Rolando Grandi, gestor del fondo Echiquier Space.

Rolando Grandi, gestor del fondo Echiquier Space.

Fondos de inversión

Rolando Grandi (Echiquier): “Ya hay 130 empresas para gestionar con amplitud un fondo del espacio 2.0”

Entrevista al gestor del fondo Echiquier Space, el primero de gestión activa que invierte en compañías espaciales no militares y con enfoque sostenible.

1 noviembre, 2021 05:30

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El 2021 será recordado como el año en el que se afrontó la última frontera de la inversión, el año cero de la economía espacial. Así es como le gusta denominar a Rolando Grandi la temática en la que invierte el fondo Echiquier Space, de la gestora parisina La Financière de l’Echiquier.

Son pocos los fondos que se han atrevido por ahora con el espacio como temática de inversión, alegando que el universo de acciones potenciales es muy escaso. En Estados Unidos, hay un ETF pasivo que invierte en las primeras compañías de defensa que hicieron desarrollos. Pero ha tenido que ser l’Echiquier quien diseñe el primer fondo de gestión activa que invierte en el espacio 2.0 de una forma diversificada por sectores y, además, con criterios sostenibles. Todo un reto, y mucho potencial por delante.

Gracias a empresas emprendedoras como SpaceX, que hacen cada vez más accesible el espacio, pudimos ver el despegue de un equipo de cuatro civiles con tan solo unos meses de preparación y que, incluso, permanecieron varios días en órbita, en una misión mucho más ambiciosa que las de Blue Origin o Virgin Galactic. Por ejemplo, Rocket Lab ya ha realizado cuatro lanzamientos con éxito durante este año y desde su creación ha puesto en órbita más de un centenar de satélites.

No obstante, “no es un fondo de satélites y cohetes solamente”, previene Grandi a este periodista y a los futuros inversores. Es mucho más.

En una entrevista con EL ESPAÑOL-Invertia, el gestor explica los entresijos del producto (que ya ha atraído 50 millones de euros) y pone ejemplos de cómo, más allá de poner un pie en otros planetas, desde el espacio también se puede mejorar la vida en la Tierra.

Han ido a contracorriente del pensamiento generalizado entre otras firmas de inversión, que aseguran que todavía no existe un universo suficiente de acciones relacionadas con el espacio. A tenor de su fondo, ¿entonces sí lo hay?

Hemos detectado 170 empresas cotizadas ligadas a la economía espacial. Excluimos unas 40 que tienen que ver con el espacio 1.0 y la actividad militar y armamentística. Nos queda un universo inicial de 130 compañías donde invertir, que es más que suficiente para empezar.

Valoramos mucho aquellas empresas innovadoras que están manejadas por sus fundadores y que aplican los criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG, en inglés) a su actividad. Dentro de ellas, podemos encontrar compañías desde los 500 millones de euros de capitalización bursátil hasta los 15.000 millones.

¿Qué implicaciones económicas y sociales tiene invertir en empresas relacionadas con el espacio 2.0?

Sobre todo, invertir en innovación. Buscamos temas que cambien el planeta no en los próximos meses, sino en los próximos años. Soy millennial, soy geek, y puedo decir que el espacio es un ecosistema de empresas que ya existe.

En la actualidad, el mercado del espacio es de 400.000 millones de dólares, y se espera que, para 2045, ascienda a un potencial de 2,7 billones de dólares.

¿Y cuáles son los objetivos particulares que se ha marcado usted como gestor, qué persigue el fondo?

Podríamos simplificarlo en dos líneas de actuación: explorar lo que hay más allá de la Tierra, así como mejorar la vida en la Tierra desde el espacio.

Por debajo de estas dos grandes líneas maestras, hay cuatro subtendencias que articulan las inversiones del fondo: la actividad que se desarrolla en algún lugar del espacio, incluida la vida multiplanetaria; ir al espacio y volver; la tecnología que le permite existir a la economía espacial, y las actividades que tienen lugar en la Tierra.

Ilustración del satélite español Seosat-Ingenio.

Ilustración del satélite español Seosat-Ingenio. EFE.

Analizando las principales posiciones de su cartera (desde Rocket Lab, Palantir Technologies, Nvidia… hasta Iridium Communications, 3D Systems o la propia Amazon), hay un claro sesgo a compañías estadounidenses. ¿Podrán verse pronto empresas europeas, asiáticas o latinoamericanas en esta carrera espacial?

Va a haberlas, y ya las hay. Pero la dificultad es que todavía hoy la mayoría de empresas de crecimiento, innovadoras, son americanas. ¿Por qué? Porque EEUU ha creado un ecosistema de inversión en innovación bastante sólido que permite obtener mayor número de empresas que luego crecen y cotizan en los mercados de valores que lo que ocurre en otros países.

Pero Europa está representada en la cartera, con Mynaric (Alemania), un fabricante líder de equipos de comunicación láser para redes de comunicación aéreas y espaciales, o Arqit (Reino Unido), que está desarrollando comunicación cuántica basada en satélites.

Va a llevar tiempo que veamos más compañías europeas o asiáticas relacionadas con el espacio, porque estos países o regiones están viviendo la transición del 1.0 al 2.0, todavía con empresas muy ligadas a la industria militar o de defensa que queremos evitar. Lo mismo ocurre en Rusia, China, India o Japón, que tienen proyectos muy ambiciosos en términos espaciales, pero la mayor parte de esas empresas están participadas por el Estado y con una vertiente de defensa. Pero al final van a llegar en una segunda etapa, y nos van a dar nuevas oportunidades de inversión. Incluso en América Latina, donde cada vez vemos un interés mayor de las agencias espaciales en Latinoamérica de participar en esta carrera espacial 2.0.

¿Hay alguna compañía española que, llegado el caso, pudiera entrar a formar parte de la cartera?

De momento, no hemos identificado empresas españolas, pero esperamos que sí. Cada vez más empresas en Europa están desarrollando programas para ayudar a start-ups y emprendedores a recibir financiación y lanzarse al espacio, y España seguramente va a participar porque hay esta ambición.

EEUU ha creado un ecosistema de inversión en innovación bastante sólido, pero veremos en una segunda etapa compañías de Europa, Asia o, incluso, Latinoamérica

Cuando la gente piensa en el espacio, muy influenciada por el cine, piensa en viajar más allá de la estratosfera y asentarse en otros planetas. Pero no se puede descuidar la vida en la Tierra. En este sentido, dígame algún ejemplo de cómo sirve la temática espacial para esta finalidad, que a fin de cuentas es la que nos ocupa a todos en nuestro día a día.

Una urgencia que nos ocupa a todos es el cambio climático. Para entenderlo y actuar, hay que analizarlo. A raíz de la COP 21 de la ONU, se establecieron 50 indicadores para poder estudiarlo, y 26 de ellos provienen de satélites. Estos satélites son los que proveen de información a los Estados, organismos científicos u ONGs, por ejemplo, para intervenir cuando hay deforestación ilegal en el Amazonas, cuando hay pesca ilegal en los océanos…

Otro ejemplo tiene que ver con la industria petrolera. Hay oleoductos que están teniendo fugas de petróleo y que están intoxicando los lugares por donde transitan esos canales y, sin tecnología satelital, se tardan de tres a cinco días en detectar una fuga. Gracias a la tecnología satelital, en un par de minutos se pueden detectar estas fugas. Con algoritmos e inteligencia artificial, las compañías energéticas pueden ser más eficientes y responsables.

La comunicación satelital también da poder y conocimiento para llevar internet a aquellos países en vías de desarrollo donde todavía no está extendido su acceso, caso de Bolivia, de donde soy yo. Y cada vez a precios más asequibles.

¿La crisis por la falta de semiconductores afecta a las empresas espaciales?

Afecta a un nivel relativamente modesto. Por más que hablemos de digitalización y cloud, hoy todo son chips, semiconductores, detrás de todo ello hay física y materia. Los semiconductores de hoy en día nos están dando la capacidad para ganar en competencia de cálculo. El espacio utiliza bastante contenido en semiconductores. Son temas en los que, incluso, nosotros también invertimos, habiendo más demanda que oferta.

Pero, dicho esto, no hemos visto mucha dificultad en nuestras empresas en proveerse de chips, porque llevan años previendo la demanda que van a tener, y ya programaron sus compras y compraron con anticipación grandes volúmenes.

¿Qué rentabilidad podría esperar un inversor que entre en Echiquier Space?

Como referencia, tenemos el fondo Echiquier Artificial Intelligence desde hace tres años, que ha dado una rentabilidad anualizada de más del 30%. Podemos pensar que el tema espacial haga lo mismo. Por otra parte, cuando nosotros seleccionamos una empresa, tenemos un requisito mínimo de rentabilidad esperada en tres años, del 15% por año. De tal forma que cada empresa en cartera debería generar, por lo menos, un 15% o más cada año durante los próximos tres años. Si pensamos que, en promedio, tenemos este tipo de empresas, la cartera como mínimo debería dar un 15% anualizado. Tenemos la confianza para movernos en esta horquilla de rentabilidades.