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Mis finanzas

Trea y EDM Gestión: cara y cruz de la última búsqueda de refugio de los inversores

  • El miedo a una recesión global castiga a las gestoras más especializadas en bolsa
  • La difusión de los tipos negativos agrava la presión sobre los fondos de renta fija
4 julio, 2019 06:00

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Los mercados andan revueltos y los inversores buscan refugio a la desesperada. Una tendencia que se repite en la industria de los fondos de inversión. El dinero que ha huido de los vehículos más vinculados la bolsa se ha guarecido en los especializados en renta fija. Un buen ejemplo de este viraje son las cifras que arrojan Trea y EDM Gestión.

Las dos gestoras independientes han sido en el mes de junio la cara y la cruz dentro del grupo en este ‘sálvese quien pueda’ que entonan los profetas de la recesión económica. Mientras que EDM ha sufrido las consecuencias de tener un catálogo focalizado en renta variable -a pesar de que el más rezagado de sus fondos 'retail' arroja una rentabilidad del 8% en lo que va de año-, Trea ha probado las mieles de su enfoque preferente por la renta fija y el hecho de ser la firma de cabecera del grupo bancario Cajamar.

A lo largo del mes pasado, salieron del perímetro de EDM Gestión 42,8 millones de euros. A esa cifra ascendieron los reembolsos netos sufridos por la gestora, según marcan las cifras adelantadas de la patronal Inverco. El volumen es equivalente a un 4,21% de todo el patrimonio que gestiona la firma en fondos domiciliados en España, que se ha quedado en 1.016,8 millones de euros. El porcentaje se reduce al 1,18% si se consideran también los vehículos de la firma domiciliados en Luxemburgo, que elevan su patrimonio bajo gestión a 3.625 millones.

Desde la gestora que preside Eusebio Díaz-Morera han preferido no hacer comentarios al respecto de las cifras, pero una ojeada a su catálogo permite intuir el motivo de la salida de dinero. Especialistas del sector explican que de los 10 fondos que -contando por separado las distintas clases de un mismo vehículo- llevan su marca solo tres están enfocados hacia la renta fija, el activo que se ha convertido en el destino de mucho capital inquieto ante la posible entrada de la economía mundial en una nueva fase de contracción. Y eso a pesar de que los tipos de interés nulos y negativos son la norma general para un número cada vez más abultado de emisiones mientras las bolsas siguen luchando por mantener su rumbo alcista. Un panorama que contrasta con el 9% de rentabilidad que acumula la clase institucional del fondo EDM Inversión, buque insignia de la casa.

Los fondos de renta fija han cosechado una mejor acogida entre los inversores, debido también a unos asesores cada vez más cautos en sus recomendaciones

Por si la retirada de dinero no fuera suficientemente explícita sobre esta tendencia de los inversores al margen del devenir de las carteras, EDM ha sufrido el cierre de 76 cuentas partícipes, un 1,2% de su nómina total al término del pasado mayo. Es el tercer retroceso más abultado de entre las 50 primeras gestoras españolas por volumen de patrimonio. Solo Gesconsult (-1,9%) y Santander Private Banking (-7,3%) ha mostrado un desempeño peor en esta cifra íntimamente ligada, aunque no necesariamente idéntica, al número de clientes.

En el lado opuesto, Trea AM ha logrado suscripciones netas por 15,9 millones de euros, una partida equivalente al 0,735% de su patrimonio. Con estas entradas, la firma comandada por Carlos Tusquets ha elevado su volumen gestionado hasta los 2.164 millones de euros. Esta subida se ha producido además con la llegada de 377 nuevas cuentas partícipes, lo que supone un incremento del 0,5% frente a sus registros del mes de mayo.

Los incrementos relativos registrados por Trea la colocan en la quinta mejor posición de entre las 20 primeras gestoras españolas tanto por suscripciones como por llegada de nuevas cuentas de clientes. En ambos casos, la firma atribuye esta mejoría en tiempos de estancamiento para el conjunto de la industria a su mayor apuesta por la gestión en renta fija tanto en producto propio como en los diseñados para Cajamar, entidad en la que gozan del privilegio de situarse en la primera fila de su mostrador.

De los 18 fondos de inversión que componen el catálogo de Trea -contando sus distintas clases para un mismo vehículo-, solo cinco se enmarcan dentro de la categoría de renta variable, mientras que ocho son mixtos (de los cuales la mayoría de perfil defensivo o moderado), cuatro de renta fija y uno es monetario. Así, queda en evidencia el papel del temor de los inversores y también el de los comercializadores y asesores que están optando cada vez más por la cautela para sus clientes.

CUESTIÓN DE ENFOQUE

En este tono de discurso no hay que pasar por alto que dos de los vehículos de bolsa diseñados por Trea para Cajamar son precisamente los que dejan un mejor comportamiento en el año, con rendimientos de doble dígito, mientras que dos mixtos flexibles (Equity International y Annapurna) son los dos que peor se comportan al punto de estar en territorio negativo a estas alturas del año.

Las dos gestoras son la cara y la cruz del drástico viraje de carteras en una industria que prácticamente ha cerrado en tablas el sexto mes del año a consecuencia de este progresivo trasvase hacia activos defensivos. Junio se ha saldado con suscripciones netas por 14,1 millones de euros y poco más de 530.000 nuevas cuentas partícipes, según figura en las cifras provisionales de Inverco a falta de que vean la luz los balances definitivos de las gestoras integrantes de la asociación.

Mientras tanto, los índices europeos se mantienen laterales un día arriba y otro abajo al tiempo que los tipos negativos alcanzan a un creciente número de emisiones de renta fija. En el caso español, hasta los bonos a siete años producen ya rendimientos a favor del Tesoro Público en lugar de para sus tenedores. A este punto se ha llegado después de que el consenso de los analistas haya dado por descontado que un Banco Central Europeo (BCE) con Christine Lagarde al frente no solo mantendrá la línea de Mario Draghi, sino que bien podría alargar estímulos o desempolvar algunos de los que la institución había optado por abandonar recientemente.