Museo del Prado.

Museo del Prado. David Crespo iStock

Madrid Capital

El Paseo del Prado entra en campaña: del polémico túnel a los árboles de la Thyssen y cortar el tráfico por un lado

El PSOE y Ciudadanos incluirán en sus programas la reforma del histórico tramo. Reabren así un debate que, desde los 90, siempre ha fracasado. 

15 abril, 2023 02:34

Hay una imagen que resume las vueltas y vueltas que se la ha dado en Madrid a la hipotética reforma del Paseo del Prado. Ocurrió en mayo de 2007. La baronesa Thyssen convocó a las televisiones, se enredó una cadena y protestó contra la tala de árboles contemplada en la remodelación del Eje Prado-Recoletos del entonces alcalde Alberto Ruiz Gallardón. "¡No se van a talar! ¡Primero tienen que talarme a mí un brazo!", dijo. 

La reforma de este tramo es un viejo sueño del PP. Ni la propuesta de Álvarez del Manzano ni la intentona de Ruiz-Gallardón cuajaron. Fue el asunto, de hecho, que simbolizó la mala relación entre Gallardón y Esperanza Aguirre. El plan acabó diluyéndose con Ana Botella. Para Martínez-Almeida, la reforma del tramo histórico es uno de los "grandes deberes" de la ciudad. Quiere abordarla en un segundo mandato. Pero aún no ha revelado su propuesta.

El Paseo del Prado ha vuelto esta semana al primer plano de la política madrileña. El PSOE quiere reformarlo eliminando cinco de los 10 carriles de tráfico -los cinco del lado del CaixaForum- y convertirlo en el núcleo central de su megaproyecto urbano, que afecta a todos los distritos. La propuesta la anunció Reyes Maroto el viernes, momentos después de que la vicealcaldesa Begoña Villacís anunciase que el programa de Ciudadanos también incluirá la transformación de este enclave.

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El bulevar es el primer ejemplo de una alameda urbana desde el siglo XVI. Se extiende entre árboles centenarios desde la glorieta de Carlos V hasta la Plaza de Cibeles. En ese tramo se suceden museos y espacios culturales como el Prado, el Thyssen Bornemisza, el CaixaForum Madrid o el Real Jardín Botánico.

En julio de 2021, la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad al Paseo del Prado y el Buen Retiro, el 'Paisaje de la Luz'. En las reformas planteadas por el PP entre los 90 y la primera década de los 2000 se incluía también el Paseo de Recoletos, que prolonga el del Prado y une Cibeles con la Plaza de Colón.

Una reforma 'envenenada'

La vieja polémica de la reforma de esta vía del corazón de Madrid comenzó en la etapa del alcalde popular José María Álvarez del Manzano (1991-2003). Durante su gobierno se acabó descartando la idea de un túnel porque era inviable a nivel técnico.

En el año 2000, el Ayuntamiento encargó un concurso internacional de ideas para contratar a un 'cerebro' que diseñara el Plan Especial Recoletos-Prado. El elegido fue el arquitecto portugués Álvaro Joaquim Melo Siza, ganador del prestigioso premio Pritzker en 1992. El proceso se fue alargando entre sugerencias. Tanto, que acabó heredándolo el sucesor Gallardón.

Según los detractores, el proyecto encabezado por el arquitecto portugués suponía la tala de cerca de 700 árboles, algunos de ellos cercanos al Museo Thyssen. La baronesa se alineó con los manifestantes y amenazó a Gallardón: o retiraba el proyecto o se llevaba el museo "a otra zona de Madrid". A finales de 2007, el Ayuntamiento y Carmen Cervera llegaron a un acuerdo: ningún árbol de la zona se vería afectado por la remodelación del Eje.

Pelea entre Gallardón y Aguirre

El alcalde popular no solo tuvo que vérselas con la baronesa, sino con sus compañeros de partido del Gobierno autonómico liderado por Esperanza Aguirre. La disputa se eternizó. Gallardón planteaba, de la mano de Siza, quitar a los coches del centro y reducir carriles para dar más espacio al peatón. Aguirre, sin embargo, quería un túnel para absorber el tráfico motorizado.

El regidor rechazó hasta dos ideas de túneles propuestas. La primera de ellas pasaba por construir dos conductos, uno desde Delicias y el otro desde Santa María de la Cabeza. El Consistorio se negó porque creía que eran incompatibles debido a las infraestructuras que ya existían en la zona, como el túnel ferroviario entre Atocha-Chamartín, los colectores y el Metro.

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En cualquier caso, Gallardón era consciente de que su gran obra no la vería como primer edil. Pasaron los años, Ana Botella ocupó Cibeles y se ejecutaron parte de las actuaciones. Pero la Comunidad de Madrid paralizó la reforma mediante la fórmula del silencio administrativo al considerar que no cumplía las normas de protección ambiental. El proyectó acabó muriendo.

Carmena, Almeida, Maroto...

Antes o después, cada gobierno municipal desde los tiempos de Álvarez del Manzano se ha enfrentado al dilema del Paseo del Prado. También el equipo de Carmena. En 2015, la entonces regidora avanzó que estaba considerando la peatonalización de Prado-Recoletos, algo que ya se probaba cada domingo con cierres al tráfico.

Tras el reconocimiento de la UNESCO en 2021, fue Martínez-Almeida quien se fijó el reto de llevar a cabo la reforma: "Es el gran deber que tendremos que acometer en el segundo mandato, el estudio y redacción del proyecto de reforma del ámbito Prado-Recoletos". Esta semana, con los anuncios de PSOE y Ciudadanos, se ha reabierto el melón, el debate que, hasta la fecha, siempre ha terminado mal.