La presidenta del BCE, Christine Lagarde, en la ceremonia de firma de billetes de euro

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, en la ceremonia de firma de billetes de euro BCE

Divisas

El euro se encamina hacia la paridad con el dólar ante la posibilidad de que el BCE ralentice las subidas de tipos

La perspectiva de una peor evolución de la economía castiga a la mayoría de activos financieros, desde las divisas al petróleo, pasando por las bolsas.

6 julio, 2022 02:59

Más presión para el Banco Central Europeo (BCE). El euro ha acentuado su desplome hacia la paridad frente al dólar en las últimas sesiones. El mercado teme que la posibilidad de que una recesión económica trastoque los planes de subidas de tipos de la institución europea.

Este martes, la divisa comunitaria perdió los 1,03 dólares. Registró mínimos desde diciembre de 2002 tras conocerse que la actividad de la eurozona creció en junio a su menor ritmo de los últimos 16 meses. Así se desprendió de la publicación del índice PMI compuesto de la región.

Si el martes fueron los PMI, el lunes fue la confianza de los inversores de la eurozona. Esta, medida por el índice Sentix, se desplomó a su nivel más bajo desde mayo de 2020, cuando se vivían algunos de los momentos más duros de la pandemia.

Estos datos sobre la salud de la economía europea y sobre la confianza que en ella tienen los inversores del bloque se han conocido tres semanas antes de que el BCE ejecute su primera subida de tipos de interés en 11 años. A medida que las perspectivas económicas se han nublado, los mercados monetarios han recortado el alcance de la actuación de la institución.

Aunque los operadores siguen esperando una subida de tipos de 25 puntos básicos en julio, han reducido el incremento total en 2022 hasta los 140 puntos básicos. La cifra está muy por debajo de los más de 190 puntos que se esperaban hace tres semanas.

Inflación

El BCE, a través de su presidenta, Christine Lagarde, y de otros miembros de su Consejo de Gobierno, ha dejado claro que la subida de julio será de un cuarto de punto. Sin embargo, han abierto la puerta a que el incremento previsto en septiembre sea superior con el objetivo de luchar contra la inflación.

En junio, la escalada de los precios en la eurozona alcanzó un nuevo máximo histórico al acelerarse al 8,6% en tasa interanual. Pero los crecientes temores a una recesión pueden limitar la capacidad del banco central para endurecer su política monetaria.

Sea como fuere, el retraso del BCE frente a otros grandes bancos centrales como la Reserva Federal de EEUU (Fed) o el Banco de Inglaterra se extenderá en el tiempo. Mientras que la institución británica ha incrementado sus tasas en cinco ocasiones desde diciembre, la estadounidense lo ha hecho tres veces desde marzo.

La última subida ejecutada por la Fed fue de 75 puntos básicos. Los mercados valoran con un 80% de posibilidades un incremento en la misma proporción en julio. La demora de la actuación del BCE ha lastrado la evolución del euro desde que comenzó el ejercicio. Desde enero, la pérdida de su valor frente al dólar roza el 10%.

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Según un modelo de predicciones de Bloomberg, existe un 60% de posibilidades de que la moneda única alcance la paridad frente a la divisa estadounidense a final de año. El lunes, las probabilidades eran del 46%.

En las previsiones del mercado sobre la actuación del BCE también entra en juego la crisis energética. Las expectativas sobre la economía de la eurozona han empeorado ante el riesgo de un corte de suministro de gas por parte de Rusia, así como por las huelgas del sector petrolero y gasístico en Noruega.

Retraso

“Esto podría provocar un aumento de los flujos de capital a EEUU en detrimento de los países de la eurozona, al mismo tiempo que encarecería el coste de las importaciones, lo que podría impulsar la tasa de inflación al alza”, explican los expertos de Singular Bank.

Los analistas de Monex Europe también advierten de que “una mayor depreciación del euro no hará sino lastrar aún más las condiciones de crecimiento y aumentar la presión sobre la inflación”.

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El riesgo de lo que el propio BCE ha decido llamar fragmentación financiera también ha lastrado al euro. El término hace referencia al incremento de los costes de financiación de aquellos países de la periferia europea -los más endeudados- cuyas primas de riesgo han subido de manera considerable desde principios de año.

Para controlar el alza de los diferenciales, el BCE ya ha comenzado a reinvertir los vencimientos de los activos adquiridos bajo el paraguas de su programa especial de compras contra la pandemia. Además, ha acelerado la creación de una herramienta para mantener las primas de riesgo a raya, de la que -se espera- dará más detalles en julio.

Dólar

Mientras que el euro se ha depreciado contra el dólar, la moneda de EEUU -considerada como uno de los ‘activos refugio’ por excelencia- se ha beneficiado de las caídas que registran las bolsas o en los últimos días también el petróleo debido, precisamente, al miedo se produzca una recesión.

Si se mide el comportamiento de la divisa estadounidense por el índice dólar -un indicador que calcula su rendimiento frente al resto de monedas más importantes del mundo- el valor del dólar se ha incrementado casi un 11,5% desde que arrancó 2022.