Fotomontaje de una extracción de litio en Alaska junto al presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el de EEUU, Donald Trump.

Fotomontaje de una extracción de litio en Alaska junto al presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el de EEUU, Donald Trump. Invertia

Observatorio de la Energía

Alaska, materias primas, gas y petróleo: el objetivo energético de la reunión de Donald Trump con el ruso Vladimir Putin

Ambas partes consideran que hay espacio para acordar inversiones y proyectos bilaterales.

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El pasado 15 de agosto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, se reunieron en Anchorage, en Alaska, en una esperada cumbre centrada en buscar soluciones a la guerra de Rusia en Ucrania.

Sin embargo, no sólo no llegaron a ningún pacto de alto el fuego ni firmaron ningún acuerdo formal, sino que se discutieron temas relacionados con la energía y el Ártico, según publica el WSJ.

De hecho, en la comitiva estadounidense no estaba incluido el enviado especial a Ucrania, Keith Kellogg, pero sí el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el de Comercio, Howard Lutnick. Por su parte, Putin llegó acompañado de empresarios rusos con interés en negocios energéticos, lo que sugiere que Rusia ve la reunión como apertura a futuras inversiones y proyectos bilaterales.

"La reunión de Alaska tiene una relevancia que incluye los mercados energéticos", señalan fuentes del sector a EL ESPAÑOL-Invertia.

Estados Unidos y Rusia, a pesar de sus profundas diferencias y rivalidad geopolítica, comparten varios intereses comunes en el ámbito energético, derivados tanto de su peso específico como productores y exportadores como de sus aspiraciones estratégicas.

El negocio del petróleo

Se especula que Trump usó la reunión para reafirmar su política de dominio energético, promoviendo la explotación y exportación de hidrocarburos (petróleo y gas) de Alaska y abriendo la puerta a alianzas futuras, especialmente en el Ártico.

Hay posibilidades de cooperación para desarrollar las plataformas marinas y yacimientos en hidrocarburos como Arctic LNG-2. Este megaproyecto ruso de gas natural licuado (GNL) está actualmente desarrollado por el mayor productor independiente de gas natural en Rusia, Novatek, en la península de Gydan, en el Ártico.

Su objetivo es procesar y exportar gas natural licuado, principalmente hacia Asia, usando rutas marítimas del Ártico practicables gracias al deshielo.

EEUU y Rusia podrían colaborar en tecnologías y servicios energéticos, aunque dependerá de cómo evolucionen las relaciones entre ambos países y "las interferencias de las relaciones con terceros, como es el caso de India y China", añaden las mismas fuentes.

Nuevo actor, India

También se habla de un posible levantamiento de prohibiciones a nuevas exploraciones en Alaska y una presión estratégica para que más gas natural licuado (GNL) estadounidense se dirija a Asia, y que no sea sólo Rusia el actor que venda allí sus productos.

"La única razón por la que Putin está en Alaska [...] es porque Trump amenazó con imponer un arancel del 50% a la India por comprar petróleo y gas rusos", dijo poco después del encuentro el senador estadounidense Lindsey Graham.

Podría no ser casualidad que justo este lunes 18 de agosto Putin haya llamado al primer ministro indio, Narendra Modi, para informarle sobre las conversaciones mantenidas con el líder estadounidense, según medios del país asiático.

Estados Unidos mantiene un enorme déficit comercial con India, cercano a los 50.000 millones de dólares anuales, según informa Financial Times. E India está utilizando esos dólares estadounidenses para comprar petróleo ruso.

Antes de que Rusia invadiera Ucrania en febrero de 2022, el petróleo ruso representaba menos del 1% de las importaciones de crudo de la India. Desde entonces, las importaciones indias diarias se han disparado a más de 1,5 millones de barriles rusos, más del 30% del total.

Las compañías refinadoras han convertido a la India en un enorme centro de refinado de crudo ruso a precio reducido.

ExxonMobil en Rusia

En la cumbre de Alaska, Trump desplegó la alfombra roja para Putin. No se acordó un alto el fuego, ni siquiera se ofreció una hoja de ruta.

Sin embargo, según Reuters, el presidente ruso firmó ese mismo día un decreto que podría permitir a los inversores extranjeros, incluida ExxonMobil, recuperar las acciones del proyecto de petróleo y gas Sakhalin-1 en el Lejano Oriente ruso.

Este proyecto es clave para la estrategia energética rusa, ya que fortalece la capacidad exportadora del país y contribuye a la seguridad energética regional. Además, representa una fuente relevante de inversión y de avances tecnológicos en la industria petrolera y gasística rusa, según Enegy & Commerce.

ExxonMobil tenía una participación del 30% en Sakhalin-1, y es el único inversor no ruso que renunció a su participación. Junto a Exxon, la compañía rusa Rosneft, la india ONGC Videsh y la japonesa Sodeco fueron socios inversores.

Rusia permitió que tanto ONGC Videsh como Sodeco mantuvieran sus participaciones.

Al mismo tiempo, alrededor de cinco buques rusos de GNL que habían permanecido inactivos durante meses en el Ártico, levantaron anclas repentinamente y zarparon hacia Asia, según señala en redes sociales James Thompson, CEO y Managing Director de Myriad Global Media.

Tierras raras y China

El Servicio Geológico de Estados Unidos estima que las reservas de metales de tierras raras de Rusia alcanzan las 3,8 millones de toneladas, pero Moscú tiene estimaciones mucho más altas.

Según el Ministerio de Recursos Naturales, Rusia tiene reservas de 15 metales de tierras raras por un total de 28,7 millones de toneladas, aunque estos datos son de enero de 2023.

Pero incluso teniendo en cuenta el margen de error que pesa sobre los potenciales suministros de tierras raras de Rusia, sólo representarían una pequeña fracción de las reservas mundiales.

Sin embargo, según publican medios rusos, Rusia aspira a convertirse en el segundo mayor productor mundial de tierras raras después de China para 2030 y está invirtiendo unos 1.500 millones de dólares en nuevos proyectos y desarrollo del potencial minero propio en combinación con su gigante vecino asiático.