Sector agroalimentario: pilar fundamental de la economía

Sector agroalimentario: pilar fundamental de la economía

La tribuna

Sector agroalimentario: pilar fundamental de la economía

Los españoles compran los alimentos a un menor precio que sus socios europeos gracias a la mayor competitividad de un sector clave como el agroalimentario.

14 julio, 2021 02:51

¿Qué opinaría de un sector que en medio de una crisis de la magnitud de la que ha provocado la Covid-19, en la que el PIB de España ha caído un 10,8% en 2020, ha sido capaz de incrementar su valor añadido un 5,3%? Como mínimo, que ha demostrado una elevada resiliencia. Pues ese sector existe y es el sector primario de la economía: la agricultura, ganadería y pesca.

Si incorporamos la industria de la transformación y la comercialización de alimentos y bebidas, el sector agroalimentario en su conjunto ha sufrido los efectos de la crisis, pero en mucha menor medida que el total de la economía, ya que su valor añadido ha caído un 2,5%. Por este motivo, el sector agroalimentario ha aumentado su peso en la economía hasta aportar el 9,7% del PIB de España. Estamos hablando de casi 100.000 millones de euros de valor añadido y de casi 2,3 millones de puestos de trabajo, el 11,7% del total.

Estos son algunos de los resultados del Observatorio sobre el sector agroalimentario español en el contexto europeo que por cuarto año realiza Cajamar, y que contiene un análisis comparativo del sector agroalimentario español en el contexto de la UE, analizando los tres eslabones de la cadena de valor: producir, transformar y distribuir.

Otro rasgo a destacar en un contexto tan complicado como lo ha sido el 2020, es que el sector agroalimentario ha conseguido aumentar un 2,5% sus exportaciones, hasta alcanzar un máximo histórico de 54.840 millones de euros, siendo España la cuarta economía de la UE-27 tanto en aportación al VAB del sector como de exportaciones.

Esas exportaciones representan nada menos que el 20,4% del total de bienes que España vende al exterior, aportando 18.429 millones de superávit a la balanza de pagos, otro máximo histórico y el segundo más elevado de los países de la UE.

Dado que la crisis también ha pasado factura en el empleo del sector (ha perdido 110.000 puestos de trabajo) y con más intensidad que sobre el valor añadido, ha aumentado la productividad por trabajador, siendo un 38% superior a la de la UE-27 en 2020.

Si tenemos en cuenta que además de su mayor productividad también tiene costes laborales unitarios un 32 % más reducidos, es mucho más competitivo (menores costes laborales por unidad de producto), habiendo aumentado el diferencial con la UE-27 en 2020 hasta situarse en el 32%. El sector primario es con diferencia es más competitivo en relación con su homólogo en la UE-27, con unos costes laborales por unidad de producto un 71% más reducidos.

El Observatorio del sector agroalimentario ofrece información detallada por productos y destaca que España es el principal productor de la UE-27 en tres productos: cítricos, donde aporta el 61,1% de la producción, aceite de oliva (40,5%) y ganado porcino (21,7%).  

España es el principal productor de la UE-27 en tres productos: cítricos, donde aporta el 61,1% de la producción, aceite de oliva y ganado porcino 

En medio de la pandemia y de las restricciones que ha sido necesario imponer a la movilidad para frenar la propagación del virus, el sector HORECA (hoteles, restaurantes y cafeterías) ha sido uno de los más perjudicados, y se ha sustituido una parte del gasto en esos sectores por consumo de alimentos y bebidas en el hogar.

De hecho, el peso de los alimentos y bebidas en la cesta de la compra ha aumentado del 19,6% en 2019 al 24% en 2020, situándose en este último año 3,7 puntos por encima de la UE-27.

Los españoles tenemos la suerte de acceder a alimentos un 5,6% más baratos que nuestros socios europeos, siendo también más baratos las bebidas, tanto no alcohólicas (7,6%) como alcohólicas (11,9%).

A pesar de estas excelentes cifras del sector que demuestran que el sector agroalimentario es un pilar muy importante de la economía española y de su sector exportador, no hay que bajar la guardia ya que se enfrenta a retos que son comunes a otros sectores, como es aumentar su esfuerzo innovador, aumentar su grado de digitalización y mejorar su sostenibilidad.

En el ámbito de la sostenibilidad y la protección del medio ambiente, el sector tiene retos pendientes, pero transita en la dirección adecuada. Así, año a año va aumentando el porcentaje del área agrícola que se destina al cultivo orgánico/ecológico (hasta el 8,4%) y se sitúa en una posición intermedia en el ranking de países de la UE.

También ha reducido la emisión de gases de efecto invernadero, aunque suponen el 21,4% del total, 4 puntos más que en la UE, si bien hay que recordar que el peso del sector en la economía también es mayor a la media europea.

Los españoles tenemos la suerte de acceder a alimentos un 5,6% más baratos que nuestros socios europeos

En el caso del esfuerzo inversor en I+D, debe cerrar poco a poco la brecha que le separa de la media europea, ya que esa inversión representa el 0,61% de su valor añadido, esfuerzo que es un 19,3% inferior al total del sector empresarial de la economía española (0,75%). La buena noticia es que está en ello, ya que ese diferencial se está reduciendo en los últimos años.

Los retos de aumentar el esfuerzo innovador y la sostenibilidad del sector son aspectos que destaca de hecho el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) que ha presentado el Gobierno de España a la Comisión Europea concretando el destino de los fondos europeos de recuperación (Next Generation).

En dicho informe se destacan cuatro amenazas: el reducido nivel de capitalización (reducido tamaño empresarial), el déficit de inversión en I+D, el retraso en la incorporación de la digitalización, y la exposición a los riesgos del cambio climático.

Para responder a esos retos se presenta precisamente un componente específico en el PRTR con una inversión prevista a ejecutar en el periodo 2021-23 de 1.051 millones de euros (el 1,5 % del total del plan), que aumenta a 1.502,8 millones incluyendo otras fuentes de financiación distintas al Mecanismo de Recuperación y Resiliencia.

De la ejecución y éxito del plan de inversiones dependerá la mejora de la competitividad del sector (que se apoya en el fomento de la innovación y la digitalización) y de su contribución a la conservación del medioambiente y a la lucha contra el cambio climático (a través de la eficiencia energética y la transición ecológica).

*** Joaquín Maudos es catedrático de la Universidad de Valencia, director adjunto del Ivie y colaborador del CUNEF.

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