Una posición de liderazgo que ha quedado reflejada en la última edición del Índice de Economía y Sociedad Digital (DESI) con el que cada año, desde 2014, la Comisión Europa (CE) supervisa los avances digitales de todos los Estados miembros en diferentes áreas.

En concreto, España se ha situado en la tercera posición en materia de conectividad, logrando así entrar en el podio europeo tras subir tres posiciones en comparación con el ranking del año anterior.

De esta manera, el país se sitúa ya sólo por detrás de Dinamarca y Países Bajos y registra datos muy superiores a los que presenta el resto de grandes economías de la región, como Francia o Italia. 

Este ascenso se produce después que la puntación de España haya pasado en un año de los 51,8 puntos sobre 100 hasta los 62 enteros, una de las mejores progresiones de todos los Estados miembros. Una nota que supera además en más de once puntos la media de 50,2 registrada en la Unión Europea. 

Aunque España mejora prácticamente en casi todas las variables analizadas, el informe detalla que el país tiene un rendimiento especialmente alto en redes de muy alta capacidad, ya que están empezando a subsanarse las diferencias persistentes entre las zonas rurales y urbanas.

En concreto, detalla que, gracias al amplio despliegue de redes de fibra óptica por parte de los operadores, el 92% de los hogares contaba en 2020 con cobertura de la red fija de muy alta capacidad. Esto supone tres puntos porcentuales más que el año anterior y un porcentaje "muy superior" a la media de la UE (59%).

Especialmente "marcado" es el aumento del acceso a redes de fibra en las zonas rurales, donde el 64% de los hogares tienen cobertura de la red fija de muy alta capacidad, doce puntos porcentuales más que el año anterior.

En cuanto a la implantación del Internet en redes fijas, se incrementó del 78% de 2019 al 82% en 2020. En el caso concreto de las velocidades de al menos 100 Mbps, la subida fue de doce puntos porcentuales, hasta el 65%, casi duplicando la media de la UE (34%).

Avances en el 5G

Con el despliegue del 4G en España prácticamente concluido (la cobertura es del 99,9% por segundo año consecutivo), el reto del país pasa ahora por la preparación y el desarrollo de la tecnología 5G. 

En concreto, el informe destaca que la preparación de España para el 5G en lo referente a la asignación de espectro a las compañías se estancó en 2020 en el 30% del total identificado. Un dato que ha mejorado este 2021 después de que el pasado verano el Gobierno adjudicara la banda de 700 MHz a los operadores. 

Asimismo, añade que los operadores están experimentando con el uso de la banda de 26 GHz, la tercera de las frecuencias que será fundamental para impulsar el despliegue de la nueva tecnología móvil. Sin embargo, añade que su asignación no está prevista hasta la segunda mitad de 2022.

En este contexto de avance en el despliegue de las redes 5G, en junio de 2020 la cobertura de las mismas llegaba ya al 13% de los hogares, cifra que se encuentra un punto porcentual por debajo de la media de la UE (14%).

El último de los componentes con los que Bruselas evalúa la conectividad de los países es el índice de precios de la banda ancha. Una variable en la que España no sale habitualmente bien parada en los rankings internacionales dado que no se suelen tener en cuenta los servicios paquetizados, la forma más común de comercialización en el país. 

En el caso del DESI de 2021, España recibe una nota de 73 sobre 100, lo que supone una fuerte mejora de 21 puntos respecto a los 52 enteros del informe publicado en 2020. Esto también ha llevado a España a superar la media europea, situada en esta ocasión en los 69 puntos. 

La estrategia de España en conectividad

Para mantener o mejorar su posición en ediciones futuras del DESI dentro de la categoría de conectividad, el Gobierno cuenta con dos importantes planes aprobados a finales de 2020 y financiados con fondos europeos: el Plan para la Conectividad y las Infraestructuras Digitales y la Estrategia de Impulso a la Tecnología 5G.

El primero de estos planes busca que toda la población disponga de una conexión superior a 100 Mbps en 2025, para lo que se apoyará en el Plan UNICO. Este programa concede ayudas a los operadores de telecomunicaciones para llevar la fibra a aquellas zonas de la España Vaciada en las que el despliegue no es rentable comercialmente. 

La segunda de estas iniciativas pretende fomentar la inversión en redes y servicios 5G gracias a varias medidas que podrían reducir los costes y mejorar la asignación y la ordenación del espectro.

Entre las más importantes destacan agilizar los procedimientos de concesión de permisos, mejorar el punto único de información, aumentar la transparencia de la infraestructura física o prorrogar la duración de derechos de uso privativo del espectro radioeléctrico de veinte a cuarenta años para las nuevas asignaciones.

El informe concluye que España sigue estando entre los países que obtienen mejores resultados en la implantación de redes fijas de muy alta capacidad y conexiones de banda ancha ultrarrápidas (>100 Mbps) y destaca la ambición del plan de conectividad por subsanar las diferencias persistentes entre las zonas rurales y urbana.

En cuanto al 5G, apunta que el retraso de la asignación del espectro ha sido el principal obstáculo para la implantación de redes de la nueva tecnología móvil en España, pero cree que probablemente la reordenación de la banda de 3,4-3,8 GHz y la recientemente finalizada licitación de la de 700 MHz "aumenten la preparación del país para las redes 5G a lo largo del año".