Humo y fuego se elevan en una instalación afectada tras un ataque con misiles iraníes contra Israel.

Humo y fuego se elevan en una instalación afectada tras un ataque con misiles iraníes contra Israel. Reuters

Opinión EN EL MOMENTO ADECUADO

Irán ya no es lo que era (para los mercados)

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Si algo hace bien Israel es planificar sus operaciones. Y si algo ha hecho mal Irán es casi todo. El resultado es devastador para Irán. Y no tan grave para los mercados como podría haber sido hace cinco o diez años.

El riesgo para los mercados financieros en cualquier conflicto entre Israel e Irán está en el efecto que pueda tener sobre el precio del petróleo.

Hace varios años habría sido impensable que, con una guerra abierta entre Israel e Irán, el petróleo (Brent) estuviera (según escribo) a 73 dólares por barril, es decir, más o menos al mismo nivel que inició el año, muy por debajo de los 87 dólares a los que estaba hace 12 meses.

El riesgo para los mercados financieros en cualquier conflicto entre Israel e Irán está en el efecto que pueda tener sobre el precio del petróleo

Está a una distancia sideral de donde llegó a estar cuando Rusia invadió Ucrania (120 dólares), otro evento de enorme importancia para el precio de la energía. Pero, si lo analizamos fríamente, tiene toda su lógica.

Trump mete muchas patas, pero en lo referente a los países del golfo Pérsico y su relación con Israel, hay que reconocer sus aciertos. Fue el artífice de los acuerdos Abraham, mediante los cuales se restablecían relaciones entre Arabia Saudita e Israel (interrumpido “casualmente” por el ataque de Hamás a Israel).

También hay que reconocerle a Israel un acertado cálculo político: mejor llevarse razonablemente bien con Arabia Saudita y sus aliados del golfo, más pragmáticos y orientados hacia el negocio, que tratar de entenderse con quien tiene como objetivo fundamental destruirles.

Esto es importante, porque, gracias a toda esa acción diplomática y económica previa, en estos momentos es impensable que ningún país del golfo o aledaños se una a la defensa de Irán. Teniendo en cuenta, además, el odio con connotaciones tanto religiosas como geopolíticas que existe entre Arabia Saudita (suníes) e Irán (chiitas) y que tan bien ha sabido explotar Israel.

En estos momentos es impensable que ningún país del golfo o aledaños se una a la defensa de Irán

Tampoco es casualidad que se haya producido un cambio de cromos políticos en Siria. O la influencia de EEUU sobre el régimen militar de Egipto.

El resultado es que no se ha producido una extensión del conflicto y no parece que se vaya a producir, más allá de las típicas declaraciones de solidaridad.

Por cierto, y hablando de Siria, tampoco es casualidad que, aprovechando el cambio de régimen, el ejército hebreo haya eliminado cualquier amenaza para su fuerza aérea y haya convertido Siria en una auténtica autopista para las acciones de sus cazas sobre Irán.

Otra cuestión que ha cambiado y que tiene que ver con el “método de trabajo” de Israel / Mossad es la eliminación previa del riesgo más cercano, el de Hezbolá.

Si Hezbolá hubiera estado en plena actividad, Israel lo habría tenido mucho más complicado. Atacar primero a Hezbolá también formaba parte del plan.

El resultado es que Irán no solo está aislado, sino que ha sido descabezado, siguiendo exactamente el mismo método que empleó Israel con los dirigentes de Hezbolá. En cuanto a Trump, sigue con su política del palo y la zanahoria.

No se ha producido una extensión del conflicto y no parece que se vaya a producir

La zanahoria que había ofrecido a Irán en las negociaciones era la no agresión y la eliminación de las sanciones, siempre y cuando Irán se comprometiera a no seguir su camino hacia la obtención de la bomba atómica. Pero Irán cometió el error de no coger la zanahoria y ahora ha recibido el palo, en forma de ataque de Israel. Es ridículo pensar que Israel lance un ataque así sin un acuerdo previo con EEUU.

Otro error de Irán ha sido fiar todo a sus misiles, cuando hoy en día colocas un camión lleno de drones cerca de las rampas de lanzamiento y, en cuanto se ponen en marcha, los drones las detectan y las destruyen.

A más disparan los iraníes, menos rampas de lanzamiento les van quedando, especialmente ahora que Israel se ha hecho con la superioridad aérea. La cual, por cierto, habían preparado previamente con la excusa de la respuesta a los primeros ataques con misiles iraníes. Ahora se entiende lo que parecía una reacción muy tibia por parte de Israel. De nuevo, el éxito en la planificación.

Otro problema de basarse en los misiles es que se acaban, mientras que Israel, una vez conseguida la superioridad aérea -los iraníes tampoco cuidaron adecuadamente sus defensas- tiene capacidad ilimitada de ataques aéreos.

Es ridículo pensar que Israel lance un ataque así sin un acuerdo previo con EEUU

Finalmente, la cuestión económica. Mucha gente habla del riesgo de que Irán deje de exportar petróleo para presionar a occidente, pero eso sería como dispararse en el pie. Se quedarían sin dinero. Y ya están muy tocados por las sanciones internacionales.

Es más, uno de sus mayores compradores es China. Estarían disparándole también a uno de sus pocos aliados. Y tal y como está de bien abastecido el mercado petrolero actualmente –y con Arabia Saudí siempre dispuesta a ayudar si ello perjudica a Irán-, parece difícil que Irán pueda influir mucho en los precios.

Así que, salvo novedades de última hora -que obviamente no se pueden descartar en una situación como esta-, o que Irán se haya guardado una carta -o una bomba- en la manga, no parece que este conflicto sea capaz de afectar en exceso a los mercados.

Y que, visto lo visto, la mejor opción para Irán sería buscar algún tipo de acuerdo que le permita salvar los muebles, pero sobre todo las centrifugadoras de uranio que todavía no haya destruido Israel.

***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.