Wall Street tomaba este jueves el rumbo opuesto a las bolsas europeas y conseguía la remontada pese a las dudas de la apertura. El buen dato de la tasa de paro finalmente tiraba al alza del parqué neoyorquino, pero a primera hora se volvía en su contra por el temor a que fuera el preámbulo de una recuperación demasiado acelerada que podría desembocar en una apresurada e ineficaz retirada de estímulos.

Con la creación de 379.000 puestos de trabajo en el mes de febrero, la tasa oficial de paro en EEUU cayó hasta un 6,2%, una décima menos que el mes precedente y que los economistas esperaban haber repetido. Un buen indicador que terminaba imponiendo su evidencia pese a que a primera hora se convertía en una señal para la retirada de posiciones inversoras, especialmente en tecnología.

Las dudas de primera hora y sus correspondientes bandazos se iban disipando para dejar paso al optimismo. El Dow Jones cerraba un 1,85% al alza hasta los 31.496,3 puntos. Un 1,95% ganaba el S&P 500, que conseguía alcanzar los 3.841,9 puntos. El castigo de más del 2% que llegaba a sufrir el Nasdaq se convertía en avances del 1,55% al cierre, en los 12.920,2 puntos. Su mayor remontada desde mínimos intradía en casi un año.

Los inversores llevan días temiendo que el incremento de población activa se termine convirtiendo en un crecimiento exponencial del consumo de los hogares, lo que podría dar lugar a una fuerte subida de la inflación. Un temor que hacía que el castigo fuera menos profundo en los valores cíclicos en los compases intradía más bajistas.

Y es que la cadena de consecuencias que vienen temiendo los inversores no termina ahí. Al repuntar el empleo y la inflación, podría abrirse la puerta a una posible retirada precipitada de estímulos fiscales y monetarios. Y, aunque la Fed ya ha insistido varias ocasiones en que seguirá al pie del cañón, el repunte de la rentabilidad del bono estadounidense a diez años hasta el 1,6% era una muestra clara de que los inversores seguían desconfiando.

El tirón del petróleo

En el terreno corporativo, Chevron era una de las protagonistas de las sesión al subir un 4,3% gracias al repunte de los precios del petróleo. El barril Texas superaba los 66 dólares y tiraba al alza de los precios de esta y otras muchas compañías del sector.

Además, la petrolera anunciaba este viernes la compra de los 33,9 millones de acciones de Noble Midstream Partners que escapaban de su control a través de un canje de títulos propios.

Minoristas en retroceso

La firma de ropa deportiva Hibbett Sports caía un 3,9% a pesar de haber publicado unas cuentas anuales muy superiores a las de hace un año. La incertidumbre en torno a la continuidad de unas cifras que tampoco colmaban las previsiones de consenso le pasaban factura. Y eso que registraba un beneficio por acción de 1,39 dólares frente a los 34 centavos de hace un año.

Las ventas de primera hora se trocaban en subidas del 2,4% en Big Lots. En este caso, sus números trimestrales sí que batían las previsiones de consenso. No obstante, la cadena de superdescuento minorista encontraba la china en el zapato de su balance en unos datos de ventas más débiles de lo esperado en diciembre, el gran mes de las compras en EEUU.

De vuelta al rojo de las pérdidas, la gráfica de la cadena de restaurantes de comida mexicana Chipotle. A pesar de haber anunciado un acuerdo para el lanzamiento de una línea de productos cosméticos junto con la firma especializada ELF Beauty (+3,2%), sus acciones retrocedían un 1,4% al cierre neoyorquino.