'Salvar la Navidad' fue un mal negocio para España. En el plano sanitario, lo reconoció de manera abierta Carolina Darias a las puertas de la Semana Santa que termina este lunes de Pascua. En el económico, lo dejó claro Pablo Hernández de Cos al anticipar un crecimiento negativo en el primer trimestre del año ante la subida de los contagios. Si algo hemos aprendido en este último año es que salud y economía van de la mano.

Sin embargo, 'salvar el verano' son palabras mayores para España en el terreno empresarial, pero también en el político. Quizás por esto el Gobierno quiere apurar al máximo los plazos para hacer la obligada revisión a la baja de sus previsiones macroeconómicas.

La recién ascendida a vicepresidenta segunda, Nadia Calviño, y su director general de análisis macroeconómico, Carlos Cuerpo, querrán ver si en el mes de abril llegan las ingentes dosis de vacunas que ha prometido la Comisión Europea. Eso permitiría a España pisar el acelerador para no perder del todo la temporada de verano que se había imaginado con el 70% de la población inmunizada en julio.

La vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño.

La vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño.

En esto nos jugamos dos décimas de crecimiento de PIB, más de 22.000 millones de euros. Además de otros tantos miles de millones, que es lo que nos cuesta sostener el gasto público para combatir la Covid-19. El pasado año ese desembolso de las Administraciones Públicas rondó los 45.000 millones de euros, según confirmó la pasada semana María Jesús Montero.

En el mundo de las grandes empresas se manejan dos proyecciones económicas en función de cómo evolucione la temporada vacacional. Si España salva el verano, es posible que nos acerquemos a la previsión más pesimista del Gobierno -que es la más optimista del Banco de España (BdE)-. En este caso, 2021 cerraría con un crecimiento que rondaría el 7%.

Para ello, sería necesario que la llegada de turistas internacionales este verano se sitúe en la horquilla de entre el 50 y 60% de los niveles de 2019.

La otra previsión es que el crecimiento sea menor al que el director de Economía del BdE, Óscar Arce, dibujó en el escenario central de sus últimas previsiones macroeconómicas: que España crezca un 5% este año.

Esta segunda hipótesis todavía no ha sido planteada de forma oficial por el Gobierno, pero es la que manejan de forma abierta muchos servicios de estudio nacionales e internacionales.

En este caso, la llegada de turistas extranjeros este verano se situaría en un nivel equivalente al 20% pre Covid. Por desgracia, según pasan las semanas y España se aleja de los objetivos de vacunación que se había marcado, este escenario va tomando más fuerza en el mundo económico.

En 2020, el turismo que recibió España entre abril y junio fue prácticamente cero. Pero con la desescalada, se consiguió recuperar un 25% del turismo internacional en julio y agosto, según los datos del INE. En septiembre, los errores cometidos en terreno sanitario pasaron factura y ese porcentaje bajó a algo menos del 13%.

Nadia Calviño, Federico Linares, Antonio Garamendi, Carolina Darias, Pablo Hernández de Cos, María Jesús Montero y Boris Johnson.

Nadia Calviño, Federico Linares, Antonio Garamendi, Carolina Darias, Pablo Hernández de Cos, María Jesús Montero y Boris Johnson.

Esto significa que si no se hacen bien las cosas, España se arriesga a revivir en 2021 el verano de 2020. Algo que explica la advertencia que hacía el pasado 4 de marzo desde este periódico el presidente de EY, Federico Linares, al decir que España no se puede permitir vacunar a la misma velocidad que sus socios europeos porque necesita la foto de la inmunidad en el mes de junio.

La alta preocupación por la imagen que ofrezca nuestro país de aquí a verano también sirve para entender la deportividad con la que Antonio Garamendi ha aceptado las restricciones de Semana Santa. Lo importante, ha llegado a decir en público, es "salvar el verano", aunque para ello hubiera que sacrificar el negocio de estos días.

Junto a lo que haga España para que vuelva el turismo es esencial otro punto: que nuestros vecinos de la Unión Europea, que son los principales clientes de la costa española, también estén inmunizados, lo que les daría más seguridad para viajar.

A la vista de la evolución de las vacunas entre los países del euro tampoco es fácil que el escenario sanitario del conjunto de la UE acompañe a España para pelear por esas décimas de crecimiento de PIB este verano. La esperanza está en el Reino Unido, principal país de origen de los turistas que venían a España en la 'vieja normalidad', donde Boris Johnson ha sido más rápido y efectivo en la estrategia de vacunación.

La recuperación se resiste a llegar, mientras que la pandemia vuelve a tomar fuerza con la cuarta ola, o cuarta "olita", en palabras de Fernando Simón. Si las vacunas sufren más retrasos, no descarten que el PIB luche por superar el crecimiento del 3% en 2021 que dibuja el Banco de España en su peor escenario. Una hipótesis que algunos economistas tienen ya en consideración ante el resbalón europeo en la compra de vacunas.

ATENTOS A...

Los rótulos de CaixaBank ya han cambiado el paisaje de la Plaza de Castilla de Madrid. El lugar que hace años ocupó el oso verde de Caja Madrid fue cedido tras la crisis financiera al logo de Bankia, ahora sustituido por el del banco de origen catalán.

José Ignacio Goirigolzarri y Gonzalo Gortazar.

José Ignacio Goirigolzarri y Gonzalo Gortazar.

En una planta alta de esa torre, José Ignacio Goirigolzarri conserva su despacho. Ahora tiene otro en Barcelona, al igual que Gonzalo Gortázar, el gran gestor del nuevo banco. Las dos ciudades serán el eje de la nueva CaixaBank que, no olvidemos, tiene su sede en Valencia.

La cohesión territorial ha tomado gran protagonismo en el discurso del actual Gobierno. Pero como se ejemplifica con esta fusión, hace falta algo más que una sede para que tenga sentido repartir protagonismo entre los distintos territorios. Y esto es algo en lo que España debe aplicarse.