A Alejandro Cabrera le quedan unos pocos días para despedirse de su "segunda familia": los osos panda del Zoo de Madrid. Este ingeniero técnico lleva más de 12 años cuidando de estos animales y ahora no concibe dedicarse a otra cosa. El próximo 29 de febrero, la pareja Hua Zui Ba y Bing Xing regresará a China acompañada de sus tres crías. Para este trabajador madrileño será imposible no emocionarse cuando llegue el momento de decirles adiós: "Es completamente inevitable que se te pasen por la mente todos los momentos vividos". 

El cuidador atiende a Madrid Total pasadas las 14 horas del jueves, en el famoso parque madrileño. Pocos minutos antes, el Zoo ha celebrado el acto oficial de despedida de los cinco ejemplares. La marcha de la pareja reproductora cierra un ciclo que comenzó en 2007, cuando aterrizaron en la capital en medio de una enorme expectación. Su vuelta a Chengdu dejará al zoológico sin pandas, aunque por poco tiempo. 

La ciudad recibirá a una nueva pareja de osos la próxima primavera. Continuará así el programa de colaboración entre el Zoo y la asociación China Wildlife Conservation Association para la conservación y cría de esta especie. Pero desde este 23 al 28 de febrero, los protagonistas de la casa serán Hua Zui Ba y Bing Xing, de 20 y 23 años respectivamente, y sus hijos: Chulina (7) y los gemelos de dos años, You You y Jiu Jiu. 

Alejandro quería trabajar en un zoo desde que era sólo un niño. Cuenta que, primero, estudió una ingeniería técnica agrícola en la Universidad Politécnica de Madrid y, después, se especializó en hortofruticultura y jardinería. Luego se preparó para ser cuidador en parques zoológicos y acuarios, hasta que consiguió el trabajo de su "vida" en 2007. En sus primeros años como parte de la plantilla del Zoo de la Casa de Campo, entrenó a elefantes y a rinocerontes indios. 

Su relación diaria con los osos panda comenzó en octubre de 2011. Durante todos estos años, no los ha cuidado sólo. Alejandro es uno más dentro de un equipo de entre cuatro y seis personas. Son ellos quienes se encargan de que el estado de los pandas sea el "adecuado", quienes les dan de comer, quienes les entrenan y quienes los observan para asegurarse de que "todo está correcto". 

Hasta siete horas al día con los panda

Aunque también ayudan con otros animales del recinto, los cuidadores pasan unas cinco, seis o siete horas al día con los osos panda gigantes. Casi toda la jornada laboral. De ahí que para Alejandro, que vive muy cerca del Zoo, Hua Zui Ba y Bing Xing y compañía sean su segunda familia. "Establecemos un vínculo tan especial que es imposible no quererlos", admite. 

Por un lado, siente "mucha pena" y "melancolía" por su marcha. Por otro, cree que los cuidadores tienen que estar "satisfechos" por el trabajo realizado. "Contribuyendo con el programa de reproducción, cría y conservación de esta especie tan amenazada". 

Uno de los cinco ejemplares de oso panda gigante que viven en el zoológico de Madrid. Zipi Aragón EFE

Según informa el zoológico en una nota de prensa, el programa de conservación del oso panda es de "vital importancia" para la preservación de esta especie. Los "esfuerzos" en todo el mundo han reducido la amenaza del Peligro de Extinción a un estado Vulnerable. 

El mismo comunicado cita el último censo de osos panda del Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Popular China. "De unos 1100 ejemplares en la década de los 80 a 1900 en 2023, a los que habría que sumar 728 ejemplares de zoológicos y centros de cría de todo el mundo, incluyendo los 46 nacimientos que se han producido en 2023". 

Cabe recordar que el primer contacto de la capital con los osos panda se remonta a 1978. China regaló a los entonces reyes de España, Juan Carlos y Sofía, una pareja de esta especie que fue acogida en el Zoo de Madrid. Fueron los padres del famoso Chu Lin, que murió en 1996. 

Con Hua Zui Ba y Bing Xing, la pareja que desembarcó en 2007, destaca una "estrecha colaboración" de 16 años con la Asociación China de Jardines Zoológicos (CAZG), anterior socio técnico. Fruto de la experiencia, el Zoo ha aprendido el arte de la conservación y cría de este animal. Todo ello con el apoyo de expertos científicos españoles en reproducción asistida de especies amenazadas y la asistencia técnica de la Base de Chengdu.