Representación física de un bitcoin. Reuters
Diciembre no ha comenzado con buen pie. Las expectativas de posibles subidas en los tipos de interés por parte del Banco de Japón han incrementado la incertidumbre global, especialmente en los activos de riesgo.
Japón es el mayor exportador de capital del mundo y, cuando la rentabilidad de sus bonos soberanos repunta, los inversores tienden a repatriar fondos. De ahí que las bolsas estadounidenses y las criptomonedas hayan acusado las caídas recientes.
Aun así, las estadísticas juegan a favor del optimismo. Desde su creación, el Dow Jones y el S&P 500 han subido de media un 1,3% en diciembre, mientras que el Nasdaq ha avanzado un 1,5%.
Desde su creación, el Dow Jones y el S&P 500 han subido de media un 1,3% en diciembre
De hecho, el repunte bursátil de fin de año es ya casi tan tradicional como las uvas: el S&P 500 ha cerrado en positivo el 72% de los meses de diciembre, el porcentaje más elevado de cualquier mes.
En el caso del bitcoin, diciembre también ha sido históricamente un mes fuerte, con un incremento promedio del 9,2%, situándose como el quinto mejor mes en comportamiento histórico.
Cuando acabe el mes sabremos también quién se proclama ganador del año entre los principales índices globales. Por ahora, de los 20 mercados bursátiles con mejor rendimiento del mundo, uno de cada dos es europeo.
Es un hito que la región sólo ha logrado en tres ocasiones anteriores —2004, 2015 y 2023— y refleja la renovada confianza de los inversores. El liderazgo mundial corresponde a Ghana.
De los 20 mercados bursátiles con mejor rendimiento del mundo, uno de cada dos es europeo
Y, si miramos al Ibex 35, su comportamiento en dólares desde comienzos de año alcanza el 58%, lo que lo sitúa entre los diez mejores del mundo. Eso sí, la principal virtud del índice español este año —su composición sectorial— podría convertirse en un lastre.
Pese a las dudas recientes sobre la inteligencia artificial, las elevadas valoraciones y el temor a una posible burbuja tecnológica, los mercados se mantienen cerca de máximos.
Y, si Papá Noel decide visitarnos este año, debería encontrarse con bancos centrales inclinándose hacia políticas más acomodaticias, estímulos fiscales, desregulación, unos resultados empresariales sólidos, una economía sorprendentemente resiliente y un precio del petróleo a la baja.
Sólo faltaría una tecnología capaz de revolucionar la productividad y reducir los costes corporativos. Perdónenme, ya la tenemos: la inteligencia artificial.
Pese a las dudas recientes sobre la inteligencia artificial [...] los mercados se mantienen cerca de máximos.
Este diciembre, además, llega con una ayuda adicional. La Reserva Federal ha intervenido de nuevo para calmar a los mercados. Las expectativas de recortes de tipos y el fin de los programas de endurecimiento cuantitativo volverán a impulsar la liquidez —esa gasolina tan necesaria para que los índices sigan avanzando—.
En los dos últimos años, los bancos centrales de todo el mundo han reducido los tipos en 316 ocasiones, la cifra más alta en al menos un cuarto de siglo. A modo de referencia: durante la crisis financiera, entre 2008 y 2010, acumularon 313 recortes. Los mercados alcistas no mueren por viejos, lo hacen por una recesión o un cambio de política monetaria, y como estamos viendo, no parece que estemos todavía ni cerca.
Una vez la Fed confirme su hoja de ruta, comenzarán los rumores habituales en torno al llamado rally de Papá Noel, que suele extenderse hasta finales de año. Pero quizá nos estemos adelantando: aún queda un mes entero.
Aun así, por si acaso, este año he decidido tomar la delantera y cambiar el incienso, la mirra y el oro por algo más propio, que seguirá siendo tendencia en 2026 y en los años siguientes: oro, plata y bitcoin.
***Manuel Pinto es analista de XTB