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Mis finanzas

Los grandes inversores europeos tiran la toalla: casi la mitad espera menos de un 5% de rentabilidad

  • Solo un 11% de las manos fuertes del mercado en Europa espera ganar un 10% anualizado en cinco años
  • Los fondos de capital riesgo se convierten en la palanca alternativa favorita para la búsqueda de rendimientos
1 octubre, 2019 06:00

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La recta final del año arranca marcada por un cóctel de factores que presiona los rendimientos de las carteras. La incertidumbre política, la desaceleración global y la continuidad de los tipos en mínimos históricos pesan, y especialmente a esta orilla del Atlántico. Tanto que casi la mitad de los inversores institucionales europeos no espera conseguir más de un 4% de rentabilidad anualizada durante el próximo lustro.

Solo un 52% de los inversores institucionales europeos confía en arrancar al menos un 5% de rentabilidad anualizada a los mercados de aquí a 2024 contando con que los tipos de interés de la Eurozona están asegurados en mínimos históricos al menos hasta 2022. Sin embargo, aún hay más, puesto que un 5% de las manos fuertes del mercado se muestra convencido de que sufrirá pérdidas a lo largo de este periodo.

Estas son algunas de las principales conclusiones de última Encuesta de Inversores Institucionales de Schroders, que muestra una considerable brecha entre lo que aguardan los grandes inversores europeos y sus colegas estadounidenses. Y es que al otro lado del Atlántico, un 83% de los encuestados sí espera ganar más de un 5% anualizado a lo largo del próximo lustro. Además, solo un 2% espera sufrir pérdidas para su cartera.

La situación para los inversores institucionales europeos es más que atípica, puesto que, aunque los fantasmas que ahora lastran los mercados ya se vislumbraban el año pasado, no tenían un efecto tan determinante sobre sus expectativas de retorno. En la encuesta que la gestora británica realizó el año pasado solo un 38% de los preguntados esperaba ganar menos de un 5% anualizado en los cinco próximos ejercicios. Y el porcentaje se reducía hasta el 33% un año antes, en la edición del estudio correspondiente a 2017.

Un 5% de los grandes inversores europeos se muestra resignado a sufrir pérdidas de aquí a 2024, un destino al que solo se rinde un 2% de sus homólogos estadounidenses

El resultado de la comparativa frente a los grandes inversores de los mercados del Sureste Asiático también es desfavorable para los del Viejo Continente. Solo un 26% de los que operan en estas economías prevén ganar menos de un 5% con sus carteras en los próximos cinco años y solo un 3% augura pérdidas para este periodo. El año pasado, sacudido por la fuerte depreciación de las divisas de muchos de los países que conforman este bloque, solo un 34% se veía incapaz de batir el 4% de rentabilidad a un lustro.

Ante este panorama, no es de extrañar el vuelco de posiciones que muchos inversores institucionales han dado a sus carteras hacia activos de capital riesgo. Incluso teniendo en cuenta que solo un 53% de los europeos ponen el acento en generar rentabilidades más altas a costa de asumir un riesgo mayor, según refleja el estudio de Schroders.

Más de la mitad (52%) de los grandes inversores consultados por la firma en todo el mundo espera “aumentar sus asignaciones a activos privados en los próximos tres años”. Dentro de este segmento, los fondos de capital riesgo están señalados como la fuente de mayor rentabilidad, pues un 69% de los consultados aguarda rendimientos superiores al 5% anualizado. En este caso las altas valoraciones (69%) y la falta de transparencia (57%) son los dos grandes riesgos que identifican a la hora de implementar esta maniobra.

LA RENTA FIJA YA NO AMORTIGUA

Por lo que se refiere a las estrategias más seguidas para gestionar los riesgos de la inversión, la diversificación de activos y geografías se mantiene como la opción más seguida, ya que un 85% de los encuestados europeos la tiene en cuenta. Después, ganan peso el uso de inversiones alternativas (52%), la cobertura de divisas (48%) y presupuestación de riesgos (41%). Un 40% recurre al uso de derivados, mientras que el incremento de posiciones en renta fija solo es una opción para un 27% de los inversores institucionales.

En este punto vuelve a quedar en evidencia el marcado impacto de las políticas acomodaticias del Banco Central Europeo (BCE) para las que Christine Lagarde ya ha decretado larga vida una vez que suceda en el cargo a Mario Draghi. Así, un 39% de los grandes inversores estadounidenses sí que apuesta por subir posiciones en deuda para mitigar el riesgo de su cartera. Un porcentaje que crece hasta el 35% en Asia-Pacífico y al 60% en el caso de Latinoamérica.

Con este escenario, no es extraño que los inversores señalen hacia los tipos de interés como el mayor condicionante de la rentabilidad de sus carteras. A la par, un eventual endurecimiento de las políticas monetarias ya solo preocupa a un 44% de las manos fuertes del mercado frente al 54% que temía estos movimientos en 2017. Una vez que tanto en Europa como en EEUU se han implementado amplias reformas regulatorias sobre el ámbito de la inversión y la gestión de capitales, el riesgo normativo ya solo es significativo para un 24% de los inversores institucionales del mundo frente al 34% que apuntaban en esta dirección en pleno despliegue de MiFID II el año pasado.