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Mercados

Tesla espanta a los bajistas: las posiciones cortas caen a mínimos desde 2014

  • Los bajistas reculan hasta los 22,75 millones de acciones, el 12,6% del capital
  • En mayo, las posiciones cortas superaban el 24% del capital
12 febrero, 2020 14:35

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La vertiginosa subida de Tesla en bolsa aceleró la estampida de los bajistas o cortos en su capital. Estos inversores, que toman posiciones en una compañía a la espera de que su cotización caiga o para proteger otra posición larga o alcista, han cerrado -o, al menos intentado- sus 'apuestas' a la carrera para frenar las fuertes pérdidas que la ascensión vertical de los títulos del fabricante de coches eléctricos les provoca en caso de dejarlas abiertas. 

Según los datos difundidos por Nasdaq este miércoles, correspondientes a la segunda quincena de enero, las posiciones cortas cayeron a 22,75 millones de títulos, por debajo de los 24,95 millones de mediados de enero, de los 26,25 millones de finales de diciembre y, sobre todo, el nivel más reducido desde 2014. De este modo, su presencia mengua ya hasta el 12,6% del capital de la empresa cofundada y conducida por el sudafricano Elon Musk

Aunque la magnitud de este descenso se observa fundamentalmente si se retrocede un poco más en el tiempo. A finales de mayo de 2019, cuando todo eran dudas en torno a la solvencia de Tesla y su capacidad de producir y entregar vehículos, los bajistas alcanzaron el 24,2% del capital, con 43,66 millones de títulos. En ese momento, las acciones cotizaban a 185 dólares, en mínimos desde 2016

Desde entonces, dieron paso a unos altibajos en los que las posiciones cortas oscilaron entre los 41 y los 36 millones de títulos. 

CORTAR LAS PÉRDIDAS

Hasta que llegó octubre. Ese mes, los títulos, que venían de subir cerca de un 7% en septiembre, se dispararon un 31%, hasta los 315 dólares. Fue entonces cuando los bajistas iniciaron su estampida. Solo en la segunda mitad de octubre, recoraron su apuesta de los 37,18 a los 31,78 millones de títulos. 

Con su masivo, y obligado, cierre de posiciones cortas, los bajistas han pasado a ser un motor adicional en la vertiginosa ascensión bursátil de Tesla

Desde ese momento, la secuenca ha sido imparable. En noviembre, con otra subida de la cotización del 5%, bajaron hasta los 28,65 millones de acciones. En diciembre, con otro arreón alcista del 27%, recularon hasta los 26,25 millones. Y en enero, con un acelerón del 55% en el parqué, pasaron a los 22,75 millones anunciados ahora por Nasdaq. 

RETROALIMENTANDO LA SUBIDA

Este repliegue, que con toda seguridad está continuando en un febrero en el que Tesla suma otro 19% e incluso ha llegado a superar los 900 dólares, responde a la necesidad de cerrar las posiciones cortas para detener la sangría que una subida de estas características causa en el bolsillo de los bajistas. Conforme las acciones suben, las pérdidas se disparan porque obligan a esos inversores a recomprar a un precio mucho mayor unos títulos que se comprometieron a devolver -no eran suyos, sinos prestados o 'alquilados'- y que aspiraban a hacerlo a un precio muy inferior si, como esperaban, la cotización descendía.

Esta operativa, este masivo cierre de cortos, desencadena un efecto en apariencia paradójico, consistente en que las compras de títulos de Tesla por parte de los bajistas para cerrar sus posiciones cortas aportan más combustible a la subida e incluso la sobredimensionan, puesto que se lanzan a comprar al precio que sea con tal de cerrar sus posiciones, de modo que aceleran la revalorización. Así, quienes invertían esperando que la cotización cayera pasan a ser unos 'aliados' de la subida. Con el agravante de que, dado el alto volumen de posiciones cortas del que se partía, el cierre de las posiciones no siempre resulta sencillo ni, en ocasiones, posible. Incluso tras las caídas de los últimos meses, las posiciones cortas actuales equivalen a 1,3 veces todos los títulos que se mueven de Tesla en una jornada. 

Con esta reacción, obligada cuando la acción hace lo contrario de lo previsto -y más aún cuando se trata de una subida tan vertical-, los cortos no se libran de sufrir pérdidas, pero al menos persiguen limitarlas. Solo en lo que va de 2020, y según datos de la firma de análisis financiero S3, las pérdidas acumuladas por los inversores cortos o bajistas en Tesla superan los 8.000 millones de dólares.