Unas pantallas de la Bolsa de Nueva York muestran una rueda de prensa del presidente de la Fed, Jerome Powell. Reuters
Hoy los mercados no se mueven solo por el tema de la inteligencia artificial (IA). Hay otros factores clave que los inversores siguen muy de cerca: por un lado, la liquidez se está agotando, con el reverse repo prácticamente vacío y, por otro, la retórica de la Reserva Federal (Fed) dio un giro al final de la semana pasada, pero esta vez con un tono más suave (dovish).
El detonante fueron las palabras del presidente de la Fed de Nueva York. Admitió que el riesgo de una caída del empleo está aumentando a medida que el mercado laboral pierde fuerza, mientras que la presión inflacionaria ya no preocupa tanto.
En ese contexto, comentó que no descarta un recorte de tipos en el corto plazo.
Los datos que podrían aclarar el panorama —inflación y empleo— llegarán después de la reunión del 10 de diciembre
Seguido, la probabilidad de un recorte en diciembre saltó al 81%, los índices como el S&P 500 y el Nasdaq se animaron y el oro volvió a brillar.
Sin embargo, la intriga persiste. Los recientes comentarios de miembros de la Fed, como Barr, Harker, Goolsbee y Logan, sugieren que se inclinan más por mantener los tipos sin cambios.
Lo irónico es que los datos que podrían aclarar el panorama —inflación y empleo— llegarán después de la reunión del 10 de diciembre. Y Powell, por ahora, guarda silencio.
Si la Fed decide no tocar nada en esa reunión, además de enfriar el ánimo de los mercados, existe el riesgo de que Donald Trump vuelva a atacar al presidente de la Fed, algo que ya hemos visto antes y que suele traducirse en subidas de los rendimientos del Tesoro por el temor a que la institución pierda independencia.
Existe el riesgo de que Donald Trump vuelva a atacar al presidente de la Fed
Y hablando de eso, Kevin Hassett, aliado cercano de Trump y defensor de recortes agresivos de tipos, lidera como favorito para ser el próximo presidente de la Fed.
Si finalmente es él quien toma el mando y la política monetaria empieza a alinearse con los deseos del presidente, ni el dólar ni la deuda estadounidense saldrán ganando. El oro, en cambio, podría convertirse en el gran beneficiado.
***Igor Kuchma es analista de Trading View.