilla de la Sierra puede ser ese pueblo que necesitas conocer y que realmente no sabías. Un pequeño rincón de la provincia de Ávila que es ejemplo de belleza y misterio a partes iguales.

Este municipio se encuentra situado en la comarca de El Barco de Ávila, justo en el valle de Corneja, y supone uno de los puntos más bonitos de la provincia. Pero también de los más tranquilos, ya que apenas supera los 100 habitantes.

Por ello, es el rincón perfecto para visitar y para huir del mundanal ruido de las grandes ciudades. Además, no solo es ejemplo de belleza, sino que todas sus calles y rincones evocan a grandes momentos de la historia, especialmente de la Edad Media.

La mayoría de las casas son bajas y de piedra, al igual que sus estrechas calles, que bien recuerdan a una villa medieval en su máximo esplendor. Pero lo mejor de Bonilla de la Sierra, sobre todo en estas fechas, son sus agradables temperaturas.

Y es que este pueblo se sitúa por encima de los 1.000 metros de altitud, por lo que supone una opción más fresca que, por ejemplo, ciudades como Madrid. Y es que este municipio se encuentra a menos de dos horas en coche de la capital. Perfecto para un pequeño viaje de fin de semana.

La belleza de Bonilla de la Sierra es contrastada, ya que está incluido en la lista de Los Pueblos Más Bonitos de España. Además, tiene el honor de ser el primero de su provincia en lograrlo. Gracias a su rico patrimonio histórico y cultural fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1983.

Este pequeño pueblo tiene su origen en la época de la Antigua Roma, ya que las rutas ganaderas que pasaban por la zona favorecieron los primeros asentamientos. Mucho después, ya en el siglo X, el crecimiento de Ávila como frontera castellano-árabe jugó en favor de su repoblación.

Tanto es así que la corona les entregó nuevas tierras. El obispo Domingo Blasco recibió Bonilla y lo convirtió en eje del patrimonio episcopal. Por ello, se consolidó como villa de jurisdicción episcopal y centro administrativo.

Poco a poco, el pueblo fue creciendo y su economía agrícola-ganadera fue dando lugar a la entrada de otras fuentes de ingreso como la artesanía o diferentes industrias. Su resistencia para no desaparecer estuvo basada en ser residencia de Alonso de Madrigal “El Tostado” o el cardenal Juan de Carvajal.

Ya en el siglo XIX fue cuando perdió esa distinción de dependencia episcopal con la Desamortización de Mendizabal. Sin embargo, ahora está ganando poco a poco su propia relevancia gracias a su valor cultural y arquitectónico.

Prueba de ello son sus bonitas calles empedradas y los restos de una antigua muralla donde se conservan varias puertas como el Arco de la Villa. La fortaleza primitiva de dicha construcción data del siglo XIV.

Así que si visitamos Bonilla de la Sierra, lo que no debemos perdernos nunca es su castillo, muy bien conservado en la mayoría de sus puntos. De hecho, destaca sobre todo la torre del homenaje. Pero tampoco el otro gran monumento del pueblo, la preciosa colegiata de San Martín.

Esta es una iglesia del siglo XV que se ha convertido en el gran emblema de la localidad. Es de estilo gótico y en su nave destacan el coro, las capillas de los Chaves y Álvarez de Guzmán y los retablos. Aunque estos son sus puntos más reconocibles, lo cierto es que cada rincón de Bonilla desprende historia y tradición.

Así lo hacen sus casas solariegas con escudos heráldicos y ventanas góticas, repartidas por todo el pueblo, propias de la época medieval. La plaza Mayor y el pozo de Santa Bárbara son también iconos en los que pararse a disfrutar.

Y todo este bonito pueblo se encuentra además rodeado de una gran belleza natural, en pleno entorno montañoso del valle del Corneja y dominado por robledales, encinares y praderas. Por ello, es la zona perfecta para disfrutar sus mil y una rutas de senderismo, pero también de su fauna y de su flora.

Unos paisajes que incluso ahora en primavera y verano son preciosos, pero que ganan una vida totalmente diferente con los tonos pardos del otoño o con el blanco de la nieve del invierno. El pueblo perfecto para una escapada tranquila muy cerca de Ávila y Salamanca y a algo más de una hora de Madrid.