China acelera la apreciación del yuan para aplacar a Trump

China acelera la apreciación del yuan para aplacar a Trump

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China acelera la apreciación del yuan para aplacar a Trump

Pekín lo veía venir. En cuanto el republicano Donald Trump logró el triunfo en las elecciones de noviembre de 2016, las autoridades chinas viraron el timón de su divisa, el yuan. Tocaba apreciarlo. Y en ello siguen, con el propósito de que las actuales escaramuzas comerciales no se conviertan en una guerra de verdad.

5 abril, 2018 04:00

Por ahora, China ya ha tolerado que su divisa se haya apreciado hasta los 6,30 yuanes por dólar, cuando a finales de 2016 se cambiaba a 6,95 yuanes y a finales de 2017, a 6,506 yuanes. Es decir, Pekín permitió una subida del 6,7% contra el `billete verde¿ durante 2017 a la que está dando continuidad con otro salto del 3% en lo que va de 2018, que sitúa al yuan en zona de máximos de 2015 contra el dólar.

En el camino, sin embargo, esperan más subidas. ¿No es nada lo que hemos visto para lo mucho que le queda por subir¿, pronostica el analista financiero Juan Ignacio Crespo.

En su opinión, hay dos motores que alimentan la apreciación de la moneda china. El primero, de corto plazo, tiene que ver precisamente con Trump y la presión comercial que está ejerciendo. ¿EEUU está lanzando una advertencia a los países: o apreciáis vuestras divisas o impongo aranceles a los productos¿, expone Crespo. Pekín, que viene revaluando su moneda desde la victoria de Trump, ha acelerado la marcha en las últimas semanas¿para aplacar los ánimos¿ del presidente estadounidense, opina Juan Ignacio Crespo.

Es lo que le toca

El segundo motor, este de mayor calado, tiene que ver con el protagonismo que le corresponde adoptar ya al yuan. Situado entre las 10 monedas más transaccionadas del mundo e incluida en la cesta de divisas que componen los Derechos Especiales de Giro (SDR, por sus siglas en inglés) del Fondo Monetario Internacional (FMI), al yuan no le queda otro escenario que el de subir de manera acorde al protagonismo alcanzado en el concierto económico mundial por China. Así lo evidencia igualmente el reciente lanzamiento por parte de China de un contrato de futuros sobre el petróleo denominado ya en yuanes. "Este nuevo contrato debería verse como una pieza más en el puzle de la internacionalización del yuan", señalan los expertos de Julius Baer.

En este sentido, Crespo establece un paralelismo con el yen japonés. A finales de los 70 un dólar compraba más de 300 yenes; en los 80, entre 150 y 250 yenes; y ahora apenas se cambia a 106 yenes. A su juicio, el yuan debería describir una trayectoria similar en los próximos años. Con una salvedad: ¿El ritmo es impredecible, porque lo marcarán las necesidades y las intenciones de Pekín, pero la evolución será imparable¿. Y ya han demostrado que no tienen problema en frenarlo y acelerarlo a conveniencia. Como cuando lo 'congelaron' en 2008, en los momentos más duros de la crisis, para contener el impacto del terremoto financiero sufrido entonces.

Pero, incluso con recesos, la divisa china lleva años siguiendo una marcha alcista. Retrocediendo a julio de 2005, que fue cuando Pekín empezó a levantar el anclaje del yuan contra el dólar, situado entonces en un cambio de 8,27 yuanes, la divisa china acumula una revaluación del 31%.

Trump, sin embargo, quiere más. Pekín se lo está dando... y el mundo espera para saber si será suficiente. Sobre todo, para detectar si calmará la escalada de las tensiones comerciales de las últimas semanas. Comenzó la Casa Blanca con el anuncio de aranceles al aluminio y al acero. Respondió Pekin con la imposición de tarifas especiales a 106 productos estadounidenses valorados en 50.000 millones de dólares. Y EEUU replicó con otros aranceles a más de 1.000 productos chinos con una valoración de también 50.000 millones de dólares. La guerra comercial acecha. Aunque el yuan tal vez pueda evitarla. 

 

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