La mano de Christine Lagarde, presidenta del BCE, durante la rueda de prensa posterior a la reunión de febrero de la institución.

La mano de Christine Lagarde, presidenta del BCE, durante la rueda de prensa posterior a la reunión de febrero de la institución. Kai Pfaffenbach Reuters

Mercados

Las bolsas no creen a Powell y Lagarde: esperan que la Fed baje tipos en septiembre y que el BCE los recorte en octubre

El FMI ha alertado de que “los inversores pueden ser demasiado optimistas” sobre el proceso de reducción de la inflación.

3 febrero, 2023 02:26

Las primeras reuniones de 2023 de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y del Banco Central Europeo (BCE) se saldaron con fuertes subidas para las bolsas. A pesar de las insistencias de sus presidentes, Jerome Powell y Christine Lagarde, respectivamente, los inversores esperan que ambas instituciones bajen los tipos de interés en la última parte del año.

El BCE elevó el jueves los tipos de interés 0,5 puntos básicos, hasta el 2,5% en el caso de la facilidad de depósito, y anticipó al menos un incremento de la misma magnitud en marzo.

A pesar de que Lagarde apuntó a que habrá nuevas alzas tras concluir el primer trimestre de este año, los mercados interpretaron el mensaje del emisor europeo como una señal de que el endurecimiento monetario podría terminar pronto.

"Camino por recorrer"

“Sabemos que nos queda camino por recorrer, sabemos que no hemos terminado”, declaró Lagarde en la rueda de prensa posterior a la reunión de la institución este jueves. Insistió también en que el BCE “mantendrá el rumbo” en su lucha contra la escalada de los precios.

Pero ni el comunicado ni las declaraciones de la economista francesa sirvieron "para convencer a los participantes del mercado sobre la determinación de un BCE cada vez más preocupado por las presiones provenientes de una inflación subyacente incómodamente alta y de un mercado de trabajo demasiado rígido”, señalan en Monex Europe.

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El mercado ha reducido sus expectativas sobre el nivel máximo al que el BCE llevará los tipos. Ahora, según datos de Refinitiv, sus actores esperan que la facilidad de depósito se sitúe por debajo del 3,5% en verano. Según las mismas previsiones, en octubre llegarán las bajadas. Será el primer recorte del precio del dinero en el bloque del euro desde marzo de 2016.

“La lógica que hay detrás parece ser que las subidas no se van a detener en marzo, pero sí que la puerta está abierta para ralentizar el tamaño y el ritmo a partir de entonces”, indican también en Monex Europe.

Las expectativas de una menor dureza del BCE se hicieron notar tanto en el euro, que bajó de los 1,1 dólares que alcanzó el miércoles, como en las rentabilidades de la deuda europea, que cayeron con fuerza. Como ejemplo, el interés del bono alemán a 10 años -considerado la referencia en el Viejo Continente- bajó al 2,04%, niveles de mediados de enero.

Las bolsas europeas subieron entre un 1,2% y un 2,2%. Transcurrido algo más de un mes desde que comenzó el año, el selectivo español, el Ibex 35, ha subido más de un 12%; el alemán, un 11,4%; el francés, un 10,7% y el italiano, un 14,3%.

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Frente a las expectativas del mercado, la mayoría de bancos y firmas de inversión descartan un recorte de los tipos de interés en 2023. En la consultora financiera Accuracy rechazan un descenso de las tasas este ejercicio. Más bien al revés, entienden que “el precio del dinero estará en el entorno de entre el 3,75% o el 4% durante todo el año”.

Según los expertos de eToro, el retraso con el que el BCE comenzó a subir los tipos frente a otros grandes bancos centrales sitúa a la institución europea “en la senda de una subida de otro 1% en el transcurso de sus reuniones de marzo y mayo", antes de que las tasas de referencia "alcancen un máximo a finales de año", mucho después de que lo hagan otras grandes economías.

¿Cantar victoria?

Tras subir los tipos de interés solo 25 puntos básicos el miércoles, Powell también dejó claro que por bueno que sea que la inflación haya comenzado a desacelerarse -se redujo al 6,5% en Estados Unidos en diciembre- todavía no se puede cantar victoria.

“Va a llevar algún tiempo” que la desinflación se extienda por la economía, advirtió además de señalar que el banco central estadounidense seguirá subiendo los tipos de interés. “Dadas nuestras expectativas no nos veo recortando las tasas este año”, reiteró ante la prensa.

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El mercado ignoró este mensaje. De nuevo según datos de Refinitiv, los inversores esperan un último incremento de 25 puntos básicos en marzo, mientras que aumentaron las apuestas para que a finales de años las tasas se sitúen en niveles inferiores a los actuales. Prevén que la primera bajada tenga lugar en septiembre.

El Nasdaq -que recoge la evolución de las principales tecnológicas, más sensibles a los tipos de interés- se ha disparado más de un 5% en solo dos sesiones. En el mismo plazo, la rentabilidad del bono estadounidense a 10 años pasó del 3,52% al 3,39%.

La subida acumulada por el Nasdaq en 2023 se acerca al 17%, al 8,9% en el caso del S&P 500 y al 2,5% en el del Dow Jones.

Mientras que las bolsas parecen no creerse los mensajes lanzados por Lagarde y Powell, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha alertado de que “los inversores pueden ser demasiado optimistas” sobre el proceso de reducción de la inflación.

Demasiado optimismo

“Si bien la inflación general ha disminuido y la inflación subyacente ha retrocedido levemente en algunos países, ambas siguen siendo demasiado altas”, ha alertado el organismo en un blog firmado por Tobías Adrián, Christopher Erceg y Fabio Natalucci.

La mezcla entre las expectativas de tipos de interés más bajos y “solo una desaceleración económica superficial” ha “impulsado una relajación significativa de las condiciones financieras en los últimos meses”.

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Y ello a pesar de que los bancos centrales están elevando las tasas de referencia, explican los autores en su diagnóstico, lo que supone “un rompecabezas” para los responsables de la política monetaria.

Frente a esta situación, “los bancos centrales podrían hacer retroceder el optimismo de los inversores, enfatizando los riesgos de que las presiones inflacionistas puedan ser más persistentes de lo esperado”, a pesar de que con ello provoquen una caída de los precios de las acciones y una ampliación de los diferenciales crediticios”.

Por todo ello, el FMI insta a los bancos centrales a “mostrarse decididos en su lucha contra la inflación y asegurarse de que la política monetaria se mantenga lo suficientemente restrictiva como para que la inflación vuelva al objetivo [del 2%] de manera duradera”.