El primer ministro de Francia, François Bayrou, acude a la Confederación Democrática del Trabajo de Francia (CFDT, por sus siglas en francés), el martes.

El primer ministro de Francia, François Bayrou, acude a la Confederación Democrática del Trabajo de Francia (CFDT, por sus siglas en francés), el martes. Thibaud Moritz Reuters París (Francia)

Mercados

La posible caída del Gobierno de Bayrou dispara la prima de riesgo de Francia y eleva la brecha con España a máximos

La incertidumbre política francesa ha teñido de rojo las principales bolsas europeas. El índice Cac 40 de París ha caído un 3,3% en dos días.

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Los mercados financieros castigan a los activos franceses. El Cac 40 de París, el principal índice de la Bolsa francesa, ha caído un 3,3% en dos sesiones. A su vez, la prima de riesgo gala se ha disparado hasta rozar los 80 puntos básicos.

A su vez, la prima de riesgo de España se sitúa en torno a los 60 puntos básicos. La brecha entre ambos diferenciales es la más elevada desde la crisis financiera.

Según datos de LSEG, la máxima diferencia entre ambas primas de riesgo –la francesa se situó más de 19 puntos por encima de la española– se produjo en la sesión del lunes.

Fue entonces cuando saltó la noticia: el primer ministro francés, François Bayrou, convocaba una moción de confianza para el próximo 8 de septiembre.

El Cac 40 de París perdió esa sesión un 1,59%. La bajada del martes fue del 1,7%. En total, la incertidumbre política francesa le ha costado a la bolsa del país más de un 3,3%.

Los principales índices europeos no han escapado de la posible caída del Gobierno francés. El Dax alemán, el Ibex 35 español o el FTSE Mib italiano también han sufrido descensos.

El impacto se ha extendido de los mercados de acciones a los de deuda, más aún después de que el ministro francés de Economía, Eric Lombard, echase el martes más leña al fuego.

Preguntado por una posible crisis de deuda francesa y una intervención del Fondo Monetario Internacional (FMI), respondió que "es un riesgo que queremos evitar, que tenemos que evitar, pero no voy a decir que el riesgo no existe".

A pesar de que después matizó sus palabras, al aclarar que "en este momento no hay una amenaza" que pese sobre el país, el daño ya estaba hecho.

El interés ofrecido por el bono francés a 10 años se llegó a elevar el martes hasta el 3,53%, 12 puntos básicos más que al cierre del viernes.

En el mismo periodo, la rentabilidad del bono alemán a 10 años –la referencia en la eurozona, al ser considerada Alemania el emisor más seguro– se ha mantenido casi inalterada, en torno al 2,7%.

Esa diferencia en el comportamiento de la deuda ha provocado que la prima de riesgo francesa –el sobreprecio que paga el país para financiarse en los mercados a diez años en comparación con Alemania– haya escalado hasta superar los 77 puntos básicos.

Lo mismo ocurre con el bono español a 10 años: el interés se ha mantenido en torno al 3,3%, lo que deja la prima de riesgo de España en torno a los mencionados 60 puntos básicos.

De esta forma, la prima de riesgo de Francia supera a la española por la mayor diferencia desde 2008.

Este es un fenómeno relativamente nuevo. Históricamente, España ha tenido que pagar más que Francia para financiarse.

El sorpasso se produjo a finales del pasado septiembre, cuando otra crisis política –o el primer capítulo de esta– mermaba la confianza de los inversores en las finanzas galas.

El entonces primer ministro francés, Michel Barnier, reconoció que la situación fiscal del país es "muy grave". Unos meses después de realizar esta afirmación, tuvo que aprobar el presupuesto de la Seguridad Social sin votación parlamentaria.

La medida desató el rechazo de la izquierda y la extrema derecha. Ambas fuerzas, Nuevo Frente Popular y Agrupación Nacional, presentaron sendas mociones de censura que fueron finalmente aprobadas, provocando la caída de Barnier.

El 5 de diciembre, tras el voto de censura, Michel Barnier presentó su dimisión formal al presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien pocos días después nombró a François Bayrou como primer ministro.

Bayrou ha justificado su arriesgada jugada, poner a Francia de nuevo al borde del precipicio político, para lograr el aval del Parlamento francés a su plan de austeridad, que prevé en 2026 un ahorro de 44.000 millones de euros.

Los ajustes incluyen la congelación de ciertas prestaciones, recortes en programas sociales y la supresión de dos días festivos.

El objetivo es iniciar el camino para reducir el déficit público, que se ha desbocado en los últimos ejercicios y que alcanzó el 5,8% del producto interior bruto (PIB) en 2024.

Del 5,4% previsto para este 2025, el Gobierno confía en que con las medidas planteadas disminuya al 4,6% del PIB en 2026.

Dicha senda permitiría a Francia llegar a 2029 con un déficit del 2,8%, por debajo del 3%, que es el tope establecido en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea.

La extrema derecha de Marine Le Pen así como todos los grupos de izquierda han dicho que votarán en contra en la moción de confianza. De confirmarse el sentido de su voto, el Ejecutivo de Bayrou caerá.