De izq. a dcha.: Murray Auchincloss (BP), Wael Sawan (Shell), Patrick Pouyanné (TotalEnergies) y Anders Opedal (Equinor).

De izq. a dcha.: Murray Auchincloss (BP), Wael Sawan (Shell), Patrick Pouyanné (TotalEnergies) y Anders Opedal (Equinor). Invertia

Observatorio de la Energía

Las grandes del crudo europeo endurecen su ajuste verde con ventas masivas de activos renovables y despidos

BP, TotalEnergies, Shell y Equinor están acelerando sus planes para reducir los negocios vinculados a la energía solar y eólica.

Más información: La crisis renovable se lleva por delante operaciones milmillonarias de fondos y energéticas en España

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Las mayores petroleras europeas endurecen su ajuste verde con ventas masivas de activos renovables y recortes de plantilla.

BP, Shell (Reino Unido), TotalEnergies (Francia) y Equinor (Noruega) están acelerando sus planes para reducir los negocios vinculados a la energía solar y eólica.

Este giro estratégico se enmarca en la tendencia observada en Estados Unidos con la administración Trump y responde a un escenario de resultados presionados por la caída del precio del crudo y el estrechamiento de los márgenes de refino.

El último movimiento lo protagonizó TotalEnergies, que ha decidido desprenderse de una parte significativa de sus participaciones en renovables -con excepción de sus activos en Estados Unidos, Brasil y Europa, según ha informado el grupo.

Al mismo tiempo, la petrolera recortará su inversión anual destinada a la división de Energía Integrada (que incluye proyectos renovables) hasta un rango de entre 3.000 y 4.000 millones de dólares, frente a los 5.000 millones inicialmente previstos para 2024.

Su objetivo de alcanzar 100 GW de capacidad energética bruta para 2030 se mantiene, pero ahora incorpora 20 GW de baterías y generación “flexible” a gas.

Según Patrick Pouyanne, CEO de TotalEnergies, "no es una prioridad de la empresa ser un desarrollador puramente renovable… necesitamos activos más flexibles que equilibren la variabilidad del viento y el sol. La meta es un retorno del 12% sobre el capital empleado”.

Nueva etapa para BP

Mientras tanto, BP inicia una nueva etapa bajo la presidencia de Albert Manifold.

La compañía se enfrenta a un desafío financiero mayúsculo: reducir su deuda neta de más de 22.000 millones de euros con la venta de activos por valor de 17.000 millones y eliminando 6.200 empleos, además de 4.400 de contratistas.

Según un comunicado interno de la británica, al que tuvo Reuters acceso, Manifold informó a sus empleados que la cartera de BP es “excesivamente compleja” y que es necesario reenfocarse en petróleo y gas más rápido.

“Algunos de los activos que poseemos pueden ser más valiosos para otros. Necesitamos aumentar nuestra rentabilidad y acelerar la ejecución”, señaló.

El giro estratégico de BP comenzó en enero, con la reducción de su enfoque en energías renovables y un recorte inicial del 5% de su plantilla global. Ahora, el objetivo es reducir el 15% del personal para finales de 2025.

La compañía busca simplificar su estructura, recortar costes operativos en 1.700 millones de euros antes de 2026 y reorientarse hacia la producción tradicional, mientras mantiene la mirada en un futuro financiero más sólido y eficiente.

Shell y Equinor

La estrategia de Shell en tiempos recientes sigue una línea similar. Desde que Wael Sawan asumió el cargo de consejero delegado hace dos años, su enfoque ha sido claro: reducir costes y realinear la compañía hacia sus sectores más rentables, como el petróleo, el gas y los biocombustibles, mientras se distancia de la generación de energía renovable.

De hecho, la compañía británica ha abandonado sus planes de renovables en España, lo que ha provocado despidos en su área de energías limpias y llevará a la desinversión de toda la cartera en desarrollo, tal y como adelantó este diario. Además, se han anunciado desinversiones en otros mercados, como Brasil.

El CEO de Equinor, Anders Opedal, también reconoció en febrero que las energías bajas en carbono están avanzando más lento de lo esperado. "La inflación, las tasas de interés, los problemas en la cadena de suministro y la incertidumbre regulatoria reducen el ritmo de la transición energética", alertó entonces.

"Segmentos como la energía eólica marina y el hidrógeno se ven afectados". Por eso, "nos adaptamos a estas realidades, tanto para afrontar como para priorizar las inversiones, con el fin de maximizar los retornos", aseguró.

La noruega ha recortado su objetivo de capacidad instalada a 10-12 GW para 2030, frente a la meta de 12-16 GW que estableció en 2021 para este horizonte.

La petrolera informó a finales de 2024 que estaba recortando el 20% de su personal (250 puestos de trabajo) en su división de energía renovable debido a los continuos desafíos económicos.