Farmacia rural. Imagen de archivo.

Farmacia rural. Imagen de archivo. E.P

Observatorio de la sanidad

Vivienda y gastos pagados: así atraen las farmacias rurales a los alumnos en prácticas para paliar el déficit de personal

Estos establecimientos cuentan con un sólo profesional y, en algunos territorios, con una plantilla mínima de tres farmacéuticos.

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La falta de personal en las farmacias rurales se agrava aún más, debido a factores demográficos y económicos. La despoblación en estas zonas ha mermado la demanda de servicios farmacéuticos, lo que dificulta la rentabilidad y la contratación de nuevo personal.

Estos establecimientos cuentan con un sólo profesional y, en algunos territorios, con una plantilla mínima de tres farmacéuticos. Sin embargo, la viabilidad de estos establecimientos es esencial, teniendo en cuenta que muchas de estas zonas no tienen centros de salud y el farmacéutico es el primer punto de acceso a la atención sanitaria.

Para poner solución a esta agonía, los dueños de las farmacias en colaboración con las universidades han desarrollado varios planes de estudio para que los nuevos graduados realicen sus prácticas en zonas con menor población. Y para ello, ofrecen becas a alumnos que cubren tanto los gastos de traslado como de alojamiento en esos meses.

Este es el caso de Castilla-La Mancha: la tercera región con más pueblos (919), sólo la superan Castilla y León (2.248) y Cataluña (947), según datos del INE.

El pasado mes de julio, varios estudiantes de la facultad de Farmacia de la Universidad manchega recibieron becas para realizar sus prácticas en farmacias rurales. Durante cuatro meses, los estudiantes recorren cuatro farmacias de pequeños municipios manchegos (alrededor de 5.000 habitantes).

Se trata del programa Travesía Rural: la iniciativa más reciente, impulsada por la Federación de Empresarios Farmacéuticos de Castilla-La Mancha (Fefcam) junto la Facultad de la Universidad de Castilla-La Mancha y el Consejo de Farmacéuticos de la comunidad (Cofcam).

La realidad es muy diversa, pero en muchos casos el titular ejerce en solitario o con un único técnico o adjunto. "Esa limitación de recursos humanos implica un esfuerzo adicional, que muchas veces no se ve. Por eso, programas como este permiten dar visibilidad a ese esfuerzo y tejer redes de apoyo entre generaciones profesionales", precisa Álvaro Carmena, presidente de la Federación de Empresarios Farmacéuticos de CLM (Fefcam).

Como indica el presidente, este plan de prácticas está diseñado específicamente para el entorno rural, porque es donde se concentran los mayores desafíos de sostenibilidad del modelo farmacéutico. "La farmacia rural necesita apoyo, visibilidad y relevo generacional", continúa.

Uno de los objetivos principales de estas prácticas es atraer al talento. "Ya se han planteado propuestas concretas de empleo y, en muchos casos, se establece un vínculo de confianza para hacer una contratación en un futuro.

Lo esencial es visibilizar la farmacia rural como un espacio de oportunidades, no de carencias", precisa.

Además, como aclara el presidente, con el programa se busca que el estudiante viva una experiencia integral, "cercana al paciente", en entornos donde la farmacia cumple una función sanitaria, social y comunitaria, porque ofrece una asistencia continuada (en ocasiones se traslada a las viviendas).

Recorrido por los municipios

María del Carmen (29 años) ha sido una de las alumnas que ha recibido la beca. De enero a abril de este 2025 ha estado realizando prácticas en cuatro municipios de Cuenca, Ciudad Real, Guadalajara y Albacete. Ha trabajado un mes en cada una de estas zonas.

Esta estudiante de la Facultad de Farmacia de Albacete, se ha trasladado a los municipios gracias a la ayuda de las becas: estas, por un lado, ofrecen al alumno dinero para que se costee los gastos de traslado y comidas y, además, les proporcionan el alojamiento.

Cuenta a este medio que ha podido adquirir un conocimiento de todas las funciones que se realizan en una farmacia comunitaria gracias a la rotación por cuatro establecimientos "completamente diferentes".

"He estado, por ejemplo, en Almagro, que era un pueblo, pero que no lo parecía, porque tenía mucho turismo, había mucha rotación de gente. Era diferente a cuando estuve en Fuente de Pedro Navarro (Cuenca) o Bogarra (Albacete). Luego también trabajé en la farmacia de Villanueva de la Torre (Guadalajara), que se parecía muchísimo a una de ciudad", cuenta.

Y continúa relatando que este último tenía no sólo farmacia, sino parte de nutrición y laboratorio para hacer fórmulas.

"Entonces, aunque he hecho prácticas de farmacia en pueblos, ha sido muy diferente la experiencia en cada farmacia a nivel profesional", relata la estudiante.

Vacaciones

Por otro lado, en verano la situación se agudiza. Al existir un único farmacéutico en algunas de estas zonas, los profesionales no tienen compañeros que les puedan sustituir en vacaciones. Esto genera agotamiento y dificulta la continuidad del servicio.

En muchas ocasiones, la presencia de estos alumnos de prácticas les ayuda a sobrellevar estas fechas. "Hay que tener en cuenta que, a veces, lo único que necesitan es un compañero para que les sustituya en vacaciones. A veces no tienen capacidad económica para tener a una persona fija en la farmacia si es muy pequeña, añade Pablo Silvestre", presidente del Colegio de Farmacéuticos de Albacete (COFA).

Además, "estos programas facilitan la posibilidad de que el titular tenga alumnos, ya que siempre cuesta mucho atraerlos para que trabajen en estas zonas. Y, de alguna manera, esto favorece el desarrollo de los municipios", termina.