¡Largo me lo fiais Sancho! Que diría el Quijote ¿Por qué me voy a preocupar por algo que me puede afectar dentro de 35 o 40 años? Es lo que la mayoría de los jóvenes españoles opinan sobre si, o no, cobraran pensiones en su jubilación, cuando y cuánto.

Pero el tiempo pasa a toda velocidad. Cómo decía un amigo: “no sabes lo rápido que pasas de ser el más joven de la reunión a ser demasiado mayor para estas en ella”. Por eso no está de más que las nuevas generaciones se preocupen por este tema. Lo que cobrarán como pensión depende de factores económicos, con cálculos actuariales, y de decisiones políticas.

Los cálculos actuariales estiman que el actual sistema de reparto de las pensiones será, o no, sostenible en función de varias variables: esperanza de vida de los jubilados; número de cotizantes por pensionista y su aportación al sistema; método de cálculo de las pensiones en función de años cotizados; la edad efectiva de jubilación; volumen de jubilación activa; … 

Con todos estos datos, según mi colega del IESE el profesor Díaz Jiménez, en 2044 el coste total de las pensiones será de aproximadamente 225.000 millones de euros anuales, lo que será difícil de cubrir generando un déficit periódico.

La esperanza de vida de España está en 83,5 años (mayor en mujeres que en hombres) y creciendo. Un experto médico gerontólogo a unos alumnos de 50 años, en un curso sobre talento senior, les indicó que alguno de ellos podría llegar a los 100 años. Es decir, que deberían prepararse para más de treinta años de vida jubilada. Eso significa que hay que prever los fondos financieros para una vida jubilada digna durante mucho tiempo. También significa que los españoles de dentro de 35 años o más años tiene que pensar en ello. 

Lo que cobrarán como pensión depende de factores económicos, con cálculos actuariales, y de decisiones políticas

El número de cotizantes por jubilado no ha dejado de subir desde 2017. En 2024 fue de 2,44 cotizantes por pensionista. Sin embargo, en 2011 era de 2.47. Esta cobertura se debe a la población y dentro de ella la población activa empleada. La población española está creciendo gracias a la emigración. Pero su índice de natalidad está entre los más bajos del mundo (1,12 por mujer en 2023) y no asegura la reposición generacional. 

El número de cotizantes está creciendo (21,1 millones aproximadamente en 2024). Pero eso depende de la coyuntura económica ¿Quién sabe lo que ocurrirá en 2050?

Para reducir el volumen de gastos en pensiones hay dos decisiones eficaces. Una es alargar la edad de percepción de la pensión. Ahora puede llegar a los 67 años en próximos años y en algún caso (funcionarios o profesores universitarios) a los 70. No sería descabellado que en el futuro se sitúe en más de 70 años.

Las mejoras sanitarias y tecnológicas harán que se pueda trabajar hasta esa edad sin problemas. Incluso más, en el modo de “jubilación activa”, que reduce la pensión a cambio de permitir trabajar. El talento senior será fundamental para cubrir la falta de profesionales de todo tipo. 

Otra forma de reducir los gastos es alargar el cálculo de la pensión a todos los años cotizados por el pensionista. Es normal que en los primeros años de ejercicio profesional los salarios sean menores y su aportación también, por tanto, bajaría el cálculo de la pensión.

El número de cotizantes por jubilado no ha dejado de subir desde 2017. En 2024 fue de 2,44 cotizantes por pensionista

En resumen: actuarialmente es complejo anticipar cómo van a ser esas pensiones dentro de 35 o más años.

Pero el factor político también cuenta. Si seguimos en democracia, los políticos no se podrán olvidar de los 10/15 millones de votos de los pensionistas. Por eso harán todo lo posible para tratarlos de la mejor manera. En último caso endeudarán el país todo lo posible ¿Habrá pensiones? Sí, lo que no se sabe es de cuanto, cuando y como será su cálculo.

Por eso no estaría de más que los jóvenes españoles pensarán en resolver parte de sus ingresos futuros por su cuenta. Una cultura de ahorro es imprescindible. Lo que pasa es que este gobierno no solo no la promociona, sino que la dificulta con una política fiscal mezquina y asfixiante.