Bolsa de Madrid

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Opinión

Los mercados financieros y sus perspectivas

Rafael Hurtado Coll
Publicada

Octubre ha vuelto a ser un mes positivo para los mercados bursátiles. El S&P 500 avanzó un +2,27%, alcanzando un nuevo máximo histórico, y suma ya cinco meses consecutivos de subidas.

En Europa, el Euro Stoxx 50 se revalorizó un +2,39%, mientras que el Ibex 35 subió un +3,60%, situándose también en máximos históricos tras 18 años. Todo apunta a que 2025 cerrará como otro muy buen año para las bolsas internacionales.

Desde los mínimos registrados en abril, tras las tensiones comerciales, los mercados han mostrado un comportamiento sobresaliente. El S&P 500 acumula una revalorización superior al +37% desde entonces, lo que refuerza una lección que la historia bursátil confirma reiteradamente: vender en momentos de alta volatilidad rara vez resulta una buena decisión.

Este fuerte repunte ha llevado a muchos inversores a preguntarse si las valoraciones actuales son demasiado elevadas. En mi opinión, los mercados no están especialmente baratos —particularmente en el sector tecnológico—, pero siguen sostenidos por tres factores fundamentales.

En primer lugar, la economía continúa creciendo por encima de lo previsto hace unos meses, pese a las tensiones geopolíticas. El aumento de los aranceles no parece estar afectando de forma significativa al crecimiento.

Naturalmente, persisten riesgos e incertidumbres que podrían provocar episodios de volatilidad o correcciones puntuales

Por ahora, una recesión sigue siendo un escenario poco probable. Estados Unidos modera su expansión desde niveles altos, mientras Europa comienza a tomar cierto impulso desde tasas más bajas.

En segundo lugar, las tasas de interés han descendido tanto en la eurozona como en Estados Unidos, y todo indica que las bajadas continuarán en América. En octubre, la Reserva Federal redujo los tipos en 25 puntos básicos (tras otro recorte similar en septiembre) y no puede descartarse un nuevo movimiento en diciembre. En cambio, el Banco Central Europeo decidió mantener su tipo de referencia en el 2%.

En tercer lugar, los resultados empresariales siguen mostrando una notable fortaleza. En el tercer trimestre, 317 compañías del S&P 500 publicaron resultados, y el 82% superó las estimaciones de beneficios, con un crecimiento superior al +10% respecto al año anterior. En el sector tecnológico, el incremento de beneficios interanual supera el +20%.

Naturalmente, persisten riesgos e incertidumbres que podrían provocar episodios de volatilidad o correcciones puntuales. Además de los temas geopolíticos y las negociaciones comerciales en curso, el control de la inflación sigue siendo clave. 

Naturalmente, persisten riesgos e incertidumbres que podrían provocar episodios de volatilidad o correcciones puntuales. Además de los temas geopolíticos y las negociaciones comerciales en curso, el control de la inflación sigue siendo clave.

El binomio rentabilidad-riesgo sigue siendo más favorable en la renta variable

Parte de la subida de la renta variable se ha apoyado en las bajadas de tipos y en la expectativa de que continúen. Si la inflación se resistiera a moderarse, forzando una pausa o incluso un repunte en las tasas de interés, el impacto sería negativo para los mercados, como ya vimos en 2022.

Otros factores de inquietud, como el cierre del gobierno estadounidense o tensiones en la banca regional americana, parecen de alcance limitado. Basándonos en experiencias previas, el cierre del gobierno tendrá un efecto muy acotado, y aunque algunos bancos regionales podrían afrontar dificultades, el sistema financiero en su conjunto se mantiene sólido.

Creo que una corrección moderada antes de finalizar 2025 sería saludable, ya que permitiría a los mercados afrontar 2026 con mayor potencial de revalorización.

En resumen, aunque las valoraciones son más exigentes y cabe esperar cierta volatilidad —que podría ser intensa—, seguimos viendo valor en los mercados bursátiles. Si se desea aumentar la exposición a renta variable, las correcciones pueden ofrecer buenas oportunidades para hacerlo.

En cuanto a la renta fija, el margen para obtener retornos atractivos se ha reducido. La rentabilidad del bono alemán a 10 años se sitúa en el +2,63%, y la del bono español al mismo plazo, en el +3,14%.

En mi opinión, el binomio rentabilidad-riesgo sigue siendo más favorable en la renta variable. En carteras mixtas (que combinan bolsa y bonos), debe prevalecer la prudencia en la parte de renta fija, priorizando bonos de vencimiento corto o medio y evitando asumir un riesgo crediticio excesivo.

Respecto al dólar, sin ser especialmente optimistas con la divisa estadounidense, tampoco vemos un riesgo elevado de depreciación a los niveles actuales. Gran parte de las malas noticias —como la expectativa de menores tipos de interés en EEUU— ya parecen descontadas por el mercado.

En este entorno, consideramos que los productos de inversión con alta diversificación y flexibilidad continúan siendo herramientas idóneas para una gestión patrimonial sólida y equilibrada. Permiten adaptarse a distintos escenarios de mercado y al perfil de riesgo de cada inversor, aprovechando las oportunidades a medida que surgen.

*** Rafael Hurtado Coll es director de inversiones y de estrategia de Allianz Soluciones de Inversión AV.