“Stop this game, it’s such a touchy, touchy thing”. Rick Nielsen, Robin Zander.

El ataque que sufre la agricultura y la ganadería por parte del intervencionismo regresivo y obsoleto es simplemente inaceptable. La izquierda caviar se ha entregado a una agenda diseñada por multibillonarios y hace mucho tiempo que ha dejado de defender a los trabajadores y sectores desfavorecidos para abanderar los intereses de élites extractivas.

El último episodio es el ataque a la ganadería por parte de un Ministerio de Consumo que cuesta 41 millones de euros y cuenta con 579 empleados.

Alguno de esos empleados podría haber leído los estudios científicos que desmontan los datos que han usado para su campaña para atacar al consumo de carne.

Las producciones ganaderas de carne representan solo el 7% del total de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de España.

Es más, como explica el profesor Luis I. Gómez, un estudio científico publicado por el Sustainability Journal muestra que renunciar a la carne de por vida solo reduciría la huella de carbono de una persona un 2-4% y hay que considerar el aumento de emisiones de CO2 para producir alimentos alternativos (Lifetime Climate Impacts of Diet Transitions: A Novel Climate Change Accounting Perspective, Barnsley et al, 2021).

Según los datos oficiales del Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico la producción ganadera de carne representa el 7% del total de emisiones de GEI de nuestro país, incluido en el 11,9% del apartado total de la agricultura.

Por el contrario, el transporte supone el 27% de esas emisiones, seguido por la industria con un 19,9%, la generación de electricidad (17,8%), el consumo de combustibles (8,5%) o los procesos industriales y uso de otros productos (8%).

Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero en EEUU en 2016 fueron la producción eléctrica (28% del total de emisiones), el transporte (28%) y la industria (22%). La agricultura y la ganadería representaron apenas un 9% de las emisiones, cifra a la que la ganadería contribuye con un irrisorio 3,9%.

¿Qué le ha pasado al Ministerio de Consumo de España? Que ha utilizado un informe que se ha exagerado por la FAO y que utilizaba datos mal analizados y exagerados.

¿Qué le ha pasado al Ministerio de Consumo de España? Que ha utilizado un informe que se ha exagerado por la FAO y que utilizaba datos mal analizados y exagerados

Tanto, que además se excusaron y prometieron revisarlo. "Este 'análisis' desequilibrado es una comparación clásica entre manzanas y naranjas que realmente confunde" (Dr. Frank Mitloehner de la Universidad de California at Davis).

Los medios internacionales se hicieron eco: "Los especialistas de la ONU volverán a analizar la contribución de la producción de carne al cambio climático, después de las afirmaciones de que un informe anterior exageraba el vínculo" (BBC); "una cría de animales más inteligente, no menos agricultura, será igual a menos emisiones", "producir menos carne y leche sólo significará más hambre en los países pobres".

Los autores del polémico informe usado la FAO también revisaron la conclusión alarmista y exagerada de la organización de la ONU en un artículo: "La comparación defectuosa y la prensa negativa sobre el ganado pueden influir en los planes de desarrollo y las inversiones y aumentar aún más su inseguridad alimentaria".

El Dr. Mitloehner, en un artículo en The Conversation, resalta: "Mucha gente sigue pensando que dejar de comer carne solo un día a la semana influirá en la lucha contra el cambio climático. Nada más lejos de la realidad. Un estudio reciente demuestra que incluso si todos los estadounidenses eliminasen todas las proteínas animales de sus dietas, las emisiones de gases de efecto invernadero del país solo se verían reducidas en un 2,6%. Según los resultados de nuestra investigación en la Universidad de California en Davis, si toda la población de Estados Unidos se sumara a la práctica del Lunes sin carne, se apreciaría una reducción de gases de tan solo el 0,5%". 

Esto también desmonta la excusa posterior al desafortunado vídeo del Ministerio. Intentaron desviar diciendo que 'solo' criticaban a la ganadería intensiva. Los datos desmontan ese cambio de mensaje también.

Los estudios utilizados para atacar a la ganadería hacen un cálculo errado de emisiones por transporte e indirectas.

Las emisiones agrícolas han caído en la Unión Europea un 12% entre 1990 y 1993 y un 22% entre 1990 y 2018 según EEG y las estimaciones son que caerán hasta otro 10% para 2030. La mejora en sostenibilidad y eficiencia en el uso de agua también es más que evidente.

Merece la pena valorar positivamente la rapidez con la que el ministro de Agricultura, Luis Planas, y el presidente, Pedro Sánchez, han desautorizado los mensajes de la campaña del Ministerio de Consumo.

Todo es susceptible de mejorar, y la industria sigue innovando para garantizar el suministro, la calidad y la sostenibilidad.

Lo que jamás ha ayudado a la sostenibilidad, la reducción de la pobreza y el desarrollo ha sido el dirigismo intervencionista y las ideas mágicas del comunismo trasnochado. Eso solo crea pobreza y hambre

La ganadería y la agricultura descontaminan, son ejemplo de sostenibilidad además de riqueza y empleo. No lo olvidemos.