El reto de aprender a usar ChatGPT

El reto de aprender a usar ChatGPT

La tribuna

El reto de aprender a usar ChatGPT

23 diciembre, 2022 02:38

Le he pedido a ChatGPT que me redacte esta tribuna. Y casi ha sido capaz de hacerlo.

No hubiera sido una tribuna brillante, pero sí una tribuna correcta. En realidad, se lo había puesto muy fácil: le había pedido que escribiese una columna de 700 palabras sobre la inteligencia artificial y el ChatGPT, temas sobre los que controla bastante. A todo el mundo se le da bien hablar de sí mismo.

Pero se ha atascado a la mitad del texto. En la palabra 375 se ha interrumpido de golpe. Así que he vuelto a empezar de nuevo, a hacerle la misma petición. Esta vez se ha parado en la palabra 370, también en la mitad de una frase. Lo curioso es que no se ha copiado de la vez anterior. Aun transmitiendo las mismas ideas, las ha redactado de forma distinta.

El editor de Word, que también funciona con Inteligencia Artificial, le había dado una puntuación del 53% al primer texto, y del 57% al segundo. Esta valoración tiene en cuenta la ortografía, la gramática, la claridad, la concisión y hasta el empleo de lenguaje no discriminatorio o el uso de referencias geopolíticas sensibles. Veremos qué puntuación me da a mí al terminar la tribuna. 

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Lo cierto es que la irrupción de esta herramienta ha revolucionado el mundo de Internet. En apenas cinco días ya contaba con más de un millón de usuarios y sus sorprendentes resultados están generando todo tipo de reacciones. Algunos radicalmente en contra, como Gary Marcus, veterano de la Inteligencia Artificial, o los fans de Metallica, enojados por las malas críticas que este chat ha realizado sobre los discos de este grupo heavy, icono para toda una generación.

Pero dejemos que sea la propia inteligencia artificial quien se defina a sí misma. En la redacción que me ha dejado a medias, se define como "un modelo de lenguaje basado en el aprendizaje automático que ha sido entrenado con una gran cantidad de datos de internet". "Gracias a su capacidad de procesar y comprender el lenguaje humano, GPT-3 es capaz de realizar diversas tareas, como la traducción de idiomas, la generación de texto y la respuesta a preguntas", explica.

Eso sí, es muy sincero sobre sí mismo, sobre sus capacidades y sus límites. “Aunque ChatGPT es capaz de mantener conversaciones fluidas y coherentes, es importante tener en cuenta que se trata de un chatbot y, por lo tanto, no tiene conciencia ni emociones propias. Es decir, no es capaz de entender el significado profundo de lo que se le dice ni de sentir empatía con el usuario”, escribe en su redacción.

Y todo esto, en verdad, se descubre con solo usarlo 15 minutos. Redacta bien, cierto, pero con poca profundidad, y tirando de lugares comunes. Sirve para escribir un texto, pero no para brillar. Ni mucho menos para convencer.

"ChatGPT sirve para escribir un texto, pero no para brillar. Ni mucho menos para convencer"

¿Significa esto que debemos demonizar su uso? Nada más lejos de la realidad. No seamos luditas y saquemos lo bueno de cada invento de la raza humana. ChatGPT y las demás herramientas que le sigan pueden ser una gran herramienta de productividad, así como una alternativa a Google y al resto de buscadores.

Tendrán que resolver antes algunos problemas, como el respeto a la propiedad intelectual o la protección de nuestra privacidad y nuestros datos. Y algunos de carácter económico, como la monetización de la plataforma. ¿Funcionará el modelo de suscripción? ¿Cómo se pueden incluir anuncios en una herramienta como ChatGPT?

Para seguir adelante, este proyecto de inteligencia artificial (IA), que en sus inicios fue apoyado por Elon Musk y hoy está respaldada por Microsoft, necesitará un soporte económico que aún no ha definido como conseguirá. Pero tiempo al tiempo. Con esos apoyos, mal no les puede ir, algunos medios apuntan que Google estaría trabajando en su propia herramienta de IA para competir con ChatGPT.

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Lo cierto es que, mientras se van resolviendo estas cuestiones, los usuarios debemos prepararnos para aprender a usar herramientas como ChatGPT. Como cualquier tecnología nueva que se incorpora de golpe a la sociedad –recordemos, un millón de usuarios en solo cinco días- su irrupción puede ser un choque para muchos, bien porque no la entiendan, bien porque no sepan sacarle el máximo provecho.

Hay que dejarla madurar, aprender y entrenar. Tener paciencia con ella, como la tenemos, por ejemplo, con cualquier reto deportivo.

Pues lo mismo pasa con cualquier otra inteligencia artificial. Necesita tiempo para aprender de nuestras búsquedas y avanzar en sus resultados. A medida que esto pase, sus respuestas serán más ajustadas y puede que un día sean capaz de escribir esta columna. Pero de momento hoy no me ha ayudado mucho.

Y es normal, porque el reto no es solo suyo. Es de todos nosotros. Tendremos que aprender a usarla para sacar todo lo positivo que ya hay en ella. Aún no es capaz de escribir una tribuna para El Español, cierto, pero sí puede ayudarte a definir y explicar términos más allá del diccionario, resumir artículos, preparar unas vacaciones, elaborar una dieta al instante o ayudarnos en un brainstorming. No es poco lo que ofrece.

Mi columna, por cierto, tiene un 82% de puntuación según el editor de Word. Y eso porque considera que ChatGPT (que sale 12 veces en el texto) es una falta de ortografía. 

*** Alicia Richart Ramón es general manager de Afiniti.

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