Yolanda Díaz, vicepresidenta del Gobierno y Santiago Abascal, líder de VOX.

Yolanda Díaz, vicepresidenta del Gobierno y Santiago Abascal, líder de VOX.

Baile de Cifras

Santiago Abascal y Yolanda Díaz, ¿unidos por la reforma laboral?

21 enero, 2022 05:30

La política genera extraños compañeros de cama. La próxima pareja que podríamos ver es la que forman la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y el líder de Vox, Santiago Abascal. Un matrimonio de conveniencia que podría servir para que el Gobierno saque adelante la reforma laboral acordada con la patronal y los sindicatos. 

No habrá pedida de mano. No veo a Díaz y Abascal sentándose a tomar un café. Imaginen lo que supondría para los votantes de ambos. Sin embargo, parece que los del partido verde se están planteando la abstención cuando el texto llegue al Congreso de los Diputados. Esas son, al menos, las señales que llegan desde la Cámara Baja al entorno de la CEOE. 

No hay nada seguro. Queda mucho todavía para el momento de la votación, pero para Vox podría ser una jugada con la que podría ganar mucho en su estrategia política. En primer lugar, porque se pondría frente al Partido Popular que, salvo sorpresa, votará en contra de los cambios que se van a llevar a cabo en el mercado de trabajo. 

Vox podría ganar mucho en su estrategia política con una abstención a la reforma laboral en el Congreso

Una abstención les serviría para acercarse a algunos sectores de la patronal CEOE, a la que se suele vincular más con los postulados del PP. La idea de los de Abascal es que en el entorno empresarial se les empiece a ver como un socio ‘fiable’ a futuro, que está al lado de las empresas cuando se les necesita. 

Pero la jugada política de Vox va un paso más allá y tiene nombre propio: Solidaridad. El sindicato 'anticomunista' de la formación verde. Un organismo que en menos de dos años ha logrado ya representación en medio centenar de empresas y tener cerca de 13.0000 afiliados. 

Abstenerse en el Congreso sería una forma de 'sumarse' al gran acuerdo alcanzado en el seno del diálogo social, al permitir sacar adelante una reforma que tiene como objetivo reducir la temporalidad. De hecho, algunas estimaciones calculan que la caída de la temporalidad podría ser de 6 ó 7 puntos cuando acabe el primer semestre del año. 

Bajo esa premisa, Vox podría vender desde su sindicato que apoya a la famosa ‘España que madruga’. De hecho, la formación ya estuvo respaldando a los trabajadores del metal durante las jornadas de huelga en Cádiz el pasado mes de noviembre. Ese respaldo a los trabajadores es una constante en la estrategia del partido. Así, por ejemplo, ha dado su apoyo también a las concentraciones de IDLogistics o las de los trabajadores de Repsol en el Congreso. 

No sería la primera vez que Vox se abstiene en un decreto de relevancia para el Gobierno. Ya lo hizo en enero de 2021 cuando dio el plácet al de los fondos europeos gracias a su abstención. Un voto que se justificó bajo el paraguas de “responsabilidad”, ya que en aquel entonces el PSOE y Podemos tan sólo lograron el apoyo de PNV y Bildu. 

En esta ocasión podría ocurrir lo mismo. Tanto PNV como ERC y Bildu presionan para que, entre otras cosas, los convenios autonómicos pesen más que los sectoriales y los de empresa. Algo que patronal y sindicatos han descartado en su acuerdo aunque éstos últimos no lo ven con malos ojos. Sin embargo, el Ejecutivo no quiere tocar el texto consensuado para evitar que la CEOE se baje del pacto social. 

Desde el departamento que lidera Yolanda Díaz deslizan a todo aquel que quiere escucharles que ERC y Bildu ya están en el lado del Gobierno. Sin embargo, ambos partidos insisten de forma constante en lo contrario y permanecen enrocados en un ‘no’ rotundo si no hay cambios de calado. En el caso de los catalanes exigen, entre otras cosas, que los gobiernos autonómicos puedan autorizar los ERE o mejorar las indemnizaciones de los despidos. 

Desde Bildu reclaman, entre otras cosas, recuperar los 45 días por año trabajo, que se "reescriban" las causas económicas de despido por las empresas que tengan dificultades, entre otras. Así que también parece que su postura está muy alejada y que va a ser complejo que vuelva al redil. En definitiva, la derogación de la reforma laboral de 2012 que prometió el Gobierno a su llegada. 

Bildu reclama la derogación de la reforma labotal de 2012 que prometió el Gobierno a su llegada

Más confianza hay en el Gobierno en encauzar la posición del PNV. La formación jeltzale ve “salvable” el 95% del texto, aunque reclama algunos cambios. Sin embargo, existe confianza en que pueda abstenerse si se avanza en otras cuestiones importantes para ellos como la transferencia inmediata del Ingreso Mínimo Vital (IMV) al Gobierno vasco. 

Parece que la alternativa que queda es Ciudadanos, que ya se ha mostrado abierto a dar el sí quiero a la reforma laboral. Eso sí, siempre que haya algunos cambios mínimos que parece sería bien vistos por patronal y sindicatos. 

Echarse en brazos de los naranjas es la opción favorita del Partido Socialista, pero el ala morada del Gobierno prefiere seguir intentando que ERC y Bildu reculen. Por ahora, sin éxito. No es de extrañar. Estamos ante el proyecto estrella de Yolanda Díaz, y no lograr el respaldo de los socios naturales del Gobierno "con los que comparte un proyecto de país" -en palabras de la portavoz Isabel Rodríguez- supondría un mazazo para ella.  

Ante este panorama parece claro que la abstención de Vox podría ser decisiva para sacar adelante un acuerdo que Nadia Calviño ya ha explicado a sus colegas europeos. Este lunes en el Eurogrupo algunos de ellos le preguntaron sobre la reforma laboral, e incluso la propia vicepresidenta se adelantó a señalar que la Comisión ya ha dado una primera valoración "positiva". 

Aún quedan semanas para que se dirima la cuestión, pero Vox podría convertirse en la muleta que vuelva a salvar un proyecto estrella del Gobierno de coalición. Sorpresas te da la vida. 

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