Fotomontaje de un tablero geopolítico.
Hubo un tiempo en el que las grandes disrupciones empresariales se anunciaban con titulares claros y margen suficiente para reaccionar. Ese tiempo ha terminado.
En los últimos tres años, cientos de miles de millones en proyectos energéticos, tecnológicos e industriales han sido retrasados, reubicados o cancelados por decisiones políticas tomadas lejos de las salas de juntas.
Según el FMI (Fondo Monetario Internacional), desde 2022 las restricciones comerciales se han triplicado. Y lo más relevante: el 70% no son aranceles, sino medidas de “zona gris” —licencias que se revisan indefinidamente, inspecciones que se multiplican sin explicación o alianzas que se redefinen en cuestión de semanas—.
China no prohibió las exportaciones australianas cuando Canberra pidió investigar el COVID-19; las ralentizó hasta hacerlas inviables, costando a Australia miles de millones en pérdidas comerciales sin una sanción formal.
La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) documenta el crecimiento acelerado de estas medidas no arancelarias, cuyo impacto sobre el comercio global se cuenta en billones de dólares anuales.
En este contexto, el mercado sigue importando, pero ha dejado de ser el árbitro final. Hoy es la geopolítica la que dicta el resultado, y lo hace a una velocidad que ningún manual de gestión empresarial estaba preparado para procesar.
Ninguna decisión empresarial es doméstica
La geopolítica no empieza en las fronteras: moldea, desde dentro, la economía, la cultura y las decisiones de cada país. Una fiscalidad, una regulación energética o un incentivo industrial no surgen en el vacío: son el producto de la interacción entre geografía, recursos, historia y relaciones internacionales.
Por eso, no existe política interna aislada. Cada decisión nacional —explícita o implícitamente— responde a equilibrios de poder entre Estados y, dentro de ellos, entre unidades regionales. La geopolítica no es un capítulo aparte: es el marco invisible en el que se escribe toda estrategia empresarial. Cuando ese marco cambia, no lo hace en abstracto: altera contratos, balances y plazos.
Las alianzas pesan más que los balances
En febrero de 2022, Repsol mantenía activos en Rusia valorados en miles de millones de euros. Tras la invasión de Ucrania, la empresa tuvo que revaluar su posición, asumiendo pérdidas significativas por incompatibilidad con el sistema de alianzas occidental.
Lo mismo ocurrió con Huawei: cuando Washington vetó su tecnología, Telefónica perdió inversiones millonarias en infraestructura 5G. El criterio no fue técnico, sino geopolítico.
El Banco Mundial confirma la tendencia, dado que las reconfiguraciones de cadenas de suministro desde 2022 responden cada vez más a criterios de confiabilidad estratégica, por encima de consideraciones puramente económicas.
La reconfiguración exprés como nuevo estándar
España redujo drásticamente su dependencia del gas ruso en menos de 18 meses, multiplicando por cuatro las importaciones de GNL estadounidense. Un cambio que, en los manuales, requeriría una década.
La geopolítica no empieza en las fronteras: moldea, desde dentro, la economía, la cultura y las decisiones de cada país.
Esto explica por qué, durante la crisis de semiconductores, varias compañías del IBEX 35 se vieron obligadas a reestructurar producción en cuestión de meses. Sin embargo, la mayoría de planes de continuidad siguen diseñados con horizontes de 3 a 5 años, un desfase que convierte la velocidad geopolítica en un riesgo estructural no gestionado.
Diversos informes de organismos internacionales muestran que las reconfiguraciones industriales por motivos geopolíticos se ejecutan ahora en meses, no en los años que requerían anteriormente.
La ambigüedad como arma estratégica
China no prohibió las exportaciones australianas cuando Canberra pidió investigar el COVID-19; las ralentizó hasta hacerlas inviables, costando a Australia miles de millones en pérdidas comerciales sin una sanción formal.
En España, varios proyectos energéticos en mercados iberoamericanos y norteafricanos se encuentran actualmente “en revisión” o con avances ralentizados, en paralelo a tensiones diplomáticas. No hay decretos de cierre, pero la incertidumbre erosiona su viabilidad.
Estudios de la OCDE indican que estas “demoras administrativas” cuestan a las empresas europeas decenas de miles de millones anuales en proyectos congelados.
El momento español: éxito con exposición creciente
España vive una paradoja: en 2024 las exportaciones alcanzaron récords históricos mientras Alemania y Francia retrocedían. Pero una proporción significativa de la inversión directa española se concentra en mercados con creciente volatilidad geopolítica.
Iberdrola compite en Brasil no solo con eléctricas, sino con la estrategia china en infraestructuras. El Santander opera en México mientras Washington y Ciudad de México renegocian el T-MEC. Inditex produce en Vietnam en medio de tensiones comerciales entre China y EEUU.
De la reacción al radar multinivel
Los modelos macroeconómicos convencionales proyectan tendencias a partir de datos pasados y bajo el supuesto de estabilidad en las reglas del juego. Nuestra ventaja está en detectar cuándo esas reglas están a punto de cambiar, incluso antes de que el impacto aparezca en las estadísticas. En JP&A identificamos tres patrones críticos para las empresas españolas:
- Las represalias siguen mapas políticos, no comerciales.
- Las cadenas se reconfiguran en meses, no en años.
- La incertidumbre se instrumentaliza deliberadamente.
Las empresas que sobrevivan no serán las que reaccionen más rápido, sino las que integren la geopolítica como variable estructural de cada decisión.
Para ello, proponemos un radar multinivel que mida tres dimensiones invisibles en los balances:
1. Profundidad de las alianzas que sostienen cada mercado y su impacto potencial.
2. Tiempo real de reacción antes de un cambio de reglas.
3.Margen político de cada socio para proteger o sacrificar posición.
Quien mida esto a tiempo no solo esquivará la crisis, sino que definirá el terreno donde otros tendrán que competir.
El lunes 22 de septiembre, a las 09:30, presentaremos este marco operativo en la Cámara de Comercio de Madrid, abordando cómo medir señales antes de que una disrupción altere los balances. Detalles y registro en: camaramadrid.es
En la era de la velocidad geopolítica, la anticipación no es ventaja competitiva: es la única forma de seguir en el tablero.
*** José Parejo es socio fundador de Jose Parejo & Asociados, firma boutique de análisis geopolítico e inteligencia estratégica.