Nadia Calviño

Nadia Calviño EP

La tribuna

"Es un escándalo. Aquí se juega": la banca no paga por los depósitos

5 julio, 2023 02:25

“Qué escándalo, he descubierto que aquí se juega”. Como el capitán Renault en Casablanca, de repente, todo el mundo se ha dado cuenta de que la banca juega a ganar más dinero, subiendo el tipo de interés en los créditos que concede, pero no en los depósitos de sus clientes. Y como el garito de Ricks en Casablanca, se juega, también, porque se permite que se juegue.

Ante la afirmación de hace unos días de la vicepresidenta Calviño de que la banca debía retribuir a sus depositantes, varios banqueros reaccionaron señalando que eso se haría cuando la competencia obligase a hacerlo, y no cuando lo dijese la vicepresidenta. El viernes, tras su reunión con las patronales bancarias, Calviño manifestaba que "la banca está trasladando más lentamente que en ocasiones anteriores y en el resto de Europa la subida de tipos de interés a los pasivos", anunciando que, para asegurar la adecuada competencia, "vamos a solicitar a la CNMC que identifique si hay algún factor que esté llevando a esta situación".

En mi libro Y esto, ¿quién lo paga? (Debate 2023) y en varios artículos en El Español, en 2021 y 2022 ya señalaba que aquí se jugaba, y probablemente, se iba a seguir jugando: la banca iba a incrementar sus beneficios en el ciclo de aumento de tipos de interés, no sólo por problemas de competencia, sino también por el exceso de liquidez.

A los bancos les sobraba liquidez para conceder créditos con lo que no necesitaban retribuirla. La razón por la que les sobraba liquidez reside esencialmente en las inyecciones masivas de liquidez que había realizado el Banco Central Europeo (BCE). Mi predicción, entonces, era que hasta que el BCE no hubiese retirado sustancialmente la liquidez, los créditos serían más caros a medida que fuesen subiendo los tipos de interés, pero los depósitos no aumentarían su retribución.

El pasado viernes, los bancos tuvieron que devolver la última parte de los LTRO, créditos del BCE a la banca a tipo negativo para evitar la deflación y mantener la actividad crediticia y económica en la Pandemia. Ahora, tenemos un poco menos de liquidez. Pero, la parte del león de la liquidez inyectada no ha ido por esta vía, sino a través de la compra de activos financieros, fundamentalmente deuda pública, que ha ido realizando el BCE.

A los bancos les sobraba liquidez para conceder créditos con lo que no necesitaban retribuirla

Aquí, el balance no se ha reducido, pero, buena parte de los depósitos que el BCE creó en los bancos, a cambio de los títulos, han vuelto al BCE, a través de la facilidad de depósito. En estos momentos, hay más de cuatro billones de euros en depósitos de los bancos europeos en el BCE. En estos momentos, la facilidad de depósito, que en pandemia tenía un coste del 0,5% para los bancos que depositase allí su dinero, está retribuida al 3,5%, medio punto menos que el tipo de interés al que el BCE presta a la banca, y que la última media mensual del Euribor, 4%.

Como los títulos que compró el BCE no dan un 3,5% porque se compraron cuando los tipos de interés estaban en el cero por ciento o en negativo, la primera consecuencia de todo esto, es que los bancos centrales están perdiendo dinero, y van a continuar haciéndolo en los próximos años, porque, según el propio BCE, debemos olvidarnos de que los tipos de interés bajen en los próximos dos años por lo menos. Éste es un recordatorio de que aumentar la liquidez no es gratis, y se acaba pagando no sólo con inflación, sino también con menos ingresos públicos en el futuro, porque los bancos centrales ya no ingresan dividendos en el Tesoro Público.

Tenemos un exceso de liquidez, pero en buena parte “aparcada” en el BCE. Los bancos no están concediendo más créditos, e incluso el Banco de España reconoce en su último informe anual que esta restricción de crédito ha restado ya una décima al crecimiento de la economía española. Como seguimos teniendo un exceso de liquidez, y, además, los bancos no están concediendo más créditos, parece lógico que no se peleen por retribuir los depósitos.

Sin embargo, parece que se está perdiendo una oportunidad de arbitrar, es decir de especular con ganancia asegurada. Aunque no se quiera prestar, pagar un 1% por un depósito para luego dejar ese dinero en el BCE es ganar un 2,5% sin riesgo alguno. Por eso, resulta extraño que haya tan pocas ofertas para depositar el dinero. No se entiende que los bancos no quieran ganar más dinero ni aumentar su cuota de mercado… o se entiende demasiado bien. Porque si aumenta la retribución de todos los depósitos, entonces la banca ganará menos dinero.

En fin, parece que tenemos un problema de competencia, derivado, precisamente de la concentración de entidades en el sector. Parte de esta concentración era simplemente inevitable, porque a raíz de la crisis, España tuvo un gravísimo problema en la mayoría de las cajas de Ahorro, que eran la mitad del sistema financiero. Y la alternativa a las absorciones, casi todas con apoyo público, hubiese sido muchísimo peor: quiebras bancarias desordenadas.

Éste es un recordatorio de que aumentar la liquidez no es gratis, y se acaba pagando no sólo con inflación, sino también con menos ingresos públicos en el futuro

Sin embargo, parte de la concentración de entidades ha sido voluntaria, y en algún caso, el propio Estado, a través del Fondo de Resolución Ordenada Bancaria (FROB) era el máximo accionista. Además, si alguna de las entidades más grandes tiene un problema, entonces, al ser demasiado grandes para caer, parafraseando a Keynes, “todos tenemos un problema”. Hay que recordar que Irlanda tuvo que ir a un rescate, no por otras razones, sino por la crisis de sus dos grandes bancos.

Para concluir, ¿este panorama justifica un “gravamen” temporal sobre los beneficios extraordinarios de los bancos? La realidad es que la banca, obviamente, está ganando más dinero, pero introducir un coste en el sistema, en una situación de menos competencia de la deseable, suele conducir a que los clientes, más que los accionistas, sean los que paguen el impuesto en términos económicos. Y ese traslado de la carga económica puede ser hacia los que piden un crédito, o a los que depositan un dinero, retribuyéndoselo menos.

Si se persigue recaudar, entonces el impuesto (porque es un tributo) tiene sentido, si lo que se pretende es que los ahorradores tengan mejor retribución, entonces, no tanto. No se puede tener todo: menos entidades, pero más competencia, más recaudación fiscal, pero mejor retribución a los depositantes, a poder ser con hipotecas más baratas. También se quiere un sistema financiero más saneado pero que la banca no gane dinero… Por mucho que nos escandalicemos ahora, “lo que no puede ser, no es, y además, es imposible”.

*** Francisco de la Torre Díaz. Economista e inspector de Hacienda. Autor de “Y esto, ¿quién lo paga?” (Debate 2023).

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