Paneles digitales en el Palacio de la Bolsa de Madrid
El mes de septiembre ha sido positivo en los mercados financieros. El S&P 500 sube un +3,53%, marcando un nuevo máximo histórico. Son ya cinco meses consecutivos de subidas en el principal indicador norteamericano.
El Euro Stoxx 50 se revaloriza un +3,33% en el mismo mes y el Ibex 35 avanza un +3,61%. El principal indicador español cierra en septiembre su mejor trimestre en doce años.
Las razones de este buen comportamiento son diversas. En primer lugar, destaca la previsión de nuevas bajadas de tipos de interés en Estados Unidos. En septiembre, la Reserva Federal redujo las tasas de interés en 25 puntos básicos, su primer recorte en nueve meses, y es previsible que continúe en esa senda en los próximos trimestres.
Sin embargo, en la eurozona, donde los tipos son más bajos, el BCE no cambió la política monetaria en septiembre.
En segundo lugar, el optimismo en torno a la inteligencia artificial sigue impulsando al sector tecnológico. En septiembre, el Nasdaq subió un +5,61%, reflejo del entusiasmo inversor por las empresas vinculadas a la IA.
La economía europea, aunque crece a un ritmo más lento que la americana, se mantiene resiliente, sin síntomas de recesión por el momento
Algunas de ellas muestran valoraciones extraordinarias; por ejemplo, OpenAI, fundada en 2015, alcanzó recientemente una valoración de 500.000 millones de dólares, equivalente aproximadamente a un tercio del PIB español.
Es interesante señalar que, pese a que en los últimos doce meses el S&P 500 acumula una subida del +16,07 % la valoración media del mercado (medida por el PER) no se ha incrementado. Esto se debe a que las cotizaciones han avanzado en línea con el crecimiento de los beneficios empresariales, lo que sugiere un equilibrio razonable entre precios y resultados.
En cuanto a la economía, Estados Unidos parece estar entrando en una fase de “aterrizaje suave” (soft landing), caracterizada por un consumo privado dinámico, aunque con signos de agotamiento en el empleo y en el sector inmobiliario.
La economía europea, aunque crece a un ritmo más lento que la americana, se mantiene resiliente, sin síntomas de recesión por el momento.
Si bien el ciclo estadounidense muestra cierta desaceleración, aún existe margen para nuevos recortes de tipos, lo que podría contribuir a evitar una recesión, que, a día de hoy, parece todavía lejana.
Los aranceles y tensiones comerciales no se han trasladado significativamente a los precios
El principal riesgo para los mercados podría no provenir de la actividad económica —que sigue mostrando fortaleza tras casi cinco años de expansión ininterrumpida desde finales de 2020—, sino de la inflación persistente. Un repunte de los precios complicaría los planes de la Reserva Federal de seguir reduciendo tasas y podría provocar una corrección en los mercados.
Actualmente, la inflación en Estados Unidos se sitúa en el +2,9 % interanual (dato de agosto). De momento, los aranceles y tensiones comerciales no se han trasladado significativamente a los precios, pero será crucial seguir de cerca la evolución de la inflación y sus perspectivas.
Respecto a España, además de destacar que su economía evoluciona con un crecimiento superior a su entorno, también hay que destacar que en septiembre tres agencias de rating, S&P, Moody´s y Fitch han subido el rating al país, destacando la citada evolución económica junto a la poca exposición del incremento de tarifas por parte de Estados Unidos.
En el terreno geopolítico, continúan surgiendo nuevos focos de tensión, como los supuestos ataques de drones rusos a territorio comunitario, mientras que otros conflictos —como el de Gaza— muestran ciertos avances hacia la estabilización.
También merece atención el posible cierre del gobierno estadounidense, cuyo impacto dependerá de su duración y del alcance en la actividad económica.
Los periodos de alta volatilidad suelen ser malos momentos para realizar cambios drásticos en las carteras
Aunque los mercados parecen haberse acostumbrado al “ruido” geopolítico, no conviene subestimarlo. Estos factores, junto con la incertidumbre política en varias regiones, pueden generar episodios de volatilidad repentina.
El entorno actual para la renta variable sigue siendo, en general, favorable. Una combinación de tipos de interés a la baja con un crecimiento económico moderado suele ser una fórmula positiva para las bolsas.
No obstante, las valoraciones son exigentes, especialmente en sectores como el tecnológico, lo que sugiere mantener un enfoque prudente en la asignación de activos.
En cuanto al dólar estadounidense, la fuerte corrección registrada durante este año ha eliminado buena parte de su sobrevaloración. A los niveles actuales, la divisa refleja ya muchas de las noticias negativas, como la expectativa de nuevos recortes de tipos en Estados Unidos.
De producirse caídas en los mercados, conviene recordar la experiencia histórica: los periodos de alta volatilidad suelen ser malos momentos para realizar cambios drásticos en las carteras, pero a menudo representan buenas oportunidades para aumentar exposición al riesgo, siempre de manera controlada y según el perfil del inversor.
*** Rafael Hurtado Coll es director de inversiones y de estrategia de Allianz Soluciones de Inversión AV.