Donald Trump escucha el himno de EE.UU. antes del comienzo del Super Bowl LIX

Donald Trump escucha el himno de EE.UU. antes del comienzo del Super Bowl LIX Reuters

Opinión

Europa ante la guerra comercial

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Tras la victoria de Trump se esperaba una escalada arancelaria, ya de por sí perjudicial para la economía global, pero en realidad estamos asistiendo a un giro copernicano del orden económico mundial ante el cuál Europa no puede quedar impasible. 

Las medidas que va desgranando el presidente americano con respecto a México, Canadá y China muestran que el objetivo desborda el terreno comercial. Y de momento parece que le está funcionando.

Ante la imposición inicial de un arancel del 25% a todas las importaciones procedentes de Canadá y México, aduciendo como razón el descontrol fronterizo, por el cual entrarían en EEUU inmigrantes y la droga fentanilo, Trump ha conseguido que ambos países refuercen la vigilancia de sus fronteras.

Concretamente, la presidenta de México ha prometido desplegar 10.000 efectivos en la frontera norte, mientras su homólogo canadiense ha asegurado que Canadá invertirá 1.300 millones para reforzar su frontera y combatir el crimen organizado. 

El hecho de que EEUU haya decidido retrasar un mes la entrada en vigor de las barreras al comercio con ambos países evidencia que la presión se prolongará en el tiempo. 

Esta incertidumbre preocupa en México: según datos del Instituto Mexicano de Competitividad (IMCO), las exportaciones mexicanas a su vecino del norte ascendieron a 490.183 millones de dólares en 2023, casi el 30% del producto interior bruto (PIB).

Si bien a EEUU tampoco le beneficiaría desatar una guerra comercial con su país vecino del sur, el impacto sería significativamente menor.

Aunque a Estados Unidos no le beneficia una guerra comercial con México, el impacto sería menor para él que para el vecino del Sur

A Canadá le ocurre algo similar. Su comercio bilateral con Estados Unidos está equilibrado si se excluye el petróleo, que EEUU importa voluntariamente de Canadá debido a las ventajas de los precios.

El comercio entre ambos países asciende a unos 680.000 millones de dólares estadounidenses al año.

En 2023, las exportaciones de bienes y servicios -principalmente automóviles; maquinaria y equipamiento; y agroindustria- de Canadá a los EEUU alcanzaron 594.500 millones de dólares canadienses, mientras que las importaciones fueron de 373.700 millones de dólares canadienses -lo que supuso un superávit comercial de 220.800 millones de dólares-.

Pero si se descuentan las exportaciones energéticas (principalmente petróleo y gas), en 2023, Washington logró un superávit comercial con Canadá de unos 63.000 millones de dólares estadounidenses.

El presidente de EEUU, Donal Trump, este domingo en la final de la Super Bowl.

El presidente de EEUU, Donal Trump, este domingo en la final de la Super Bowl. Reuters

En cuanto a China, Trump es consciente del mal momento que atraviesa su economía: el consumo interno del gigante asiático sigue lastrada por la explosión de la burbuja de crédito, de modo que el Gobierno de Xi intenta salir del bache mediante las exportaciones.

Este es el contexto en que se produce la decisión de Trump de imponer un arancel del 10% a las importaciones. Medida que seguramente estará seguida de otras. 

La respuesta de China ha sido rápida pero ponderada, para evitar una guerra comercial a gran escala. Ha prometido sus propios aranceles del 15% sobre determinados productos estadounidenses, y restricciones a las exportaciones de minerales críticos y una investigación antimonopolio sobre la empresa estadounidense Google.

Pero, siendo conscientes de su menor poder relativo frente a Estados Unidos que mantiene un gran déficit comercial con China, han iniciado un proceso de negociación para aumentar sus compras de bienes estadounidenses por valor de 200.000 millones de dólares en un período de dos años y para la entrada de socios estadounidenses en la plataforma TikTok.

China ha iniciado con EEUU un proceso de negociación para aumentar sus compras por valor de 200.000 millones de dólares en dos años 

Al mismo tiempo, desde la victoria de Trump el pasado 8 de noviembre, China ha estado introduciendo medidas de estímulo para impulsar su economía real y fortalecer su consumo interno; y planificando la diversificación de sus opciones comerciales, fundamentalmente en el Sur global -Brasil, Indonesia, Malasia, Tailandia y Vietnam-.

La UE debería tomar ejemplo. Según Trump, la UE se ha aprovechado de Estados Unidos con un superávit comercial de más de 300.000 millones de dólares. Ese superávit es significativamente menor si se incluyen los servicios. También considera que Europa debe asumir su propia defensa.  

Alemania, con un superávit comercial de 67.000 millones de euros frente a EEUU y un gasto en defensa reducido, es el país potencialmente más damnificado. Pero finalmente, todas las economías europeas podrían verse afectadas por las relaciones comerciales entre ellas. 

Por ello, la importancia, en primer lugar, de mantener unidad y responder con firmeza. Existen numerosos bienes que se importan desde EEUU a Europa a los que aplicar contraaranceles que afectarían a la economía estadounidense -algunas de las empresas mayormente afectadas serían Apple y Cisco Systems-.

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, saluda al director ejecutivo de Tesla y propietario de X, Elon Musk, durante un mitin el día antes de la toma de posesión de Trump para un segundo mandato, en Washington, Estados Unidos, el 19 de enero de 2025.

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, saluda al director ejecutivo de Tesla y propietario de X, Elon Musk, durante un mitin el día antes de la toma de posesión de Trump para un segundo mandato, en Washington, Estados Unidos, el 19 de enero de 2025. Brian Snyder REUTERS Washington

Incluso, sin imponer por el momento contraaranceles, los europeos estamos reaccionando. La creciente impopularidad de Elon Musk, puede ser uno de los factores que están detrás de la caída de las ventas de los coches eléctricos de su empresa Tesla en Europa.

En segundo lugar, la UE debería convertir las amenazas geopolíticas en una oportunidad para reforzar la necesidad de asumir su propia seguridad y para, al mismo tiempo, profundizar en sus relaciones con otros socios comerciales.  

Finalmente, urge que la UE empiece a revertir su declive económico: solo así podrá pesar en las negociaciones que se avecinan con su socio transatlántico, ya no tan fiable.

Sin duda, el diálogo entre la UE y los EEUU es la mejor opción, para no iniciar una espiral comercial o una guerra económica que perjudique a los ciudadanos y las economías de ambas áreas geográficas. Pero para ello es imprescindible que Europa aparezca unida y con una visión clara de su futuro económico.