Bandera con el logo de Shell,

Bandera con el logo de Shell, Jiri Buller

Observatorio de la Energía

Shell podría estar tanteando a BP para una compra histórica en el sector petrolero europeo

Con todo, la compañía británica ha negado los rumores que están circulando y de los que se ha hecho 'The Wall Street Journal'.

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A. Pérez
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Shell mantiene conversaciones preliminares para adquirir a su competidor BP, en lo que podría convertirse en la mayor fusión del sector energético en décadas, según ha revelado The Wall Street Journal (WSJ), citando fuentes cercanas a las negociaciones.

Sin embarogo, un portavoz de la petrolera británica ha negado estas negociaciones y ha aludido a "especulaciones de mercado".

Dichas especulaciones apuntan a que las conversaciones entre representantes de ambas compañías están activas. Y BP estaría analizando la propuesta con cautela. De concretarse, la operación consolidaría a Shell como el primer gigante europeo de petróleo capaz de competir con los colosos estadounidenses ExxonMobil y Chevron.

Si se materializara un acuerdo, incluyendo una prima de adquisición típica, podría superar la megafusión de 83.000 millones de dólares que creó Exxon Mobil alrededor del cambio de siglo.

Las acciones de BP subieron un 8,6% tras conocerse la noticia de una posible fusión. Shell bajó un 2,6%.

Rendimiento

En los últimos cinco años, el rendimiento bursátil de BP ha quedado rezagado respecto a sus principales competidores. Mientras Shell ha duplicado su valor, Chevron ha crecido un 70% y ExxonMobil más del 150 %, BP apenas ha avanzado un 20%.

Este desfase se explica por varios factores clave: las consecuencias del desastre ambiental en el Golfo de México en 2010, que afectaron duramente la reputación y las finanzas de BP; su elevada exposición al mercado ruso, impactado por la guerra en Ucrania; y una estrategia inicial centrada en energías renovables y transición energética que no logró los resultados financieros esperados.

Con la llegada del nuevo CEO, Murray Auchincloss, BP ha comenzado a reajustar su rumbo, retomando inversiones en petróleo y gas, especialmente en regiones estratégicas como Oriente Medio y Estados Unidos, con la intención de mejorar su rentabilidad y recuperar terreno frente a sus competidores.