La Universidad ante la revolución de la tecnología y el talento

La Universidad ante la revolución de la tecnología y el talento EP

La tribuna

La Universidad ante la revolución de la tecnología y el talento

22 julio, 2022 02:41

Pocas veces en su historia, la Universidad ha afrontado desafíos como los actuales. Los profundos cambios socioeconómicos a los que asistimos requieren una capacidad de adaptación de la Educación Superior, que muy probablemente no tendríamos si las instituciones del sector no hubiéramos entendido hace años que debíamos prepararnos para la transformación digital.

Vivimos en una sociedad cambiante y sin duda alguna la digitalización en la educación es un imperativo en la enseñanza superior actual. La tecnología nos ha permitido llegar a perfiles de estudiantes diversos, ofrecer una formación flexible y personalizada, y extender los límites del aula más allá de sus muros físicos.

No obstante, en este contexto, las universidades debemos asumir que la clave no es contar con la tecnología como tal sino el uso que hacemos de ella. Bajo este prisma, la tecnología se ha convertido en una aliada que nos ayuda a mejorar toda la experiencia del estudiante de una manera integral y ofrecerle una formación que responda a las necesidades del mercado laboral y que también tenga en consideración sus nuevas necesidades formativas.

Los cambios sociales nos hablan de una universidad con estudiantes que entrarán y saldrán por sus puertas físicas y/o virtuales tantas veces como sea necesario a lo largo de su vida. La formación para toda la vida es una realidad que como instituciones educativas nos conecta aún más con el talento, con las nuevas necesidades de las empresas y la sociedad, y nos exige una actualización constante.

Bajo esta perspectiva, las aulas universitarias, presenciales y virtuales, han de estar pensadas para unos estudiantes cada vez más tecnificados, que se siguen formando a lo largo de toda su vida profesional y que ejercen mayor control sobre sus tiempos y horarios. Cada estudiante tiene la capacidad de desarrollar al máximo su potencial y la Universidad debe acompañarle y motivarle en este proceso, ofreciendo una formación que cumpla sus expectativas. Sacar el máximo partido al talento no es solo una responsabilidad de las instituciones de Educación Superior, sino una demanda real de la sociedad en la que vivimos, donde la velocidad de los cambios requiere una gestión eficaz del talento, en consonancia con la revolución tecnológica a la que asistimos. Se hace así imprescindible potenciar una serie de aptitudes como la adaptación al cambio, la búsqueda de soluciones innovadoras y el liderazgo.

Las aulas universitarias, presenciales y virtuales, han de estar pensadas para unos estudiantes cada vez más tecnificados

Para ello, es clave poner el foco en la manera en la que enseñamos. Y en nuestro caso el aprendizaje experiencial, que es la base de nuestro modelo académico, es lo que nos marca el paso y permite que nuestros estudiantes aprendan haciendo, con casos y proyectos reales. Una manera de enseñar para un tiempo que exige una nueva manera de aprender. En este tipo de formación, la tecnología cobra una gran relevancia porque nos permite llevar la experiencia a entornos tanto físicos, con laboratorios y espacios preparados para el aprendizaje práctico, como a entornos virtuales a través de actividades de gamificación, simulación o realidad virtual.

Además, vemos claramente cómo la experiencia online ha ido ganando peso en los últimos tiempos y la digitalización nos ha permitido eliminar las barreras de lugar y tiempo y brindar a los estudiantes la posibilidad de acceder a los contenidos académicos tantas veces como sea necesario, facilitando así la adquisición de conocimientos según las circunstancias de cada uno. Este tipo de formación tiene además, una metodología pedagógica especialmente diseñada para ello: clases y laboratorios virtuales, contenidos audiovisuales, actividades prácticas y un claustro altamente cualificado, que garantizan la mejor experiencia de aprendizaje en un entorno virtual.

Por otro lado, en este tiempo de transformación y cambios, el Foro de Davos nos recuerda que las posiciones más habituales hoy en el mercado laboral disminuirán casi un 6,5% en 2025 hasta representar apenas el 9% de los puestos de trabajo, mientras que las profesiones emergentes aumentarán 5,7 puntos hasta alcanzar el 13,5% de las ocupaciones a nivel global. Esas profesiones emergentes están relacionadas con las energías verdes, la salud, el sector tecnológico y el análisis de datos; con una demanda creciente de perfiles estadísticos, desarrolladores de software y especialidades relacionadas con las matemáticas y la ciencia de datos, como pronostica la OCDE para Estados Unidos, que suele determinar las tendencias de la mayoría de los países desarrollados. 

Esas profesiones emergentes están relacionadas con las energías verdes, la salud, el sector tecnológico y el análisis de datos

Es indiscutible que, como institución generadora de talento, la Universidad debe estar también en permanente contacto con el mundo profesional y con las tendencias nacionales e internacionales de la Educación Superior con el objetivo de adaptar la oferta formativa y las metodologías de aprendizaje a la demanda de las profesiones presentes y futuras. La clave es reducir la brecha entre universidad y empresa, logrando con ello tender puentes sólidos entre ambos.

Las universidades siempre hemos sido motores de cambio, ahora tenemos además la responsabilidad de liderar la revolución tecnológica y seguir apostando firmemente por el talento, desde un compromiso social firme y desde la innovación constante.

*** Otilia de la Fuente es directora general de la Universidad Europea

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