**** Reproducimos el discurso que el presidente ejecutivo de EL ESPAÑOL pronunció ante los accionistas en la Junta del X aniversario del diario celebrada el 30 de junio de 2025.

Queridos 5.325 accionistas, queridos 5.325 compañeros de aventura intelectual.

Hace diez años celebramos nuestra primera Junta General de Accionistas cuando EL ESPAÑOL todavía era una expectativa.

Fue un acto multitudinario en uno de los pabellones de Ifema. Las retransmisiones en streaming y las conexiones digitales eran aún una rareza. Supongo que, además, muchos de los cinco mil cuatrocientos que habíais batido el récord mundial de crowdfunding de un periódico queríais animarnos personalmente.

Esa mañana, casi sin daros los buenos días, os hice una promesa que se desgajaba en tres propósitos. Os prometí que EL ESPAÑOL sería un medio de comunicación independiente. Y que como tal se implicaría en la defensa y regeneración de nuestra democracia, contribuiría a la mejora de la calidad del periodismo y generaría un proyecto empresarial rentable.

Vídeo | Intervención de Pedro J. Ramírez en la Junta General de Accionistas de El Español

Hoy me produce una inmensa satisfacción, una gran felicidad personal, poder acreditar que hemos cumplido esa triple promesa. Y que iniciamos la segunda década de vida del periódico ciñendo ya esa triple corona.

Defendiendo la democracia

Somos el Defensor Civitatis que protege la democracia, somos líderes en audiencia e influencia y, por segundo año consecutivo, somos lo suficientemente rentables como para remuneraros con un elocuente dividendo.

Nada más nacer, EL ESPAÑOL defendió la democracia reiterando la exigencia de responsabilidades a Rajoy y su gobierno a partir de las pruebas cuya difusión había provocado mi destitución como director de El Mundo.

El ESPAÑOL defendió la democracia denunciando enseguida y repudiando día tras día el proceso golpista de 2017 en Cataluña y respaldando con entusiasmo la reacción del rey Felipe VI, la sociedad civil y los tribunales.

Fueron ellos los que pararon los pies al separatismo, no los que mercadearon luego con indultos y amnistías.

Somos el Defensor Civitatis que protege la democracia, somos líderes en audiencia e influencia y, por segundo año consecutivo, podemos remuneraros con dividendo

Que nadie se lleve a engaño, que nadie lo olvide nunca. La democracia se defiende con la fuerza de la ley en la mano.

EL ESPAÑOL defendió la democracia reconociendo el valor y utilidad constitucional de la moción de censura de 2018, a pesar de la reserva que nos merecía el concurso de algunos partidos contrarios a la democracia liberal y al orden constitucional.

Pero si yo no hubiera publicado lo que publiqué en El Mundo, a costa de ser destituido del periódico que había fundado, Sánchez nunca habría tenido argumentos para encaramarse al poder por ese atajo. Aunque sólo fuera por eso, Sánchez debería medir más sus palabras cada vez que se refiere o alude a nuestro periódico.

EL ESPAÑOL defendió la democracia tras las elecciones de abril de 2019 pidiendo a Ciudadanos un acuerdo con el PSOE para formar un gobierno de centro izquierda con mayoría absoluta que incluyera en su programa medidas regeneracionistas que despolitizaran las instituciones.

EL ESPAÑOL defendió la democracia tras la repetición electoral de noviembre de 2019 proponiendo un gobierno de gran coalición o al menos un pacto de investidura entre el PSOE y el PP que hiciera innecesaria la coalición con Podemos y los pactos del primer “gobierno Frankenstein”.

EL ESPAÑOL defendió la democracia reconociendo la legitimidad de ese gobierno de Sánchez con Pablo Iglesias como vicepresidente y respaldando las políticas moderadas de los ministros socialistas frente a la línea radical de los ministros de Podemos.

EL ESPAÑOL defendió la democracia denunciando la deriva populista de Sánchez desde el debate del Estado de la Nación de 2022 y repudiando frontalmente su pacto con Junts -algo tan aberrante como el cambalache de la investidura por la amnistía- tras perder en votos y escaños las elecciones de 2023.

Pero todo eso ya es historia.

Ni sanchistas ni antisanchistas

EL ESPAÑOL sigue defendiendo la democracia al investigar y destapar las tramas de corrupción que afectan al entorno político y personal del presidente Sánchez, sin dejarnos intimidar ni por sus descalificaciones ni por sus represalias al retirarnos la mayor parte de la publicidad institucional.

Es cierto que a lo largo de esta década hemos pasado de tener a Sánchez jugando al ping pong en la redacción, como ocurrió con casi todos los demás candidatos a las primeras elecciones que cubrimos, y de tener a Sánchez inaugurando nuestras dos primeras ediciones de Wake Up, Spain!, a pedir su dimisión de forma irreversible.

Ni fuimos sanchistas, ni somos antisanchistas. Como tampoco éramos antifelipistas, ni antimarianistas.

No nos hemos movido ni del centrismo político ni del constitucionalismo liberal. Hemos sido y seremos siempre institucionales. Hemos estado y estaremos siempre contra la corrupción y el abuso de poder.

Es verdad que la condición moral de un líder suele determinar la atmósfera política a su alrededor y en este caso, desgraciadamente, lo peor está resultando ser cierto.

Pero insisto: no son las personas ni sus ideas, ni su carácter, las que determinan nuestra postura sino sus conductas. Porque ejercemos nuestra función social en el marco de un sistema basado en la ética de la responsabilidad y la rendición de cuentas.

En eso consiste el servicio de la prensa al derecho a la información de los ciudadanos: en reflejar lo que dicen los políticos, investigar lo que hacen, contrastar lo uno con lo otro y juzgarles en consecuencia.

Ni fuimos sanchistas, ni somos antisanchistas. Como tampoco éramos antifelipistas, ni antimarianistas.

EL ESPAÑOL ha ejercido ese papel de vigilancia y contrapeso con ecuanimidad y sentido de la responsabilidad. También ha tratado de hacerlo con contención y respeto.

A quienes a lo largo de estos diez años hayan podido sentirse ofendidos por algún adjetivo de más les pido disculpas; a quienes se hayan visto retratados por la verdad de nuestros sustantivos les insto a que asuman las consecuencias de sus acciones u omisiones.

La era de la mezcolanza

Hablemos ahora de nosotros.

Durante su primera década de vida EL ESPAÑOL ha ejercido un periodismo basado en la búsqueda de la calidad, la innovación y la autoexigencia, apoyándose para ello en las oportunidades de las nuevas tecnologías.

Es verdad que vivimos en una era de confusión y falta de discernimiento. Y que la distribución simultánea de basura con apariencia informativa, a través de los mismos dispositivos móviles o las mismas redes sociales que hacen el buen periodismo más accesible que nunca, acrecienta la sensación de mezcolanza o, cuando menos, de contigüidad.

Creo que es un fenómeno pasajero propio de una etapa de cambio cultural tan profunda como esta. Porque el hecho de que todos viajemos en los mismos trenes u aviones no significa que todos seamos iguales.

Es verdad que, aunque los bulos, las fake news, la obscenidad o el mal gusto han existido siempre, ahora tienen mayor proyección que nunca.

Pero la otra cara de la moneda, la cara hermosa de la moneda es que jamás las historias bien contadas, las investigaciones periodísticas rigurosas y los argumentos bien trabados han llegado a tanta gente, de forma tan accesible y tan deprisa.

Que, a través de la imprenta, de la radiodifusión o del cine y la televisión pudieran distribuirse panfletos calumniosos, amarillismo o pornografía, no impidió en el pasado que la prensa de referencia se abriera paso, que la información de servicio público dominara las ondas o que los telediarios de las grandes cadenas moldearan la democracia.

En realidad, el círculo virtuoso propio de sociedades formadas e informadas, inmersas en un irreversible proceso de globalización, funciona de manera cada vez más eficiente.

Las técnicas de manipulación pueden ser crecientemente sofisticadas -sobre todo cuando las manejan Estados totalitarios- pero también lo son los anticuerpos de la verificación de datos y la denuncia pública de los falsarios.

Y no es casualidad que, en la mayoría de las democracias desarrolladas, las primeras posiciones del ranking de audiencia estén copadas por medios de calidad con nutridas redacciones profesionales.

Algo que por cierto no sucedía en la era de la prensa impresa, cuando las mayores tiradas correspondían a los tabloides sensacionalistas o a la prensa deportiva.

La verdad y la sintaxis

Hace diez años en mi primera reunión con la redacción de EL ESPAÑOL les pedí dos cosas a sus componentes: “Buscad la verdad y respetad la sintaxis”. Lo recuerdo siempre para que los ya veteranos se lo transmitan a los que van llegando.

Lo primero, el buen periodismo de investigación estaba en nuestro ADN y por eso el primer día de vida publicamos el manuscrito de Jordi Pujol que probaba que la historia de la herencia no había sido sino una tapadera para ocultar dinero de presuntas comisiones en paraísos fiscales.

Enseguida destapamos -y de qué manera, fotos incluidas- el dúplex que Juan Carlos compartía con Corinna en los Alpes suizos. Y después llegarían las exclusivas sobre la estructura opaca en Suiza para evadir impuestos, los 100 millones de dólares de los árabes y su transferencia a Corinna en las Bahamas.

Hace diez años en mi primera reunión con la redacción de EL ESPAÑOL les pedí dos cosas a sus componentes: "Buscad la verdad y respetad la sintaxis"

Últimamente, Koldo, Abalos y Cerdán, es decir los compañeros de viaje de Sánchez en el sentido literal de la palabra, nos han tenido tan ocupados que no damos abasto para publicar tantas y tan denigrantes exclusivas.

Por lo que se refiere a la sintaxis, he de decir que, aunque esté siendo algo más peliagudo por el tipo de formación de las nuevas generaciones, progresamos adecuadamente.

Para ello está siendo fundamental la disciplina con que aplicamos nuestras normas de edición y la creciente ayuda del corrector incorporado a nuestro CMS que pronto podremos considerar como un asistente virtual dotado de inteligencia artificial.

Ediciones y verticales

Pero nuestra aportación al periodismo de calidad no se ciñe sólo al periodismo de investigación o a la pulcritud en la escritura. En medio de lo uno y de lo otro está la vasta cobertura informativa que EL ESPAÑOL ha desarrollado durante esta década armonizando la penetración territorial con la especialización en áreas muy diversas. Así han nacido nuestras ediciones y nuestros portales verticales.

Solos o en compañía de otros cubrimos ya con cabeceras regionales casi todas las autonomías con ediciones o medios asociados líderes en audiencia. Crónica Global vino primero y con sus hermanas Metrópoli Abierta y Crónica Vasca domina la información de calidad en Cataluña y el Pais Vasco desde una perspectiva constitucional.

Casi a la vez pusimos en marcha nuestra colaboración con Diario de Avisos de la que tanto nos enorgullecemos.

Luego vinieron las que llamamos “las Galicias”: Quince Mil en Coruña y Treinta y seis en Vigo.

A continuación, “las Castillas”, con el maridaje con Noticias de Castilla y León y El Digital de Castilla-La Mancha.

Y entre tanto hemos ido lanzando las ediciones de Alicante y Málaga, Valencia y Sevilla, Madrid y Aragón, nuestra última criatura que nació a finales del año pasado con gran robustez de audiencia y resultados.

Las técnicas de manipulación pueden ser crecientemente sofisticadas pero también lo son los anticuerpos de la verificación de datos y la denuncia pública de los falsarios

Entre tanto, Invertia ofrece la mejor información económica, Disruptores se ocupa de la innovación. Magas cubre el liderazgo y la incidencia femenina, Omicrono y El Androide la tecnología, Cocinillas la gastronomía, ODS el desarrollo sostenible y por supuesto Vandal lidera la información sobre videojuegos y El Cultural sirve de referencia al mundo intelectual y artístico.

Ahí están además nuestros observatorios de la Sanidad, la Energía o el recién nacido de la Defensa con rigurosa información especializada.

Nada humano nos es ajeno: hasta las mascotas tendrán pronto su Mascotario, es decir su sección especializada en EL ESPAÑOL. Veremos cuántas mascotas y cómo nos leen.

Grupo mediático

Pero un periódico son también sus actividades, sus grandes eventos, como Wake Up Spain, las Top 100 Mujeres Líderes, los premios Maga de Magas o los foros regionales o especializados.

Y por supuesto un periódico también son sus redes sociales en las que nos hemos desarrollado vertiginosamente, nuestra comercializadora de publicidad Hathor, nuestra participación en la empresa especializada en afiliación New Mall o nuestra productora El Rugido, que hace honor a su nombre cada vez que se adentra en la jungla audiovisual

La suma de todo este universo hace que EL ESPAÑOL sea ya un grupo mediático que por primera vez puede presentaros hoy unas cuentas consolidadas auditadas. Naturalmente, la clave de este desarrollo vertiginoso es el éxito del periódico que lo vertebra todo.

Debo deciros que los primeros años fueron duros, muy duros. Yo los recuerdo con angustia. Sabíamos lo que queríamos hacer, pero tecnológicamente no sabíamos cómo hacerlo.

Si no hubiéramos nacido con un capital tan alto nos habríamos quedado por el camino. Siempre se lo agradeceré a quienes estuvieron dispuestos a indemnizarme con tal de expulsarme de El Mundo.

La infancia de EL ESPAÑOL fue un ejercicio de prueba y error del que salimos airosos, incrementando año a año nuestra audiencia e influencia y mejorando en paralelo nuestra cuenta de resultados.

23 meses de liderazgo

Es un orgullo poder proclamar hoy que EL ESPAÑOL es el líder absoluto de audiencia de la prensa española, que lo ha sido durante los últimos 22 meses seguidos.

Eso quiere decir que si cuando hicimos la última Junta General habíamos sido líderes durante diez de los doce meses anteriores, este año podemos agregar a esos diez, doce de doce.

Y a partir de mañana ya serán trece, es decir veintitrés meses seguidos de liderazgo porque estoy seguro de que en junio habremos revalidado nuestra primacía. Tengo información privilegiada porque el pasado miércoles conocimos el dato adelantado de la primera quincena de junio según GFK.

Estoy seguro de que en junio habremos revalidado nuestra primacía como líderes de audiencia de la prensa en España

Somos líderes tanto en usuarios mensuales, por encima de los 20 millones en España, como en promedio diario, rozando ya los tres millones y medio. Se dice pronto: cada día nos leen tres millones y medio de españoles, cada mes veinte millones.

Más de los que leen El País, El Mundo, La Vanguardia o el ABC por hablar de las grandes cabeceras clásicas. Más de los que leen El Confidencial ó 20 Minutos, por hablar de otros competidores digitales.

Y eso es así tanto según el medidor recomendado por el sector GfK DAM, como según el otro prestigioso sistema de medición, Comscore, que además mide también las interacciones en redes sociales. Eso nos catapulta, en total, por encima de los veintiséis millones con una gran distancia sobre el siguiente.

Ahora hay quien habla de volver a un sistema de medición exclusivamente censal lo que sería un disparate pues supondría retroceder a cuando se medían los dispositivos conectados, pero no los usuarios únicos.

Pero si eso ocurriera, a través de la OJD Interactiva, también EL ESPAÑOL seguiría siendo líder pues es tal la ventaja que tenemos sobre los siguientes que somos el único de los grandes medios que sigue auditándose también a través de ese canal.

¿Pero de qué serviría la audiencia sin la influencia? Esa influencia que conseguimos a través de nuestras exclusivas, análisis y artículos, a través de la capacidad de convocatoria de nuestros foros y eventos, a través de los millones de usuarios registrados, de los cientos de miles que leen nuestras newsletters, de nuestras casi 65.000 suscripciones o de las más de 42.000 integrantes de la comunidad de Magas.

Ebitda del 22% y dividendo del 8,76%

La consecuencia de todo lo descrito es que hoy podemos presentaros unas cuentas consolidadas y auditadas con unos ingresos que rozan los 27 millones de euros y un ebitda de 6 millones, lo que supone un impactante retorno sobre ventas del 22%.

Casi todas nuestras empresas participadas estuvieron en beneficios en 2024 y las contadas excepciones a esa regla dejarán de serlo en 2025, a juzgar por la marcha del primer semestre.

Presentamos unas cuentas consolidadas y auditadas con ingresos de casi 27 millones y un ebitda de seis millones

El beneficio consolidado de 2024 y el cumplimiento del presupuesto expansivo de 2025 en la primera mitad del año nos permite repartir un dividendo ligeramente superior al del año pasado. Combina una parte sobre el resultado del 24 y otra sobre lo que está ocurriendo en el 25, pero con un peso mucho mayor del dividendo del ejercicio vencido y mucho menor del dividendo a cuenta.

Al final estamos hablando de 8,76 euros por acción. Un 8,76% ya que el valor nominal de nuestras acciones como bien sabéis es de 100 euros. Muy pocas empresas ofrecen esa rentabilidad. De hecho, el promedio de las del Ibex está por debajo del 5%.

En estos dos últimos ejercicios estamos tratando de compensar el largo tiempo de espera. Esta remuneración a nuestros accionistas tardó nueve años en llegar. Muchas gracias por vuestra fidelidad y paciencia, manteniendo tanto tiempo una inversión improductiva. Espero que los dividendos perduren en el tiempo, aunque no sea en esta misma medida.

Una de las principales vías para conseguirlo es aprovechar las oportunidades del mercado tanto para incrementar nuestra posición en algunas de nuestras empresas participadas como para realizar nuevas inversiones, algunas de las cuales están ya en nuestro radar.

Como para culminarlas es preciso actuar a veces con discreta celeridad y sin que se deteriore la liquidez de la compañía, pedimos a la Junta de Accionistas que facultéis al Consejo de Administración para aprobar ampliaciones de capital por una cuantía máxima a la que difícilmente llegaremos y durante un tiempo tasado.

Castigo del Gobierno

Insisto en que esta fotografía hoy luminosa de la marcha de nuestra empresa es el reflejo de la independencia de EL ESPAÑOL en la que tanto confían nuestros lectores. Nunca abdicaremos de ella, nos cueste lo que nos cueste.

De hecho, los resultados de 2024 se han visto mermados por la fuerte disminución de la publicidad institucional programada de forma centralizada por el Gobierno de Sánchez y convertida en instrumento de premio a los adictos o conformistas y de castigo a los medios críticos.

En el caso de EL ESPAÑOL hemos sufrido una reducción del 64%, pese a nuestra condición de líderes absolutos en audiencia. Algo raro pasa cuando el diario número doce en ese ranking declara haber recibido más publicidad del Gobierno que el número uno.

Desde que hemos descubierto y difundido los graves indicios de corrupción en el PSOE y en el entorno personal del presidente, desde que hemos pedido que se asuman las responsabilidades políticas correspondientes, La Moncloa nos ha excluido de la mayor parte de las campañas y ha reducido la inversión a cifras testimoniales en el resto.

Desde que hemos descubierto los indicios de corrupción en el PSOE, La Moncloa nos ha excluido de la mayor parte de las campañas de publicidad institucional

Para ello ha recurrido a sistemas opacos y criterios discrecionales, encaminados a obtener resultados predeterminados. Las propias agencias de publicidad vienen denunciando que estos manejos tienen por objeto imponer los criterios políticos sobre los técnicos.

Como bien ha reiterado ante nuestro Consejo de Administración la vicepresidenta de EL ESPAÑOL Cruz Sánchez de Lara, desde su perspectiva de especialista en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, esta conducta del Gobierno supone una vulneración del derecho al acceso a la información de nuestros lectores y una violación de las normas tanto de la Unión Europea como de la ONU.

Por eso hemos presentado una denuncia en forma de “informe alternativo” ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU que trabaja ahora en su informe periódico sobre España.

Hoy mismo nuestros representantes legales, la prestigiosa firma International Legal Human Rights, defenderán en Ginebra nuestro decálogo de recomendaciones en pro de la transparencia y equidad de la distribución de la publicidad institucional.

Igualmente hemos iniciado la vía administrativa para recabar información de la Administración y eventualmente recurrir o impugnar las decisiones que nos resulten lesivas.

Situación crítica para la democracia

No estamos peleando sólo por unos cientos de miles de euros sino por la libertad de expresión y por la democracia. Por los fundamentos de nuestro modelo constitucional amenazado y adulterado por la ley de amnistía.

Estamos peleando por las libertades públicas, igual que lo hacen los jueces y fiscales que no tienen otro remedio que acudir mañana a la huelga en defensa de la independencia de la Justicia que tanto nos atañe a todos.

Somos conscientes de la gravedad de la situación por la que atravesamos y de los riesgos que afrontamos mientras no se produzca un desenlace a través de las urnas. Pero os prometo que no desfalleceremos, que ni siquiera parpadearemos.

Somos quienes somos y sabemos cuál es nuestra obligación. Igual que en otras ocasiones vivimos una crisis decisiva para la conciencia colectiva de la nación y para la conciencia individual de cada ciudadano. O saldremos de ella más libres o saldremos más esclavos. Os prometo que haremos lo que esté en nuestra mano, ciñéndonos siempre a la verdad, para que ocurra lo primero.

Somos conscientes de la gravedad de la situación por la que atravesamos y de los riesgos que afrontamos mientras no se produzca un desenlace a través de las urnas

Todos los agradecimientos

Tratándose de nuestro décimo aniversario es de justicia que mi lista de agradecimientos se ensanche hoy retrospectivamente e incluya a algunos de los fundadores en representación de todos los demás. Me refiero a Eva Fernández, Alejandro de Vicente, Fernando Baeta, María Ramírez, Eduardo Suárez o Ana Romero.

Y de manera muy especial a Miguel Ángel Mellado, que se incorporó enseguida al proyecto y hoy cuida de su futuro, liderando el atractivo Máster con la Universidad Camilo José Cela que empieza ya a servirnos de vivero.

Gracias también a los socios y amigos que de una manera u otra habéis sumado vuestros proyectos al de EL ESPAÑOL, aportándonos diversidad y expansión territorial: Xavier Salvador, Lucas Fernández, Pablo Grandío, Esther Esteban, Carlos Velasco y Antonio Ortego.

Gracias a Rafa Navarro por Disruptores, a Luis María Anson y Blanca Berasategui por El Cultural, a Miguel Toral por El Rugido.

Gracias muy especiales al actual equipo de gestión encabezado por Mamen Vázquez. Cumplir un año tras otro el presupuesto, con una cuenta de resultados expansiva tan exigente, tiene un enorme mérito profesional y un gran valor para la compañía. Gracias a Daniel Muñoz, Verónica Milo, Sergio Sanz, Álvaro Mazariegos, Gonzalo Mirasierra, Mario Vidal, Eva Peinado, Prisca Dumas y María Luisa Rodríguez Bello.

Y gracias perpetuas a mi equipo en la redacción, tanto a quienes ya me sufríais desde antes como a quienes os habéis ido incorporando luego a nuestra mezcla de cámara de tortura y jardín de las delicias.

Gracias Mario Díaz, María Peral, Fernando Garea, Vicente Ferrer, Alberto Prieto, Arturo Criado, Jorge Calabrés, Cristián Campos… Quique Lavilla, David Palomo, Daniel Ramírez, José Andrés Gómez, Carmen Serna, Cristina Rodrigo, Lina Smith, Ana Blanco, Javier Corcuera, Eduardo Ortega, David Vicente, Alberto Ojeda, Paula Achiaga, Chema Flores, Javier Carbajal, Iñigo Zulet, Rafa Martí, Jorge Raya, Marco Almodóvar, Julián Povedano y a todos a los que no menciono.

También a los directores de ediciones y medios asociados Dani Valero, Héctor Fernández, Inma León, Ángel Recio, Silvia García, Alberto Molero, Jorge Lisbona, Ignasi Jorro, Manel Manchón o Alberto Lardíes.

El fenómeno de 'Magas'

Y este año debo hacer una mención especial al equipo de Magas con Charo Izquierdo, Ana Núñez Milara, Arantza García, Raúl Rodríguez, María Ubago y María Antolín en el área comercial con Cruz Sánchez de Lara su editora al frente.

Apenas dos años después de su relanzamiento, la web de Magas ya ha alcanzado el liderazgo de las revistas femeninas y si sumamos las redes sociales no hay mes que no estemos en el podio, tratando de tú a tú a cabeceras de la tradición y el prestigio de Elle, Telva y Yo Dona.

Estamos muy orgullosos de todo lo que estáis haciendo a través de iniciativas como las 'Top 100', los premios 'Maga de Magas', el 'Foro de Incidencia y Liderazgo' o esa alfombra roja que nos espera en Granada.

Y no digamos del maravilloso Bookazine que demuestra que, si bien no hace falta papel para publicar noticias, reportajes y entrevistas, sigue siendo el soporte idóneo para productos con vocación de permanencia asociados con el lujo en el sentido más amplio del término.

A Cruz debo además darle las gracias como vicepresidenta ejecutiva, inspiradora y dinamizadora de gran parte de las iniciativas del Consejo. Un Consejo en el que junto a algunos ya mencionados también debe constar mi reconocimiento a Gregorio Marañón, Juan Abarca, Nieves Segovia, Kilian Revuelta, Teresa Arsuaga, Beatriz Cristobal, en perfecta continuidad con el accionista al que representa Víctor Gómez Frías, y Francisco López.

Vamos a por los 300

Empezamos siendo menos de 100 y ya nos acercamos a los 300. Hemos sido la empresa periodística que más empleo ha creado durante estos diez años y, en medio de las grandes incertidumbres que se avecinan, especialmente las derivadas de la implantación de la inteligencia artificial, lucharemos por mantener esos puestos de trabajo y seguir ampliándolos.

Pero lo haremos a nuestra manera, preservando nuestra cultura empresarial, tal y como viene ocurriendo frente a los intentos de injerencia y manipulación externa.

Hemos sido la empresa periodística que más puestos de trabajo ha creado en diez años, y en plena implantación de la IA lucharemos por mantenerlos y ampliarlos

Acabo de cumplir 45 años consecutivos como director de periódicos nacionales. Creo que soy la única persona que lo ha conseguido en una democracia y doy gracias al destino porque creo que no hubiera servido para ninguna otra cosa.

De esos 45 los últimos diez han sido como director de EL ESPAÑOL y esta vez nadie podrá echarme. Ni un gobierno del PSOE como el que logró que me destituyeran de Diario 16, ni un gobierno del PP como el que logró que me destituyeran de El Mundo.

Cuando nació EL ESPAÑOL proliferaron los agoreros que dieron por hecho que nuestro empeño fracasaría, que a la tercera iría la vencida, que los veteranos que habíamos triunfado en el mundo analógico del papel no seríamos capaces de triunfar en un entorno cien por cien digital ni de transmitir nuestros conocimientos a los más jóvenes. Todo ese cacareo envidioso, tan español, ha enmudecido.

Continuidad garantizada

Pero como ya nadie cuestiona el presente luminoso de EL ESPAÑOL, las maledicencias se desplazan a poner en duda su futuro por la presunta falta de relevo en el liderazgo del proyecto. Lo siento, pero van a patinar por segunda vez.

En primer lugar, porque estoy en la plenitud de mi vida. Me he comprometido a continuar otros cinco años como director, más que nada para redondear el récord en el medio siglo, pero seguiré siendo periodista y editor mientas viva. Mi compromiso con EL ESPAÑOL es ya indestructible y probablemente sea cierto que la felicidad personal alarga la vida.

En segundo lugar, como acabo de demostrar repasando sus nombres, al cabo de esta primera década hemos logrado decantar un equipo de extraordinarios profesionales que brillan por separado en sus especialidades y que al complementarse forman la mejor orquesta que hay hoy en cualquier empresa periodística en España.

Y en tercer lugar, debo hablar también por tercera vez de Cruz. Desde que tuvo la generosidad de renunciar a su exitosa carrera como abogada penalista, especialista en derecho de familia y en derechos humanos, Cruz se ha ido convirtiendo en la garantía de la continuidad de EL ESPAÑOL. Tanto desde el punto de vista de la estabilidad accionarial, como desde la preservación de los valores sobre los que se asienta nuestro periódico.

Cruz Sánchez de Lara se ha convertido en la garantía de la continuidad de EL ESPAÑOL tanto desde el punto de vista accionarial como de los valores de nuestro periódico

Primero como reportera y articulista, luego como comentarista de la actualidad y entrevistadora en televisión, Cruz está pasando por las principales experiencias periodísticas.

Ahí está por otra parte ya el fruto de su actividad como editora de Magas y Enclave ODS generando identidades, aunando equipos, gestionando presupuestos y proyectos.

Y, como he dicho antes, todos en el Consejo hemos sido testigos de su sentido de la anticipación impulsando nuestras redes sociales, nuestra productora audiovisual o ahora la inteligencia artificial dentro del Plan Estratégico en el que tanto se ha implicado.

Creatividad colaborativa

Todos influimos sobre todos, pero es la unidad, la simbiosis, la complementariedad entre la docena de personas que formamos el Comité de Dirección y algunas posiciones clave en el staff y su capacidad de integrar a sus respectivos equipos lo que hace nuestra fuerza.

Es lógico que cuanto mayor es el perímetro de nuestra actividad más amplio, diverso y a veces intenso sea nuestro debate. Pero si en algún momento no tenemos margen para distraernos en cuestiones laterales es este. Porque justo cuando hemos alcanzado nuestro cenit al cabo de esta década prodigiosa de EL ESPAÑOL es cuando el sector en su conjunto se asoma de nuevo al arcano de la incertidumbre.

El desafío no procede ahora sólo de nuestros competidores. También de las máquinas que están aprendiendo a hacer cosas que hasta ahora hacíamos las personas. Podríamos decir que es el factor humano lo que puede hacernos vulnerables, pero está en nuestras manos que esa vulnerabilidad no se convierta en debilidad, sino todo lo contrario.

Es el factor humano lo que puede hacernos vulnerables, pero está en nuestras manos que esa vulnerabilidad no se convierta en debilidad sino todo lo contrario

Las máquinas no discuten, no tienen roces ni altibajos, pero tampoco inventan ni se reinventan, ni lideran, ni inspiran a los demás. Si optimizamos nuestros esfuerzos e impulsamos la creatividad colaborativa, EL ESPAÑOL como periódico y como grupo empresarial podrá seguir avanzando hacia la nueva edad de oro de la prensa que siempre parece volver a alejarse un poco cuanto más nos acercamos a ella.

Para cada periodista, comercial o ingeniero el reto reside en defender su aportación en términos de valor añadido. Y en muchos casos, en casi todos los casos, eso implicará una transformación de las tareas basada en una mayor autoexigencia.

El que dentro de un par de años siga haciendo cosas que pueda hacer la inteligencia artificial perderá su puesto de trabajo. Así de claro. En EL ESPAÑOL y en cualquier otro medio obligado a ser competitivo.

En cambio, el que sea capaz de utilizar inteligentemente la inteligencia artificial tendrá en esta redundancia la llave del éxito profesional.

En un año lo que en tres

Así es como tenemos que comportarnos colectivamente, redefiniendo nuestra estrategia, anticipándonos a los cambios, subiéndonos a la ola para que no nos pase por encima.

Es posible que perdamos una parte de nuestro tráfico, sobre todo el relacionado con búsquedas de utilidad o contenidos prácticos de los llamados evergreen. Pero en nuestras manos está suplir la merma en cantidad por el alza en calidad.

Es probable que tengamos que publicar menos contenidos, pero tendrán que ser mejores. Tanto en la web como en las redes sociales. Y ese mismo rasero habrá que aplicar al resto de nuestras actividades para que la monetización y la rentabilidad se mantengan e incrementen en paralelo a la búsqueda de la excelencia.

Es probable que tengamos que publicar menos contenidos, pero tendrán que ser mejores. Tanto en la web como en las redes sociales

En EL ESPAÑOL ya venimos impulsando esa transformación, pero el destino nos obliga a acelerar el cambio. A hacer durante el próximo año lo que en un escenario de continuidad hubiéramos podido hacer en tres.

No es esencialmente una cuestión de trabajar más, sino de hacerlo mejor. Ese es el esfuerzo adicional que pido a toda la plantilla: el de movilizar al máximo nuestras mentes para ir haciendo camino al andar, al adentrarnos en esta nueva tierra incógnita.

En el riesgo sigue estando la esperanza y en la dificultad, el valor y el mérito. Y en nuestro caso, la oportunidad de satisfacer cada día más el derecho a la información de calidad de todos los lectores que, vengan por donde vengan, confíen en nosotros.

Muchas gracias y celebrémoslo juntos.