Esta semana acaban las vacaciones para millones de españoles. Y con ellas, también se acerca lo que Emmanuel Macron resumió la pasada semana como el "fin de la abundancia" en Europa.

Con la luz disparada en toda la eurozona porque ya no hay materias primas 'abundantes', la próxima semana se celebrará el Consejo de Gobierno del BCE del que se espera la segunda subida de tipos de interés del verano. Tras 11 años de dinero gratis -e incluso tipos negativos en Europa-, financiar nuestro nivel de vida va a ser más caro.

El 'fin de la abundancia' monetaria afectará a las hipotecas, a la financiación para la compra de un coche o al crédito para cambiar de electrodoméstico. Pero también al gasto público en todos sus frentes. Ahora, será más caro costear el gasto en pensiones que genere deuda o mantener el 'escudo social'. Y para colmo, este encarecimiento llega cuando nuestro nivel de vida ha caído ya en una media de 4.159 euros por familia en España.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

No por ello, Pedro Sánchez evitará subir el gasto público en los Presupuestos Generales del Estado para 2023. El Ejecutivo está listo para abordar la negociación de unas cuentas públicas que recogen un techo de gasto récord en año electoral.

[El Gobierno rebaja al 2,7% el crecimiento del PIB en 2023 y aprueba un techo de gasto récord de 198.221 millones]

El Gobierno, agotado pese a las mayorías que aún logra en el Congreso, conduce con las luces cortas. Se olvida de mirar lo que está ocurriendo ya en Italia y repasar las hemerotecas para ver el tsunami que puede llegar a España si no se cambia de rumbo.

El Gobierno, agotado pese a las mayorías que aún logra en el Congreso, conduce con las luces cortas

Los datos de S&P Global Market Intelligence y publicados por el Financial Times revelan que los llamados hedge funds ya han hecho la mayor apuesta contra la deuda pública italiana desde la crisis financiera de 2008.

Pensarán algunos que la situación de España no es similar. No solo porque Italia está en campaña electoral con un incierto futuro. La prima de riesgo italiana cerró el viernes en 231 puntos. La española está en 120 puntos.

La deuda pública del país transalpino alcanza el 150% del PIB. La española acaba de bajar del 117%. El déficit de los italianos cerró 2021 en el 7,20% de PIB y el de los españoles en el 6,87%.

Que esos datos -claves para el mercado- den algo de ventaja a España, no es ningún consuelo. Y no solo porque sean de suspenso para las dos economías. Ambos países suelen moverse a la par en los mercados de deuda. Si uno tiene gripe, el otro se resfría. Como mínimo.

Miren en la hemeroteca lo que ocurrió en el año 2011, cuando el mercado 'atacó' a la deuda italiana con mucha más virulencia que a la española. Hasta que dejó de ser así. Entonces, España -más vulnerable por tener una economía de menor tamaño para el euro y otras fragilidades- pasó a ser protagonista de la embestida. Lo que vino después, sigue fresco en la memoria de los españoles.

Si Italia tiene gripe, España se resfría. Y miren en la hemeroteca lo que ocurrió en el año 2011.

Con un nuevo techo de gasto récord, el Gobierno demuestra que confía en que los nubarrones no rompan en una tormenta.

Ahora que a España le va a tocar ser 'solidaria' con Alemania con el gas, pudiera ser que alguien estuviera pensando en que los alemanes vayan a cambiar su postura sobre el rigor fiscal en la Unión Europea... o que vayan a abrir la mano con el Instrumento de Protección de la Transmisión (TPI, por sus sigas en inglés) de Christine Lagarde.

Pedro Sánchez, Olaf Schoz, Emmanuele Macron, Christine Lagarde y Jerome Powell.

Pedro Sánchez, Olaf Schoz, Emmanuele Macron, Christine Lagarde y Jerome Powell.

El BCE es una institución independiente, pero que Alemania no vuelva a a cuestionar la legalidad de ese instrumento ideado para proteger, especialmente, a Italia y España frente a la subida de tipos, es clave para Sánchez. Es el primer interesado en que no se dispare el coste de la deuda pública española. 

Precisamente esta semana, el presidente del Gobierno viajará al castillo de Meseberg (cerca de Berlín) para reunirse con con Olaf Scholz y sus ministros para hablar del gasoducto al que se opone Francia... Pero, también de muchas cosas más.

[Sánchez dice que si no puede negociar un gasoducto con Francia lo hará con Italia]

La cuestión es que Christine Lagarde no tiene margen de maniobra. Con el euro perdiendo su paridad frente al dólar y la inflación desbocada en la eurozona, tendrá que actuar y los 'halcones' ya piden una subida de tipos del 0,75 frente al 0,5 previsto.

Las actas de la última reunión del BCE han revelado que su economista jefe, Philip Lane, reconoce que la subida de tipos podría ser el detonante de un episodio de fragmentación en el mercado de bonos, lo que dañaría a todos los socios del euro. Es el único argumento que tiene para convencer a los 'halcones' de crear el instrumento de protección para la periferia.

La cuestión es que la inflación está dañando con fuerza a todas las familias en Europa. Y, recurriendo a las palabras de Jerome Powell en Jackson Hole, no se sabe que es más "doloroso" si seguir con este empobrecimiento -vía inflación y depreciación del euro- o subir más los tipos y dejar que caiga la economía.

[Powell apunta a otra subida de tipos de la Fed de 0,75 puntos, pese al "dolor" que pueda causar a las familias]

ATENTOS A...

Hasta el pasado viernes por la noche, en grandes empresas consultadas afirmaban no haber recibido hasta el momento ninguna invitación para asistir a la inauguración del curso de Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno ante grandes empresarios en la Casa de América.

El presidente del Gobierno ante grandes empresarios en la Casa de América.

Aunque con este Gobierno, todo es posible y no se puede descartar nunca una sorpresa de última hora, lo cierto es que después de haber acusado a las empresas de ser 'elites poderosas' que van contra él sería como mínimo chocante que el presidente se hiciera ahora una foto con el Ibex 35. Tampoco está claro que las empresas fueran a acudir en masa al evento tras el impuesto a bancos y energéticas o al anuncio de una subida del SMI que cuenta con el rechazo frontal de Antonio Garamendi.