Fotomontaje del presidente de EEUU, Donald Trump, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, con el fondo de un barco metanero (gas natural licuado o GNL).

Fotomontaje del presidente de EEUU, Donald Trump, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, con el fondo de un barco metanero (gas natural licuado o GNL). Invertia

Observatorio de la Energía

Bruselas no elimina a EEUU del impuesto al CO2 en frontera y sólo actuará como "facilitadora" para comprarle gas y petróleo

Europa se convierte al GNL (gas natural licuado), cada año compra un 57% más, lo que asegura el adiós al suministro de energía ruso en 2027.

Más información: Europa aumenta su necesidad del gas natural licuado del 23% en 2020 al 40% en 2025: sólo la mitad proviene de EEUU

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Ya se conocen algunos detalles más sobre el acuerdo comercial al que llegaron a finales de julio el presidente de EEUU, Donald Trump, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Y se diluye bastante el triunfalismo del estadounidense.

Según el documento publicado este jueves, Europa no excluye a los productos de Estados Unidos de pagar el impuesto al CO2 en frontera, más conocido como CBAM (Carbon Border Adjustment Mechanism o Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono).

"No. No nos hemos comprometido a cambiar el CBAM de ninguna manera específica, ni a brindar un tratamiento más favorable a las empresas estadounidenses bajo el CBAM", señala el comunicado de la Comisión Europea.

"Lo que hemos acordado es trabajar para ofrecer mayor flexibilidad en la implementación del CBAM para todas las empresas, y especialmente para las pymes". En concreto, los sectores sujetos a este impuesto en frontera son: el cemento, el hierro y acero, el aluminio, los fertilizantes, el hidrógeno y la electricidad.

Una decisión que, por lo visto, era algo que la Comisión ya estaba haciendo como parte de su programa de simplificación y en consonancia con su compromiso de seguir racionalizando la legislación de la UE y mejorar su implementación.

Pero este programa no se hizo específico para EEUU, sino para impulsar la competitividad y liberar mayor capacidad de inversión.

El objetivo es generar un ahorro total en costes administrativos anuales de alrededor de 6.300 millones de euros y movilizar una capacidad de inversión pública y privada adicional de 50.000 millones para apoyar las prioridades políticas.

"Facilitar" compras energéticas

Tampoco parece que habrá una obligación de comprar hasta 750.000 millones de dólares en petróleo y gas de EEUU, además de otros productos, como el combustible nuclear en los próximos tres años.

El documento habla de "pretender" y "facilitar" esos objetivos, pero dentro de un marco flexible que busque sobre todo garantizar que los Estados miembros dispongan de suficientes recursos energéticos y dejar de depender de Rusia.

"La UE pretende adquirir gas natural licuado, petróleo y productos de energía nuclear estadounidenses, con un consumo previsto de 750.000 millones de dólares (unos 700.000 millones de euros) durante los próximos tres años".

Tan solo el año pasado, la UE adquirió combustibles energéticos, en particular gas y petróleo, por un valor aproximado de 70.000 millones de euros. Es decir, debería aumentar en un 357% esas compras.

Pero, "las compras en sí no las realiza ni la UE ni la Comisión. La Comisión actúa como facilitadora para garantizar que los Estados miembros dispongan de suficientes recursos energéticos". Y añade, "la UE quiere garantizar el suministro seguro de insumos estratégicos de socios fiables, incluido Estados Unidos".

En su declaración, Von der Leyen asegura que "sustituiremos el gas y el petróleo rusos por compras significativas de GNL, petróleo y combustibles nucleares estadounidenses". En cualquier caso, el dinero provendría de empresas privadas y el acuerdo se basaría en la evaluación de la Comisión Europea sobre lo que las empresas planeaban gastar.

Fin del gas ruso en 2027

Según la consultora internacional ICIS (Independent Commodity Intelligence Services), la política energética europea se encuentra en una etapa crítica.

La UE sigue en camino de implementar una prohibición total del gas y el gas natural licuado (GNL) rusos para diciembre de 2027, sin nuevos contratos de GNL firmados después del verano de 2026 y sin depender del tránsito desde Ucrania.

Este marco define la hoja de ruta a largo plazo del bloque y sustenta las perspectivas de ICIS para el mercado del gas. Su importancia se vio reforzada por la cumbre en Washington, donde el presidente Trump, el presidente Zelenski y los líderes europeos debatieron sobre Ucrania, las garantías de seguridad y la futura resiliencia energética.

Según su informe ICIS Gas and Power Foresight Monthly Outlook for August 2025, se espera que las compras de GNL alcancen los 107 TWh, un 58% más año tras año, lo que subraya la diversificación del suministro más allá de Rusia.

Sin embargo, se prevé que el almacenamiento de gas europeo alcance el 79% a finales de agosto, lo que demuestra resiliencia de cara al invierno, incluso sin tránsito ruso.

Aún no se sabe la letra pequeña de cómo se va a llevar a cabo el acuerdo comercial entre la UE y EEUU con un gasto anual de 250000 millones de dólares para el bloque en compras de energía estadounidense durante los próximos tres años. Lo poco que se sabe no aclara cómo se repartirían los 750.000 millones de dólares entre sectores estratégicos, como el gas, el petróleo, el combustible nuclear y los chips de inteligencia artificial.

Por tanto, la consultora concluye que la política arancelaria estadounidense aún puede generar volatilidad en los mercados de materias primas europeos, a pesar de que el acuerdo comercial entre la UE y EEUU ha fijado los aranceles para el bloque en un 15%.