El pasado 29 de junio contaba en esta misma sección cómo José María Álvarez Pallete había salvado el 'match-ball' de Prisa a favor de los empresarios. Al aliarse con Ana Botín en la batalla por el control del grupo de medios de comunicación, Telefónica y el Santander representaban la unidad empresarial frente a las maniobras de La Moncloa para entregar el periódico de la Transición a un grupo extranjero en un momento crítico.

Ha pasado medio año desde entonces y han cambiado algunas cosas en España. Una importante es el reparto que se va a hacer desde La Moncloa de los fondos europeos por los que suspiran las empresas. Pero es mejor no pensar mal.

Ya en el mes de junio, Álvarez Pallete tuvo dudas sobre qué posición debía tomar en el tablero para destituir a Javier Monzón. Al final, como avanzó este periódico, decidió aliarse con Botín para frenar las aspiraciones del armenio Joseph Oughourlian, que contaba con el plácet de Iván Redondo para hacerse con el control de El País y la Ser, entre otros importantes medios.

Ana Botín, Joseph Oughourlian y José María Álvarez Pallete.

Ana Botín, Joseph Oughourlian y José María Álvarez Pallete.

La Telefónica de Pallete no es la de César Alierta y no está cómoda con su participación en el grupo que controla el periódico de la Transición. Sin embargo, dada la fragilidad financiera de Prisa en un momento en el que la sociedad española está fracturada, el presidente de la operadora ha tenido que retrasar sus planes para salir del conglomerado de medios y garantizar así su estabilidad a través de su alianza con el Santander.

Eso era hace seis meses. Ahora, ha cambiado de bando y ha traicionado a Botín. Con esta fractura entre los dos blue chips españoles, la gran empresa rompe su imagen de unidad en un momento en el que que está manteniendo una tensa negociación con el Gobierno, representada por Antonio Garamendi, para frenar las aspiraciones de Unidas Podemos con la reforma laboral o con el SMI.

Pero quizás más inquietante es lo que pueda ocurrir con la Prisa de los armenios aliados con La Moncloa en un momento en el que la sociedad española está fracturada y en el que la polarización política tiene un beneficio directo para el Gobierno de coalición de izquierdas.

Como representante de Amber Capital (fondo que controla el 29,8% de Prisa), Oughourlian asumirá la presidencia del grupo de una manera provisional, pero que puede ser prolongada.

La gran empresa rompe su imagen de unidad en un momento en el que que está manteniendo una tensa negociación con el Gobierno

El financiero armenio tendrá así el poder en un momento clave para los medios de comunicación en España porque la pandemia va a acelerar algunas operaciones corporativas y va a inyectar aire en este sector a través de distintas partidas contempladas en los fondos europeos. 

Pero también vienen meses en los que el sector público va a expandir sus tentáculos hacia el control de las grandes empresas y de la economía española. El Gobierno aprobó un Real Decreto en noviembre para extender a las empresas europeas su capacidad de veto ante una posible OPA y a partir de enero, contará con fondos para invertir en el sector privado.

Mientras, irá dando más poder a los sindicatos a través de la negociación colectiva y un sector del Ejecutivo seguirá trabajando por desestabilizar la Monarquía, que hoy es defendida con más fuerza que nunca por el mundo empresarial.

Veremos si la ruptura de Álvarez Pallete con Botín pasa factura al 'contrapoder fáctico' de las grandes empresas frente a la política. Pase lo que pase, "¡agárrense que vienen curvas!".